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viernes, 21 de septiembre de 2018

Asesinato en la Casona Express

Raipaquistas y Raipaquistos, ¡buenas tardes a todos! El Raipablogger ¡está vivo!
Podrían hacer una portada también con esa noticia, ¿no? ¿Alguna se ofrece para salir del ataúd? Si Rai estuviera allí para echar una mano, como con nuestra Paquis, ¡seguro que más de una diría que sí!

Los últimos meses han sido harto difíciles. Un día la Paca envió a “su otra yo antigua” de paseo en el bosque con una foto de Rai con los ojos quemados y a partir de entonces no hemos vuelto a saber nada de ella… ¡O casi!

¿Y donde se había metido todo este tiempo? Pues su primo Fulgencio, para rememorar los viejos tiempos, la había encerrado en un sanatorio. Aunque hay que decir que la Paca, la original, como no le gustaba la idea de repetir la experiencia, decidió enviar a la antigua que ya estaba acostumbrada a ese tipo de lugar y al estar tanto tiempo sin hablar y sin moverse. Y siendo la Paca mujer precavida, hasta contrató una doble por si acaso. Tanto dinero... en algo hay que invertirlo.

Paréntesis. Un aplauso a los del montaje. Una vuelta a la imagen, un cambio al color de la blusa, un retoque a las luces, la aparición y desaparición de plantas y…. hubo momentos en los que hasta las raipas más preparadas dudaron de que fuesen imágenes actuales jajaajajajaja

En el sanatorio vimos a un Rai dispuesto a luchar como una fiera con tal de salvar a su esposa pero que al mismo tiempo no perdía la ocasión para halagarla y recitarle algún poema. Por suerte, gracias a un equipo de salvación muy improvisado, ¡los nuestros están de vuelta a casa! Y esta vez ni Paca antigua, ni montajes, ni doble...
¡PACA MADE IN BOUZAS 100%!

A nuestro Rai solo le queda velar por la recuperación y el descanso de su amada esposa, pero ojo… Alguien quisiera que ese descanso fuera ¡ETERNO!

Vamos a ver. Rai se ha negado a internar a la Paca en un hospital y es de entender… ¡¡¡Solo se topan con locos!!! Él mismo cuidará de ella sin escatimar en gastos, pero claro… él también estuvo encerrado. A él también lo golpearon. A él también estuvieron a punto de freirle el seso…¡y por eso necesita descansar de vez en cuando! ¿Y quien se ofrece de sustituirlo en la tarea de enfermero? Fernandooooo… En la casona en tema de locos están apañados. Rai es incapaz de dormir sin estar cerca de su chica pero para todo hay remedio. Fer saca del escritorio el frasco de siempre y le asegura que con unas pocas gotas dormirá como un niño. Ese medicamento vale tanto por un roto como por un descosido… ¿Estás loco? 10 gotas. ¿Sufres de insomnio? 5 gotas. ¿Comiste demasiado? 3 gotas… ¡Digno de estudio sin duda!


Fernando se queda a solas con la Paca que sigue sentada en su sillón arropada por la manta que su marido le ha echado en las piernas antes de irse. Como el libro que está leyendo debe ser de lo más aburrido, al Mesía se le ocurre una idea más entretenida. ¿Y si me Vengara? (aunque sinceramente no sé de qué si al fin y al cabo ella no le hizo nada). ¿ Y si acabara con su vida?
Fernando mío ponte en la cola porque ¡parece que un hombre con la cara tapada se te adelantó!


Detrás de esa voz muy parecida al loco de “Saw” y de esas meches rubias que darían envidia hasta a Raffaella Carrà, se esconde… ¡Gonzalo! Fernando parece quedar pasmado más por el color del pelo que por el hecho de tener delante a un hombre que para la mayoría está muerto y para otros pocos debería estar tirado en una playa de Cuba. Y encima viene armado.
Sin gastar mucha saliva Gonzalo se acerca y le pega dos tiros a la Paca, quien cae al suelo frente a los ojos incrédulos de Fernando, que seguro en ese instante pensaría: 
“¡Madre mía! ¡Tan mal no estoy! ¡Hay quien está peor que yo!”.


¿Y ahora? Fernando se ve perdido, pero el Castro ya tiene la solución a todo. 
“Le cambiamos de ropa, la dejamos en la silla y la hacemos pasar por una muerte natural… ¿genial, no?”.

¡Qué se sepa! ¡Las polillas devolvieron todas la ropa que se comieron hace 900 capítulos y con las más sentidas disculpas!

¡Gonzalo deja a la Paca en el sillón ya con ropa limpia puesta!


¡Ostras! Cuando la Paca en su día le dijo a Julieta “ten por seguro que moriré de pie” ¡no pensaba que fuera tan literal! Está perfectamente sentada como si estuviera esperando a que le traigan una infusión… ¡Estilo y elegancia ante todo aunque siendo cadáver!

Gonzalo desaparece por los pasadizos y a Fernando solo le queda darle aviso a Rai del trágico acontecimiento.

Con una interpretación digna de un Óscar, el Mesía, “desesperado” por el sorprendente desenlace de la Paca, manda  una doncella a avisar a Rai que al entrar al despacho se encuentra a un Fernando que casi se cae en la chimenea del dolor por la pérdida de la Paca.


Hubiera preferido ver a Rai clavar su rodilla en tierra durante una de esas 3-4 pedidas que tuvimos y no delante del cuerpo inerte de su esposa pero… ¡es lo que nos toca!

