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Empezamos con nuestra lucha diaria, vamos deprisa que la enfermedad no da tregua, me pongo la mascarilla y al toro.

Seguimos sin querer a los enfermos en casa propia (STOP) Reunión en la taberna para animar a Aníbal (STOP) Pero el muchacho no tiene ganas de vivir (STOP)

Ahora si vamos a ir despacio que aquí no hay peligro de infecciones ni gaitas. Francisca conversa con su prima sobre la enfermedad, Bernarda está acojonadita. Francisca tiene un regalo para ella para que vea, que su amistad es sincera y agradecerle todo lo que han hecho por ella. No sabes todo lo que te quieren hacer estos pajarracos. Francisca le regala un inmueble que posee en Madrid, nada más ni nada menos que al ladito de la puerta de Alcalá (Que mala es esta mujer, seguro que se lo regala para ahorrarse el pagar la contribución de la casa)

Emilia y María como siempre, pidiendo (STOP) Parece que les hizo la boca un fraile (STOP) Se presentan en la confitería a pedir que Candela abastezca de pan a los enfermos (STOP) Candela acepta (STOP)

Volvemos a la Casona. Los queridísimos primos hablan sobre el regalo de Francisca. Fulgencio piensa que semejante agasajo, es por un interés oculto, se cree el ladrón, que todos son de su condición. Bernarda visiblemente molesta con él, lo ataca “Pues a mi entender, Francisca tiene el corazón mucho más grande que el tuyo y a todas luces, es mucho más de fiar que tú” ¡Toma ya Fulgencio! la has cabreado y mucho. ¿Te querías largar sin decirle nada? ¿Qué estas urdiendo? ¿Acaso quieres largarte con la pasta de Francisca y dejarle en prenda a Bernarda y a tu criada? “Ahora que TENGO el dinero de Francisca, me vengaré de todos aquellos que insistieron en pisotearme” “¡¡Ahora que TENEMOS su dinero, querrás decir!! Huy yu yui Fulgencio, que se te ha visto el plumero y Bernarda tiene mucha mala leche.

Todos contra la epidemia (STOP) Hasta la vieja Tula se permite opinar (STOP) Entre la mega Aurora y la chamán de Tula (STOP) Van a solucionar, lo que médicos con título universitario no han logrado (STOP)

¿Pero qué ven mis ojos? Esto tiene que ser, que me he contagiado, y la fiebre me hace alucinar. ¡Raimundo ha ido a la Casona! ¡Y habla con Francisca! Esto se merece una ola, uuuoooolaaaaaa. Francisca tan acostumbrada a que vengan sólo a pedirle favores “¿Has venido a rogar mi ayuda para los enfermos? ¿O tal vez, a pedir mis cuadras para su atención?” Aquí Raimundo le tira navajillas, menos mal que no son los puñales de otras veces “Entonces sólo puede haber un motivo para tu visita, necesitabas comprobar de primera mano que yo no había caído victima de la epidemia” Raimundo pone de escusa que quiere agradecerle la ayuda que ha prestado a Florencio. Pero todos sabemos, incluido él, que por eso no es. Siguen conversando como antaño, como nos gusta a nosotras, lanzándose pullitas que ocultan lo que de verdad quieren decirse. Ese “Francisca, cuídate” no deja lugar a dudas y la respuesta de la Paca tampoco “Raimundo, ten cuidado tú también” ¿No me digáis que no son monos? Esta ha sido la mejor escena, desde aquel lejano encuentro en la casa de reposo, cuando Francisca despertó. La preocupación de ambos por el otro ha estado palpable. Ha sido una escena cortita, pero intensa, ya tenemos dosis raipaquista hasta ni se sabe cuándo.

Los enfermos van en aumento (STOP) Discusión de medico/resabiada por el tratamiento que hay que administrar a los enfermos (STOP) Don Pablo exhausto, bebe un vaso de agua y al momento cae desplomado (STOP) ¿A qué va a ser el agua la culpable de todo? (Os habéis quedado flipando de mi perspicacia ¿Eh? Jajajajaja)

El médico agoniza en el dispensario, este hombre no aguanta na, los demás están días hasta que mueren y él en un plis, se nos va. (STOP) Deja a la premio Nobel en medicina a cargo de los enfermos (STOP) Sólo ella puede salvarlos (Aquí poned música de tachannnn)

Fulgencio se dispone a marchar a pesar de la prohibición de Bernarda. Francisca le sale al paso para pedirle que no se marche, que se quede con ellas, pero él insiste en que tiene que marchar tiene asuntos ineludibles. Pero cuando se dispone a salir, Mauricio lo detiene “Usted no ha de ir a ninguna parte” “¿Pero cómo te atreves?” “De aquí no ha de salir nadie” Mañana el desenlace.

Hospital de campaña. “Aurora, apenas quedan paños para enfriar a los enfermos” “Aurora, ¿Cuándo ha de volver Conrado con el doctor?””Aurora, me han dicho que mi vecina Ramona está muy mal” Aurora, Aurora, Aurora, nadie sabe hacer nada sin Aurora, no sé cómo han podido sobrevivir tanto tiempo sin ella y no sumirse en un caos. Conrado y Pedro vienen a comunicarles que nadie puede salir ni entrar del pueblo, están en cuarentena, están aislados por completo. Menos mal que tienen a Tula Curie y a Aurora Ramón y Cajal, que si no, no sé qué sería de ellos.

Avances

Espero que esto sea señal de que Francisca empieza a mosquearse respecto a los primos “Confieso que cada día observo tu rostro, por si hubiera en él, una señal de oprobio, pero… de un tiempo a esta parte… nada”