Hoy voy a hacer un monologo Raipaquista. No voy a comentar
nada de lo acontecido con los demás. En mi opinión, aburren a una vaca. Todo lo que le ha ocurrido a nuestra Paca en
el capitulo, me parece suficientemente interesante y grave, para que ocupe todo
el comentario de hoy. No ha sido un capitulo raipaquista feliz, al contrario,
ha sido triste y desolador. No hemos empezado bien y hemos acabado peor. Dese
aquel ya lejano secuestro, no recordaba uno peor para el raipaquismo y por los
avances semanales, la próxima semana va a ser peor. Pero eso ya lo comentaré
más adelante. Sólo añadir, que Francisca en este capitulo, esta guapísima.
Ahora voy a comenzar, como si de un Vía Crucis se tratara, con
el primer latigazo y caída de Francisca.
1ª Estación
2ª Estación
Mauricio está informando a una Francisca ausente, lo acontecido con los anarquistas que entraron
en la Casona. Le aconseja que tiene que
tomarse muy en serio sus amenazas “No es la primera que recibo, te terminas por
acostumbrar” “Pero no en esta ocasión, señora” Y comienza a leer la amenaza; “La hemos
condenado a muerte y esa sentencia se cumplirá…”
Mauricio intenta que Francisca entre en razón, le aconseja
que tienen que contratar más hombres que la protejan hasta que las autoridades
manden al ejército. “¿Le parece bien señora?” “No. No se hará nada de eso, ni
se contratarán más hombres, ni pediremos ayuda a nadie” “Recapacite su vida
está en juego. No podemos quedarnos con los brazos cruzados” “Eso es
exactamente lo que haremos Mauricio”
No me gusta nada, pero nada, esta Francisca alicaída.
Mauricio cuenta a Fe y Mariana su preocupación por la
señora, la aptitud con la que se toma las amenazas “Actúa como si nada de lo
que ocurriera a su alrededor fuera con ella y lo peor, parece que lo da ya todo
por perdido” Ambas le recomiendan que
hable con Bernarda para que al disuada y no baje al pueblo.
Mauricio explica a Bernarda el temor que siente por la
seguridad de Francisca le pide que hable con ella para convencerla que no debe salir
de la Casona. Bernarda accede, pero no quiere que Mauricio este presente cuando
lo haga. Sus planes son otros.
3ª Estación
4ª Estación
Francisca llega a la plaza con el fiel de Mauricio que
insiste en que tienen que volver, que es muy peligroso. Pero ella, que parece
que quiera morir en el ruedo, se niega. Bernarda, como era de esperar, no está
con ellos, ha puesto la escusa de estar repentinamente indispuesta, para así, no
poner en peligro su pellejo. Les sale al paso un envalentonado parroquiano, que
esto de ser valientes sólo con las mujeres, debe de ser del agua que como ya no
tiene veneno, les ha vuelto esa bizarría
que poseen todos los hombres de PV. “Aparta estas entorpeciendo mi paso” “No
puede venir a decirnos lo que tenemos que hacer, a menos que ¿nos esté
provocando?” “Lo único que trato es de llegar a tiempo de escuchar la Santa
Misa… Patán”
¡Ole esa Paca temeraria! Atajo de paletos venidos a menos,
que ella tiene pozo propio y a valentía y gallardía no la gana nadie.
Pero no conforme con
su contestación, alborota a los demás para atacarla, mientras otro cobarde de
la misma calaña, se arma con una piedra, dispuesto a agredir a una MUJER.
Mauricio viendo que las cosas se ponen feas, coge casi en volandas a Francisca,
dispuesto a sacarla de allí. Pero les lanzan una piedra, dando en la cabeza de
Mauricio, que cae del fuerte golpe al suelo. “Huya por su vida” “No me iré sin
ti, levanta” No satisfechos con lo que han hecho y libres de Mauricio, se
disponen esta vez a agredir a Francisca, que lejos de amedrentarse, se encara
con ellos “Cobardes ¡Asesinos!”
Y después de este turbulento capitulo, los avances no dejan
tiempo ni de respirar y no vienen con mejores cosas.