Rai tierno, transido y enamorado hasta decir basta coge el rostro de su amada y entre lágrimas le ruega que no lo deje, que despierte y que lo mire y al no recibir respuesta une sus labios a los de ella como si pudiera, de esa forma, devolverle el aliento. Él apoya su frente en la de ella y... ¡Corte!

A ver…La Paca se ha muerto…. ¡¡QUE SE HA MUERTO!!!

¿No os parece que estamos todos demasiado TRANQUILOS? Ninguna Raipa arrancándose el pelo o tirándose de la ventana. Rai afligido sí, pero no como era de esperarse de un hombre que acaba de perder a la mujer de su vida. Además: Fernando que se ofrece a cuidar de la Paca, Gonzalo que sale de la nada, las heridas que casi no echan sangre, la ropa limpia, la farsa de la muerte natural, el cubano y el loco cómplices en la mentira… Raro… ¡Todo muy raro!
¿Puede la Paca después de haber sobrevivido a 20 años de maltratos, a dos secuestros, a un intento de asesinato, a la locura de Garrigues, a dos bombas, a la catatonia y a muchos muchísimos raipapolvos, morir por mano de un lunero?

Yo solo digo eso. Si alguna que otra seguidora ya tenía lista una botella de champán para brindar delante de la tumba de la Paca, ¡que busque una silla y espere sentada!
Ella diría - ¡lloraréis sangre! - yo solo me limito a decir - ¡continuará! -.



miércoles, 14 de marzo de 2018

Bendita revolución

¡Hola raipaquistas y raipaquistos!

¿Cómo estáis? ¿Seguís emocionados por las escenas que hemos visto durante estos días? ¿Habéis salido de vuestro encierro? Porque yo me he solidarizado con Francisca y no he salido de casa hasta que ella no fuera libre. Lo primero es lo primero jajajaja.

He vuelto al raipablogger para escribir una ‘‘breve’’ crónica sobre la trama revolucionaria puenteviejina. ¿Os ha gustado tanto como a mí?
Here we go!

Como ya sabéis los destripaterrones interrumpieron la boda más esperada y después rodearon la Casona y el pueblo entero. El líder de los revolucionarios, el señor Larraz (qué gran idea tuvo Saúl de traerle al pueblo) le comenta al matrimonio Ulloa que una asamblea decidirá el destino de Francisca.

Larraz: Por la explotación a la que ha sometido a cientos de jornaleros a lo largo de toda su vida. La pena capital está en juego. Mucho me temo que va camino del paredón. Si no hubieran intentado huir, no nos veríamos en estas.
Francisca: ¿Y qué querías que hiciéramos? ¿Que nos quedáramos aquí para que nos puedas usar como moneda de cambio cuando llegue el ejército?

Los hermanos tuvieron una magnífica idea. ¿Quién podría imaginarse que los jornaleros los descubrirían? Cada vez que Francisca les hace caso, sucede algo. No aprende.

Raimundo: Mi mujer es inocente.

¿Soy la única que se emociona cada vez que escucha mi ‘‘mujer’’ y mi ‘marido’’? Y no sólo la llama así ante Larraz, también ante el señor alcalde. Mejor no digo lo que pienso de los santurrones de los quinteros. Los ‘‘buenos’’…

Francisca: ¿Os explotaba yo cuando… vinisteis con un buen jornal apalabrado que siempre se os pagó? ¿Os exploté cuando ayudé a construir la casa de acogida, cuando contraté un seguro y traje a una enfermera? Y mira cómo me lo agradecéis. Ajusticiando a quien un día os dio de comer.

Zasca para el revolucionario. Se les conceden a los jornaleros todas sus peticiones y aún así, pretenden que corra la sangre. No sé qué más quieren. ¿Un apartamento en Torrevieja? 


Por otro lado, os tengo que confesar algo. No sé si es porque me he dado un golpe en la cabeza o qué, pero Julieta cada vez que cae mejor. Me ha encantado su actitud con Francisca y su insistencia en no rendirse para salvarle la vida. Y también, me gustaría que las dos se llevaran bien. A ver si me estoy ablandando por toda esta situación…

Hasta la Montenegro está cómoda con su presencia. ¡Tanto que le pide jugar a las cartas! Pero la muchacha declina y se marcha al llegar Raimundo.

Raimundo: ¿A qué se supone que tenemos que jugar nosotros?

Decidme que no he sido la única que ha pensado mal…

Raimundo: Si de veras ese es tu destino, lo compartiré contigo.
Francisca: No digas majaderías.
Raimundo: Lo digo de corazón. No puedo vivir sin ti, ni siquiera respirar.

Siempre que dicen una frase así la que se queda sin respiración, soy yo.

Francisca: Pues no te quedará otra por dos motivos: porque los rebeldes sólo me quieren a mí y porque una vez que me ajusticien habrás de vivir para vengarme.
Raimundo: ¿Para vengarte?
Francisca: Sin piedad, Raimundo. Quiero que padezcan tanto como yo ahora y que los envíes directamente al infierno uno por uno.
Raimundo: Chanceas.
Francisca: Claro que sí. Si vieses el semblante que se te ha quedado.

No sé qué me ha gustado más. Si la expresión asustada de Raimundo con la petición de venganza o las palmaditas que le da Francisca en la espalda. En serio, me mata de risa cuando le da palmaditas. Nuestra Paca es increíble. Aún en la situación en la que está, se permite el lujo de bromear para aliviar el ánimo de su marido. Aunque confieso que me hubiera gustado que no chanceara. Y en el fondo creo, que el Ulloa se vengaría de alguna manera de los jornaleros por arrebatarle a su esposa.

