Y luego dicen por ahí que lo que cuenta Iker Jiménez en sus
programas son cosas inventadas, por ejemplo, que los viajes en el tiempo son
producto de imaginaciones desbocadas. Pues no, ¡existen! y Puente Viejo es la
muestra más clara, así por las buenas hemos vuelto exactamente a hace un mes,
es ponerte delante de la tele y tener un “deja vu” tras otro. Y empezamos con el primero.
Emilia y Raimundo o como un hombre se convierte en un
pelele. Viendo la escena me acuerdo mucho de mi padre y del guantazo que me
hubiera llevado si le llego a hablar con esa falta de respeto.
Voy a pasar muy
encima de esta escena porque ya la hemos visto antes, razonar con una mula es
imposible y la falta de carácter de Raimundo es sangrante. Sólo destacaré una
frase:
“Padre, no lo quiere,
se aferra a usted por qué es lo único que le queda”. (Y aquí he pensado yo
que ante semejante barbaridad Raimundo le diría algo así como: “cállate la
boca” o “raipapolveamos todas las noches hasta que se nos gastan los
raipapreservativos”, pero no oye, se come semejante barbaridad y se fuma un
puro, que no, que no tiene sangre),
En fin que afortunadamente Emilia se va esperemos que para
siempre y como no, Raimundo se queda hecho polvo.
Pero por lo visto a este hombre (y a nosotras) le va el sado y el masoquismo
(anda Paca…) porque ahí lo tenemos, dándole vueltas y más vueltas a la
discusión con su hija (que cruz niñas, que cruz). Tan ensimismado está que ni
se entera que ha llegado su chica con ganas de jarana (ya me diréis sino para
que se quiere pimplar un coñac, esta quiere guerra)
Y Raimundo en su estilo mustio, que si me estoy resfriando,
que si me encuentro mal…lo que tienes tú es mucha tontería, Paca pa que lo
invitas si ya sabes cómo se pone, cómprate un perro joer, que te hará más
compañía y moverá el rabo cada vez que te vea (¿lo pillais? …mover…rabo…en
fin), pero bueno es un gustazo verla tan mimosona con su chico y mirad que
caricieta y que mirada del Ulloa.
Y ahora que momentazo, que grande es nuestra Paca, si es que
por estas cosas la adoramos, mirad que cara de no haber roto un plato pone
cuando le dice a Raimundo que no va a mover un dedo contra el Jaral y los
cereros, vamos es tan de verdad que hasta Raimundo se la cree.
Es que es tan
inocente que hay que quererlo aunque sea muy tontorrón, con esa carita que dan
ganas de agarrarle los carrillos ainssssss que te hacía un traje de babas niñoooooooo.
“Estoy muy orgulloso
de ti Francisca, muy orgulloso”. Yo es que de verdad que alucino con este
hombre ¿orgulloso de que Francisca se deje golpear y además ponga la otra mejilla?
A ver chico, espabila que pareces Gandhi leches ya, que ya podrías pillar tu un
poco de la mala leche de tu futura. Que no estoy diciendo que la Paca se cargue
a nadie, pero por que de repente se quemen las cosechas, roben en los graneros…cositas
así, el ojo por ojo de toda la vida vamos tampoco pasaría nada, no se Raimundo,
lo mismo te gustaba la experiencia de no ser siempre un tonto.
Total que cuando ya esperábamos celebración a tope coge el
tío y tenemos el segundo “deja vu” por que se va a SU cuarto con un vaso de
leche mientras que su chica se queda en el salón dándole al coñac que visto lo
visto no era para irse de juerga sino para olvidar la vida de abstinencia que
lleva.
(Lo dije una vez y lo repito, la casona es el antiviagra, si no esto no se entiende, madre mía que pareja, parecen dos bacalaos secos, hay más morbo en un episodio de Pocoyo)
¿Pero que ven mis ojos? El Ulloa con traje nuevo que
imaginamos que le quedará niquelado, como casi siempre nos lo sacan sentado no
podemos saberlo de primera mano.
Y vamos con el tercer “deja vu” Francisca preguntándole por
Emilia y Raimundo pegándose golpes de pecho de lo mal padre que es. Que coñazo,
que aburrimiento y que desgana me entra, si no me extraña que Francisca se dé
al alcohol, y eso que la mujer pone de
su parte, las cosas como son, que si Emilia es como mi hija (madre que cuajo tiene
para decir eso), que si comprendo el odio que me tiene y Raimundo don erre que
erre, que si soy un traidor, que qué mala persona que soy. Y ya estamos otra
vez, la Paca cagaíta de miedo por que ya sabe lo que viene a continuación.
Este es el momento en el que un hombre de verdad, de los que
lo tienen todo en su sitio se levantaría cogería en brazos a la mujer de su
vida y se la llevaría a un sitio íntimo y tranquilo dónde le demostraría exactamente
lo poco arrepentido que está y lo claras que tiene las cosas. En lugar de eso
nos tenemos que conformar con esto….
Esta cara lo dice todo, cuanta alegría, cuanto amor, cuantos
sentimientos, cuantos bofetones te daba yo para que espabilaras que estas
alelado perdido.
Y así nos quedamos, esperando que al señor le apetezca decidirse,
que con un poco de suerte igual es mañana.
jjajajajajaja, me encanta la ironía esta nuestra tan típica ya de las raipaquistas.
ResponderEliminarSi bueno, Mariví es una contrincante de armas tomar... creo que si fuese un poco más grande, se casaba con el Ulloa. jajajajajaj
Muchas gracias!!!!!