A la mañana siguiente, los hermanos, que sólo han traído problemas desde que han llegado, informan a los nuestros que Francisca ha sido condenada a muerte. Algo totalmente esperado. Los chicos no piensan quedarse de brazos cruzados y quieren ayudarle aunque eso los ponga en una situación arriesgada. ¡Bravo por ellos! Madre mía, me están empezando a caer bien. ¿Qué me está pasando?

Francisca: No quiero que insistáis ni que exploréis ninguna alternativa, y por descontado que organicéis otro ruinoso plan de huida. Se acabóPor Cristo que no me convenceréis de que vuelva a esconderme cual rata. Eso es justo lo que buscan. Que huya a la desesperada, que me arrodille ante ellos suplicando misericordia, mas no lo van a conseguir. Ojalá las cosas fueran de otra manera, mas no lo son y he de aceptarlo. Asumir mi destino. Si he de morir, lo haré con dignidad.

¡Viva Francisca Montenegro! Adoro su temple y su valentía. Sólo ella puede enfrentarse a la muerte con tanta fortaleza. Otra en su lugar, lloraría como una plañidera y suplicaría. Pero no. Asume su destino y no se hunde. ¡Admiración infinita! Por cierto, adoro este tipo de planos con ella con la cabeza bien alta.

Raimundo: No me quedaré de brazos cruzados. No, hasta hacer un último intento por salvarte.
Francisca: Respetarás mi voluntad, Raimundo. No consentiré que ninguno de vosotros corra ni un riesgo más por mi persona.

Raimundo quiere hablar de nuevo con Larraz para conseguir que se posponga la ejecución. De esta manera, el ejército puede llegar a tiempo y evitar el fusilamiento. Pero la Paca le responde que no saben nada del ejército y pueden tardar días o semanas en entrar al pueblo. Sin embargo, él no se rinde en buscar una solución.

Raimundo: Francisca, intentemos de nuevo huir. No tenemos nada que perder.
Francisca: He dicho que no. Hasta ahora la única condenada soy yo. Si hacemos un segundo intento, podríais acompañarme en el paredón cualquiera de vosotros y eso no he de consentirlo.
Raimundo: Huyamos juntos, solos tú y yo. A mí no me importa morir si es a tu lado.

No hay muestra de amor más grande que la de este hombre. Normal que ande loca por el Ulloa. ¿Quién no lo está?

Francisca: Pero es que yo quiero que vivas. Además, esa huida es imposible. Acéptalo. Los hombres de Larraz no me dejan ni a sol ni a sombra y tienen armas. Asumo mi condena. Lo único que me queda es hacerlo con dignidad. ¿Vais a impedírmelo?
Raimundo: Francisca… no puedo perderte.
Francisca: Raimundo, tú no crees que haya otra vida después de esta, yo sí. Volveremos a encontrarnos y estaremos juntos, quieras o no, por toda la eternidad, amor mío.

Raimundo: Tú eres mi vida.


Estoy ‘‘morida’’ de amor. Raimundo Ulloa es todo lo que está bien en esta vida. En una escena digna de recordar, nos demuestra de lo que es capaz de hacer por su pequeña. De poner en peligro su vida. De morir, si lo hace a su lado…

Ramón Ibarra ha estado sublime. Ha sido una de sus mejores interpretaciones. No he podido evitar llorar yo también al ver sus ojos llenos de lágrimas. Esa desesperación en su mirada ante la posibilidad de perderla… ese gesto al salir del despacho de secarse los ojos ufffff. Se me encoge el corazón al verlo así, tan destrozado.

Mientras Francisca trata de hacerle sonreír al decirle que estarán juntos en la eternidad. Todo muy intenso. Imposible no emocionarse al ver y sentir ese amor tan grande que se profesan.

Ahora bien, no sólo he temblado de emoción con esta escena. También, con la Ulloa y la carta más esperada por todos.

Emilia: Es carta de María desde Cuba. Mi padre me pidió que se la entregara lo antes posible. Le agradece sus desvelos.
Francisca: Es una gran dicha saberla fuera de peligro con los suyos. Un motivo más para morir en paz.

En la carta María le dice que todos cometen errores. Y que se arrepienten de ellos. Grande la joven Castañeda.

Francisca: La quise como a una hija, Emilia.
Emilia: Señora, me consta que talmente la cuidó así.
Francisca: La adoraba, sí.
Emilia: Lo sé. Y ella tampoco la olvida.
Francisca: Emilia, hazle saber que la quise hasta mi último aliento. Que no piense lo contrario una vez que yo haya muerto, te lo suplico.
Emilia: Ojalá usted misma se lo pueda decir algún día, ojalá.
Francisca: Emilia Ulloa, dame tu palabra de que le dirás que nunca jamás dejé de quererla.
Emilia: Se lo prometo, llegado el caso.
Francisca: No se lo he de poner fácil a mis verdugos, no te vayas a pensar. Francisca Montenegro no se rinde ni ante el mismo diablo.

Sólo puedo dar las gracias por el gran final que le han dado a la trama de María. Ella ya sabe que nuestra Montenegro está al tanto de que vive en Cuba con los suyos. Y se han perdonado mutuamente. Es algo que siempre he querido ver en la serie y jamás pensé que lo sacarían a la luz y lo cerrarían de una manera tan perfecta.

Es un detalle precioso que Emilia le haya llevado personalmente la carta. En esta escena tan emotiva hemos visto cómo Francisca deja atrás su coraza y expresa en voz alta que nunca dejó de querer a su ahijada. Hemos sido testigos de que María ha vuelto a unir a dos mujeres que han tenido sus más y sus menos, pero que comparten el amor que sienten por la joven.

El capítulo no podía acabar sin una escena enternecedora de los nuestros.

Raimundo: Ven, amor mío. Reconfortémonos el uno en el otro. Estás temblando.
Francisca: Tengo tanto miedo, Raimundo. A ti no puedo ocultártelo.
Raimundo: Con garras y dientes te defenderé contra quien quiera causarte daño.
Francisca: Siempre te diste aires de caballero andante.
Raimundo: A ti tampoco te faltaron de dama.
Francisca: Todo, todo lo logramos en esta vida, ¿no es cierto?
Raimundo: Amarte fue mi único anhelo. Amarte y ser amado. Ahí triunfamos.
Francisca: Con honores. Hasta el punto que al final de mis días poco faltó para reconciliarme con tu hija Emilia y obtuve el perdón de María.
Francisca: Y su lectura ha sido como una extremaunción que ha aliviado la culpa de mi maltrecha conciencia.
Raimundo: Sé bien que siempre la quisiste.
Francisca: Con toda mi alma. Por eso hablaba de perdón para mí, porque sabe que me arrepiento de mis errores, tantos y tantos.
Francisca: Quisiera dar marcha atrás y enmendar el pasado.
Raimundo: El pasado no se puede cambiar, solamente podemos aprender de nuestros errores para no cometerlos en el futuro.
Francisca: El futuro. El futuro carece de sentido para mí.
Raimundo: No puedes perder la esperanza. Pronto se restablecerá el orden en Puente Viejo.
Francisca: Soñemos entonces que todo se resolverá y que viviremos dichosos por el resto de nuestras vidas.
Raimundo: Por muchos años.
Francisca: Sí, sí, Raimundo. Soñemos. Y amémonos mientras sigan latiendo nuestros corazones.

Nunca un primer plano me gustó tanto. Verlos tan agarrados intentando olvidar el futuro incierto que les espera es conmovedor. Francisca ha sido más sincera que nunca en admitir sus miedos y sus errores, de los cuáles se arrepiente. Pero, ¿qué es la vida sin cometer errores y no aprender de ellos?

Y ese beso… que no me hubiera importado que fuera unos segundos más largo. Pero bueno, se apreciaba la desesperación en él al igual que en Francisca al fingir que aún pueden tener un futuro el uno junto al otro.

Escenas así nos confirman que las raipaquistas y los raipaquistos sabemos cómo es realmente Francisca Montenegro. Una mujer que ama de verdad a los que sabemos que ama, sin medias tintas. Que no permite que se arriesguen por ella y sufran su mismo destino. Que reconoce sus miedos, sus fallos. Que se arrepiente. Que se enfrenta a la muerte con grandeza y dignidad.

A la mañana siguiente, ella está mirando por la ventana decidida a cumplir su destino.

Francisca: Adelante, estoy preparada.
Raimundo: Me alegra saberlo, Francisca.
Francisca: Raimundo, eres tú.

Raimundo: Nada malo te va a suceder. Se rinden, los rebeldes van a entrar sus armas.

Raimundo: Creí que te perdía, mi vida se iba con ello.
Francisca: Aún nos queda mucho por vivir, amor mío, ¡mucho!

Emociones a flor de piel con el abrazo más largo de la historia. Por supuesto, que les queda mucho por vivir. ¡Y lo veremos!

Más tarde, Mauricio le comenta que llevaba días sin pegar ojo y que cuando los cerraba, la veía ajusticiada. Me como a ese grandullón. Representa a la perfección la definición de lealtad.

Francisca: He de vengarme de esa gentuza.
Mauricio: ¿Y por qué no lo deja estar, señora? Y volvemos a la normalidad.

A veces parece que no la conoce jajajaja.

Francisca: Porque lo digo yo. Si se creen que pueden entrar en mi casa a humillarme y seguir con sus vidas como si nada, van listos.
Mauricio: ¿Y la promesa que le hizo a Raimundo de llamar personalmente usted a sus contactos?
Francisca: Le daré largas, yo sé bien cómo manejar a Raimundo.

A los pocos segundos aparece Raimundo y ¡sorpresa!

Raimundo: ¿Has empezado a llamar a tus contactos para cumplir con las condiciones que impuso Larraz?
Francisca: Aún no, Raimundo. Deja que antes me haga con las riendas de la Casona.
Raimundo: Prometiste que lo harías hoy mismo.
Francisca: Tal vez más tarde. Además no creo que las comunicaciones ya hayan sido restablecidas.

Entonces, el señor de Montenegro  habla con Chelo.

Raimundo: Esta tarde la señora Montenegro pondrá varias conferencias. Enseguida te la paso para que pueda decirte el número con el que has de comunicarle.

Me parece tan genial esta escena. Francisca le dice a Mauricio que sabe cómo manejar a Raimundo y poco después es su esposo quién la maneja jajajaja. Ella coge el teléfono que le da sin rechistar. Los amo por cosas como ésta. Los dos se conocen mejor que nadie y saben cómo dirigir al otro para que hagan lo que quieren.

Al día siguiente, también tenemos escena raipaquista.

Francisca: Al fin llegas. Estaba empezando a preocuparme por tu tardanza.
Raimundo: Ayer no pude acabar todos los asuntos pendientes y hube de hacer noche en la capital para finiquitarlos hoy.

Ella no quería mover ningún dedo por los jornaleros y que el peso de la ley cayera sobre ellos. Pero Raimundo no opina lo mismo.

Raimundo: Yo quería cumplir con mi palabra.
Francisca: ¿Incluso con quién no la tiene?
Raimundo: Porque otros actúen torcido no he de hacerlo yo.
Francisca: En fin, eres así desde que te conozco y no voy a esperar que cambies a estas alturas.
Raimundo: Francisca, si no hubiéramos llegado a un acuerdo, habrían acabado contigo. No lo hubieses podido contar.
Francisca: Eso decían, pero una cosa son las palabras y otra, los hechos.
Raimundo: Lo habrían hecho, Francisca. Y entonces yo no podría cogerte del talle y darte dos besos, que es en lo que vengo pensando durante todo el viaje.
Francisca: Ay, zalamero. Sólo tú consigues que yo consienta algo así, dejar que queden impunes, casi impunes, unos criminales.
Raimundo: Hemos ganado mucho, Francisca. Seguir juntos, ¿te parece poco premio?
Francisca: Bien está lo que bien acaba.

Raimundo: No sabes la desesperación que me entró cuando pensé que no podía salvarte.
Francisca: Lo sé, lo sé. No había más que verte. Tu rostro desencajado, tu angustia… A pesar de todo, yo sabía que Dios no podía privarme de pasar un buen puñado de años más junto a ti y eso me ayudó.
Raimundo: Sea por Dios, por la suerte o por la casualidad, el asunto es que aquí estamos  y que tenemos la oportunidad de seguir queriéndonos.
Francisca: Y vaya si lo haremos, Raimundo.

Una escena sencillamente perfecta y no sólo por los besos. Vemos lo mucho que han temido perderse el uno al otro y la alegría que sienten porque podrán ser felices durante mucho tiempo.

Cada día estoy más convencida de que El Secreto de Puente Viejo ha sido escrito por y para la historia de Raimundo y Francisca.  Su trama ha sido la mejor llevada. Con paciencia y pausa pero también con intensidad y emoción. Han sabido darnos lo necesario en el momento justo sin desvirtuar el amor tan grande que sienten. Todos estos años de sufrimientos, desengaños, y reconciliaciones han merecido la pena. ¡Lo conseguimos raipaquistas y raipaquistos!

Y para acabar, os dejo una pregunta que va para nota:
¿Hacia dónde se dirigía la mano de Francisca?


a) A su cintura para rodearle.
b) A la barriga para hacerle cosquillas.
c) 😏




¡Hasta la próxima!


sábado, 24 de febrero de 2018

Un beso, otro... ¿y nada más?

¡Buenas tardes! 

Aquí estoy otra vez. Me había prometido a mi misma de no volver a asfixiaros con mi cháchara durante un tiempo prudente, pero no me he podido resistir...es que los guionistas nos han servido en bandeja de plata un gran Off, esta vez sin subida de escaleras, que merece la pena comentar. Pero os prometo… ¡seré breve! 

¡Mano a la obra entonces! ¿Dónde habíamos dejado a nuestro matrimonio, os acordáis? Después del “Cuba Affaire”, unos caramelos de violetas, un desayuno de leones y la promesa de Rai de hacer cosas en la alcoba que aún no tiene nombre, los encontramos al día siguiente en el despacho…guapos...¡guapísimos! 

Cómo en Puente Viejo nadie puede estar tranquilo ni 24 horas, y menos los nuestros, para variar se suma a la lista, ya bastante larga, otro problema. Parece, por lo que ha contado la enfermera que no tiene ni un pelo de cotorra, que los peones se preparan a disfrazarse de revolucionarios aunque los carnavales ya hayan pasado. 

¡A ver! Tenemos : 

- Una boda por la que nadie se alegra, ni los novios, pero por la que hay que gastar dinero de igual forma. 

- El hermano mayor que con su cara de funeral sería capaz de hacer secar hasta las plantas. 

- Una revolución que nos viene encima. 

¡Que se adelante de unos años la Segunda Guerra Mundial y acabamos de una santa vez! 

A decir verdad nadie parece haberse tomado en serio el chisme de la enfermera. Pero como la Paca es mujer previsora, y bien sabemos que esas valen por dos, al final le ha pedido a su fiel capataz que siga vigilando. Que se pasee por la plaza un buen rato para averiguar si esos rumores de una inminente revolución tienen un fondo de verdad o la enfermera se tomó un cóctel de medicamentos y anda medio alucinada.


“Has hecho bien”- le dice Rai -“mejor curarse en salud”. Le encanta que su esposa esté siempre un paso adelante de los demás. 


¿Y esa mirada? ¿ Esa cara? Comprendo la satisfacción de tener como mujer a la jefa de las jefas...pero conozco esa mirada y me parece esconder algo más...tiempo al tiempo. 

“¿De que te sonríes?” jajajajajajaja ¡La Paca te ha vuelto a pillar, Rai! Dos veces en dos días… ¡estás perdiendo los reflejos! 

“Sonrío porque me siento inmensamente orgulloso de que seas mi esposa y porque me inunda una gran dicha”. ¡Ayyyy, que mono es! La mira completamente embobado, como un niño hambriento miraría una tarta de chocolate! Se siente afortunado, orgulloso, feliz. Pero más lo miro y más tengo la sensación de que lo que lo inunde no sea sólo dicha sino algo distinto… ¿Será una inundación de hormonas también? ¿Pensando, tal vez, en la noche precedente? A ver si con tanto hablar de tempestades y ciclones… un huracán no se haya apoderado de nuestro Rai... el HURACÁN RAI… ¡Ojo a las previsiones meteorológicas que aquí nunca se sabe! 

“Es una cursilería y más viniendo de ti”. Ay me meo cuando la Paca hace como que no le importan los cumplidos, ni las declaraciones de amor… jajajajaaja ¡¡Vamos!! Que aquí todos sabemos que ya te tiemblan las rodillas… que te mueres cada vez que te mira, ¡que a cada palabra que sale de su boca el corazón parece estallarte!

Por suerte ahora ya no hay razones para callar lo que sienten el uno por el otro. Tuvieron que esperar un poco para lograrlo, sólo medio siglo, pero qué más da… Los años vuelan, o esos dicen por ahí. Pero claro, ya que están, la Paca no pierde ocasión para recordarle que hasta hace unas horas sí que se callaba cosas por miedo a que volviera la Paca Killer. Vamos a ver, Rai, ¿cómo pudiste pensar en algo así? Esa capa que la Paca usaba como disfraz ya no está, se la comieron las polillas. Así que tranquilo. 


“Menudo esposo me que ha tocado en suerte”.

Sí, Paca, sí. Eso mismo digo yo “menudo esposo te ha tocado….¡QUÉ SUERTE!”. Cada tres frases te suelta una declaración de amor. Y no son frases de circunstancias sino su corazón que le cierra la boca al cerebro y empieza a hablar! 

“Es por estos pequeños detalles por los que estoy perdidamente enamorado de ti desde que era un muchacho” ¿Ves? ¿Ves lo que te digo? ¡SUERTUDA! Espera...espera que llega una lista de cumplidos... 

“Sí Francisca. Eres impredecible, en ocasiones te equivocas y cometes actos reprobables…”- Una de cal, -“…pero yo sé que atesoras un gran corazón”- y otra de arena. 

Oye, Paca, ahora no te me haces la falsa ofendida porque no te va a creer nadie… es una descripción perfecta… ¡genio y figura! 

“Pero olvidémoslo y centrémonos en lo que realmente nos ocupa”. ¡Bravo Rai! Con tantos problemas como los que tenéis ya es tiempo de secarse la baba e ir al grano. 

“La boda de Julieta y Prudencio”. Buena idea Paca empezamos por lo más sencillo y después nos centraremos cómo impedir la revolución y más adelante la segunda guerra mundial. 



Pero que hace el Ulloa ¿se acerca? Uyyyy vuelve sonreírle y a mirarla en esa forma...tan...tan ¡Ulloista! 

“No es esa boda lo que me está viniendo ahora mismo a la mente”. 

¿Y en qué está pensando? ¿No tuvieron bastante con lo que tuvo que pasar la noche precedente? ¿Quieren más? Y sigue un beso casto...y otro...y otro….¡hasta que ella le rodea el cuello con sus brazos y él hace lo mismo con la cintura de ella para que entre sus cuerpos ya no pueda pasar el aire! 

Ahora… que levante la mano quien crea que todo se haya acabado en unos besos. Lo pregunto porque yo veo a la Paca abrir el primer cajón de la estantería, echarle el cerrojo a la puerta, tirar las cortinas y… ¡ahí dejo que cada uno siga con su imaginación que no os falta! 


Eso va por todos los que dicen que ella es tan sólo una vieja amargada y él un anciano que vive agarrado a unos recuerdos de juventud. Para todos los que creen que sus sentimientos son tan sólo un espejismo. Y para los que piensan que esta historia sea una aberración. 


VER PARA CREER

jueves, 22 de febrero de 2018

Yo sabía, tú sabías, ELLA SABÍA... Y todos callábamos

¡Buenas tardes Raipaquistas y raipaquistos!
¿Qué tal todo? ¿Ya habéis asimilado el hecho que los nuestros ya no son un par de amancebados sino marido y mujer con todas las de la ley? 
Vuelve el raipablogger después de una pausa bastante larga y alguien podría pensar “Claro! Como los novios se fueron de luna de miel poco había que comentar”. Pues sí... Nada de viaje, ni de maletas, ni de postal. No han salido más allá de La Puebla para dar un paseo o para ir de compras. Demasiados asuntos pendientes y dos hijos prestados que siguen dando la lata.
Pero... ¡ATENCIÓN!
Últimamente a Rai le han entrado ganas de irse de viaje y uno pudiera pensar “¡Qué bien! Quiere darla una sorpresa a su esposa!”… Pues sorpresa...¡según se mire! La Paca no entra en los planes de viaje del Sr. Ulloa pero si su hija y su yerno... ¡que prácticamente es cómo decir que se va solo! ¿¿¿Alguien le podría explicar a este hombre que los viajes de despedida de soltero se hacen antes y no después del casamiento??? ¿¿¿Y dónde quiere irse??? Señoras y señores… a Cuba, un lugar que no para exactamente a las afueras de Puente Viejo y al que no se llega exactamente en dos horas de coche… peeeeero Ulloa quiere ir y ¡ojo! Sin decirle nada a la Paca. ¿¿¿En serio??? ¡¡¡ILUSO!!!
Pero, vamos al lío. 
Pequeño resumen: Rai y Emilia están en el jardín organizándolo todo para su inminente marcha. Sólo faltan un par de cosa. Unos billetes de tren y una excusa plausible que contarle a la Paca…¡detalles! Cuando… ¿adivinad quién llega al jardín??? 


Jajajajajajajaaj ¡¡¡OS HA PILLADOS!!!! PADRE E HIJA….¡¡¡QUÉ LISTOS!!!
Partiendo prácticamente de la nada, ósea de un periódico que no se encuentra por ningún lado, nuestra super Paca ya está enterada de todo… ya sabe que pretenden salir de viaje hacia Cuba a hurtadillas y que están preocupados por el huracán que se ha abatido sobre la isla, pero, lo que se le “escapa”, es el porqué de tanto interés. ¿¿¿Y que hace??? Lo más normal del mundo…¡preguntar a su marido!
 “Tenemos a unos conocidos en la isla”
¡Dios mío, Rai! Eso no es lo primero que se te ocurrió… ¡es que has abierto la boca directamente sin pensar!jajajajaja
“¿Sólo conocidos? ¿Y queréis ir tan lejos para visitar a unos simples conocidos?” 
No se necesita tener una inteligencia superior a la media para darse cuenta que eso huele a mentira desde lejos… digamos desde Cuba. Los dos “casi viajantes” intentan suavizar las cosas pero la Paca se cansa en seguida, y con razón.
“¡Cariño, basta! ¡Basta por favor! No creo merecerme tantos embustes. Se que andáis preocupados por Gonzalo y María. Respirad ….respirad. Ellos están bien”.



Chan chan chan chan... ¡¡¡La Paca lo sabía T O D O!!!! Sabía que los Gonzalos estaban vivos, y en Cuba, desde hace muuuuucho tiempo, incluso desde antes que se “murieran”, antes de que Gonzalo llegara a PV, antes de que Pepa diera a luz, antes de que los guionistas pensaran en escribir una serie con el título “El secreto de Puente Viejo”... ¡ELLA LO SABÍA! Jajajajaajajajaj  Aún tiene que nacer la persona que logre ocultar algo a la Paca. Ella supo del verdadero paradero de los chicos durante mucho tiempo y calló, ¿y por qué se lo calló?
“Raimundo, he esperado mucho tiempo a que te dignaras a compartir el secreto conmigo”.



¡Ainnnssss... me la como! Sólo estaba esperando a que su marido le contara la verdad de una vez por todas… ¡estaba esperando una muestra de confianza por su parte! 
 Aquí se corta la escena pero sigue...¡claro que sigue! Algo tan gordo no puede quedar así.
¿Cómo se ha enterado la Paca? ¡Eso es lo que quieren saber! Rai dice que “por curiosidad” pero es simplemente para confirmar que ellos fueron unos incapaces y que la Paca es más lista que el hambre jajajajaja 
Resulta que la Paca se enteró por Aurora. ¿Acaso es culpa de la Paca si le salió una nieta tan despierta cuanto la bella durmiente? Fue solo poner un investigador tras sus pasos, hacer un par de llamadas ¡y ya está!
“En aquellos tiempos los ánimos estaban muy crispados. Lo prudente era que tú no supieras nada”
“Pero esos tiempos pasaron y tú seguiste sin contarme la verdad. ¿Aún crees o creías que yo iba a hacerles daño?”. Aquí está la cuestión. Francis está dolida. Rai le mintió, le ocultó la verdad y, aún peor, ¡la creyó capaz de cualquier atrocidad! Esta herida sigue abierta desde hace demasiado tiempo… ya es hora de que alguien se encargue de dar unos cuantos puntos, así que…¡¡¡¡un doctorrrrrr por favor!!!!!
“Nunca me gustó ocultártelo durante todos estos años. No quería que hubiese entre nosotros ningún secreto pero…”
“¡Pero los ha habido!”
Ahora la pregunta. ¿ Cómo reaccionará la Paca ante la mentira que acaba de desvelarse? ¿Soltará los perros para que lleguen hasta Cuba? ¿¿Ordenará que otro huracán abata la isla? ¿¿Mandará a su marido a dormir en el sofá de por vida??
“Agua pasada no mueve molinos”. Zasca para todos cuantos creían que iba a poner el mundo patas arriba. Pero, ¿de verdad hay alguien capaz de creer que la Paca le haría algún daño a la que fue la niña de sus ojos durante años? ¿A esa muchacha que en cierta forma le permitió volver a ser madre? ¡Cuánta maldad, madre mía! ¡Y luego dicen que la mala es ella!
Pero estamos hablando de la Paca, con la que casi siempre vale la regla de “qui pro quo” y de hecho la propuesta de un trato no tarda en llegar. Pide simplemente que se cumplan dos condiciones… ¡a saber de que se trata!
¡¡¡PARAD!!!



¿¿Y esa cara?? ¿Y esa sonrisa? ¿Tendrán que ver con esas condiciones? ¿Qué planes tiene? Ayyy, Ulloa... se me hace que las condiciones más estrictas por cerrar ese trato tendrás que discutirlas a solas con ella en la planta noble. Mientras tanto a la Paca parece entrarle el frío y mejor que sigan la conversación adentro. Y así entre miradas y sonrisas mutuas (Emilia casi parece que se la haya tragado la tierra) los tres dejan el jardín y a nosotros con la duda. 
¿Qué querrá la señora Montenegro de Ulloa?
Ahora ni de lejos me voy a poner a comentar una escena entre los Castañeda… pero por deber de crónica hay que revelar lo que Francisca ha pedido porque es digno de nota.
  1. Que los Gonzalos no se enteren nunca de que la Paca sabe su verdadero paradero y sigan felices con su vida.
  2. Que los Castañeda la mantengan al tanto de todo cuánto les pase a los chicos. 
¿No os parece un amor de “abuela”? Simplemente quiere saber de ellos; si están bien, si son felices, si piensan volver a ser padres… estar en sus vida sin estar.  E insisto… ¿¿¿esta sería la mala del cuento???
Pues la reacción de la Paca ha sido una verdadera sorpresa. Hubiera podido enojarse, poner el grito al cielo, echar a Emilia a patadas por intentar tomarle el pelo en su propia casa, echarle una bronca a su marido más grande que toda la comarca y no hizo nada de eso. Digo yo que se merecería un premio, un regalo, un detalle, ¿no?



¡¡¡Ayyyyy, Rai, me leíste el pensamiento!!! Una cajita… ¡¡¡¡madre mía!!!! ¡¡¡¡Y es bastante grande!!! ¿¿¿¿Cuántos quilates tendrá ese diamante????
“¿Y esto?”
“Violetas…derechitas desde Madrid. Quería tener contigo un detalle por lo bien que te has portado con todo este asunto de Cuba” Uyyyy, Ulloa, no quisiera ser aguafiestas pero se me antoja un detalle demasiado… cómo te digo… ¡¡¡pequeño!!! Esta mujer se ha tomado con calma y con una sonrisa en los labios el hecho que le hayas estado mintiendo durante años a sabiendas de lo mucho que había sido María por ella, ¿¿¿y tú te presentas con una simple cajita de caramelos??? No sé… Crucemos los dedos…
“Unas simples violetas, ¿después todo lo que he hecho por ti?”
¿¿Ves?? ¡¡¡Es exactamente como te decía!!! Piensa en algo mas Ulloa, vamos… ¡haz un pequeño esfuerzo!
“¡Ya veré qué puedo hacer esta noche!”
¡¡¡OH MY GOD!!! Esa promesa vale oro… ni que anillo, ni que joya, ¡ni ná! Y la Paca sabe muy bien que su marido si promete... cumple. Como sabe también que mucho puede esperarse de un hombre que tiene cómo mote el de “perfectísimo amante”.
En todo esto, Dios salve a la criada que está ahí parada… que se hace la que no entiende, que no oye y que no ve pero a la que se le lee bien claro el pensamiento “¡esta noche cojo manta y cojín y a dormir bajo las estrellas! Necesito dormir... ¡al menos por una noche!”
“Anda siéntate… ¡Procaz!” 




¿¿¿Quééé??? ¿¿¿La Paca le toca el culo en el medio del salón??? Y todo esto en On, ¿¿¿sin making of de por medio??? No sé si darle las gracias a la Paca o a María por esto... pero para no equivocarme “¡¡gracias a las dos!!”. Eso es el rescate de ese agarrón que no se vio en el 1000 y también de ese ruido que algunas raipas oyeron alguna vez por ahí subiendo las escaleras y que juraron ser una palmadita. Sea cómo fuere ¡habemus palmadita en On! ¡¡Y esta vez se ve y se escucha sin esfuerzos!!
Bien los caramelos, aún mejor la movida nocturna y si a eso le añadimos un poquito más de confianza desde ahora en adelante ¡el cuadro está perfecto! Rai está verdaderamente impresionado por cómo se ha portado Francisca… después de más de medio siglo su chica aún logra sorprenderlo. Tanto que quisiera que todo el mundo se enterara de ese gran corazón by Montenegro. Pero Rai siempre se olvida de un detalle: a la Paca le importa un bledo la opinión de esos desarrapados. A ella solo le importa él, nadie más. El único al que le consiente todo, el único al que muestra su bondad… ¡¡¡y mucho más!!!
Pues cómo las cosas bonitas siempre se acaban pronto, ¡ahí viene Prudencio! Dicen que los jóvenes siempre traen la alegría…madre mía, ¡¡¡los Ortega son la excepción que confirma la regla!!! ¿¿¿Cara de vinagre ya a las 8 de la mañana??? Y el otro menos mal que ni asoma porque estando los dos presentes sólo faltaría un ataúd y ¡todo listo para el entierro!
Pero a pesar de la interrupción la escena acaba de una manera preciosa... Y, como siempre, es la Paca quien endereza las cosas agarrando las violetas y llevándoselas al corazón ¡con cara de niña enamorada perdida de su príncipe azul!


Me muero con la Paca en modo adolecente y adoro que de vez en cuando caigan escenas como esa para que esa niña salga a luz sin miedo a mostrarse. Por nuestra parte, raipaquistas y raipaquistos, igual que Rai, sabemos muy bien que esa Francisca risueña nunca ha desaparecido aunque ella se haya empeñado durante años en esconderla en el rincón más profundo de su corazón. Y ahora, poniendo a un lado las bromas, el detalle de los caramelos bien lo demuestran. Rai sabe bien cómo llegar a las cuerdas de su corazón y hacerlas vibrar. Sabe cómo jugar a conquistar a esa niña a la que tiene comiendo de su mano. Sabe cómo sorprenderla en la sencillez... 
Él sabe, como ella también en ciertas cosas lo sabe todo, pues él también.
TO BE CONTINUED…