Selecciona tu idioma

.

domingo, 26 de abril de 2015

1058

Muy buenas tengan ustedes, ¡miembras y miembros!,¡ raipaquistas y raipaquis-toooos! todos. Lo primero de todo será disculparme por la tardanza en subir el blog de hoy. Mi excusa, estar en OFF total durante varios días, en los que me he mantenido alejada del mundanal ruido. Y eso incluye Puente Viejo… Imagino que en mi ausencia, el número de raipapolvos en la casona se habrá multiplicado por 1000. Vamos, que habrá sido un no parar de… Ah. ¿No ha sido así? ¿En serio? Pero bueno, imagino que Raimundo ya no estará dubitativo y las pelusas no habrán vuelto a hacer acto de aparición.

Ah… ¿Que sí han vuelto? ¿Que otra vez estamos en las mismas con este hombre?
Señor, dame paciencia…

Bueno, metamos las manos en harina y comencemos con el capítulo. Esto es como depilarse. Mejor tirar rápido para que no duela tanto. Pues con el capítulo igual… Cuando antes comencemos, antes terminamos.

Tras un resumen de varios minutos y un montón de escenas sin fuste, en los que a uno le da tiempo a leerse El Quijote, al fin diviso a mi Paca departiendo con Mauricio. Se acerca el 1 de Mayo, día del trabajador, y el capataz le informa del hecho de que Hipólito quiere organizar un desfile “festivo” en el que no existan reivindicaciones de los trabajadores por sus derechos. Mauricio le sugiere no oponerse y Francisca le avisa de que sea a ella a quien le pidan permiso para organizar tal asunto.

Mauricio, que anda mosca con los planes de la Montenegro para con Don Galleta, nuevamente se ofrece a ella para colaborar en su venganza, pero Francisca una vez más la rechaza.

Qué rematadamente guapa está la Paca y eso que su churri y ella duermen en alcobas separadas. Imaginaos si compartieran habitación.
 
 
 
 

Y como una está viendo el capítulo por internet, tiene el poder de acelerar el tiempo y con un simple click, pasar tooooodas estas escenas que, lo siento en el alma, pero me dan lo mismo.

Y de nuevo nuestra Paca, que recibe la visita del señor alcalde. ¡Vaya actriz se está perdiendo ese pueblo! Las caras de la Montenegro fingiendo un incipiente dolor de cabeza para abreviar la estancia del Mirañar en su despacho, son mortales. Por supuesto, se niega en rotundo a las manifestaciones en el día del trabajador.
 
 
 
 

Los bonitos amaneceres prometidos parecen haber quedado reducidos a plácidos desayunos. Que a ver, me encanta ver a Raimundo y a Francisca compartiendo la primera comida de la mañana, aunque no estaría mal que, ya que no vamos a ser recompensadas con otros momentos íntimos que no sean estos, que al menos podamos verlos dándose la comida el uno al otro, o ella encima de las rodillas de él mientras muerde su tostada (prometo que no hay segundas intenciones en esta frase). Y ya que estoy reivindicativa, pido… no. EXIJO algo diferente para mi Ramontxu. Me encanta que Raimundo aparezca leyendo el periódico, pero ¿no creéis que ya es suficiente? ¡¡¡Que este hombre sabe hacer más cosas!!!

Desde aquí pido otras actividades para Raimundo, que seguro que a Ramón también le apetece hacer otras cosas. Desde aquí propongo alguna:

- Bajando a las cocinas, poniéndose el delantal y preparando él mismo una cena romántica a su chica. (Este hombre entre fogones puede ser tremendo. Tremedísimo)

- Cambiando la bombilla fundida de la mesita de noche de Francisca. Que una cosa lleve a la otra y zasca. Ya que están…

- Tocando al piano una canción de esas que suelte el refajo a Francisca (Solo de imaginar al Ibarra tocando el piano, me pongo hasta nerviosa)

- Paseando a caballo recorriendo la finca

- Bailando. Un vals. Un tango. Una lambada. Lo que sea. (Por favor, suplico por esto)

Y estas son algunas, tengo más en mente aunque no desvelo todas. Por favor, señores guionistas. Aprovechad que tenéis a una maravilla en el plató que se llama Ramón Ibarra. Sacadle jugo, exprimid todas sus posibilidades. Os estáis perdiendo algo grandioso por limitaros siempre a lo mismo y nos estáis negando a los espectadores disfrutar de todo de lo que es capaz este hombre. Sí, el periódico está bien. Pero que sabe hacer más cosas. Las alternativas son infinitas.

Y egoístamente.  Yo pagaría por ver al Ibarra haciendo alguna de las propuestas antes mencionadas y alguna más que tengo por ahí en mente.

En fin, retomo la escena, que en eso estábamos. Francisca va a bajar al pueblo para cierta reunión con Don Anselmo que es del agrado de Raimundo. Huele a donativo generoso. De esa misma que el páter califica casi como del mismo demonio. Imagino que el cura lo rechazará… Como no quiere nada de esa mujer, ni para él ni para su amigo Ulloa…
 
 
 
 

Francisca y el páter conversan mientras se encaminan a la plaza. Él, agradecido por su generoso donativo. Ella, maravillosa y toda una señora. Como era de esperar, Raimundo surge en la conversación y Francisca le cuenta que se encuentra perfectamente. A la charla se une posteriormente el alcalde, que informa a nuestra Paca de la alianza de Don Galleta y los luneros.

Emilia aparece en la casona con la maleta de Rai en la mano y le exige una explicación por su nueva estancia en la casona. Lo que critico en el Ulloa en este caso y le doy la razón a Emilia, es en que no haya tenido el valor de contarle que regresaba con Francisca. Sobre el resto, pues chica. Cada uno es mayorcito para saber lo que hace, y cuando uno toma una decisión asume y apechuga las consecuencias. Raimundo quiere estar con Francisca. Punto pelota.
 
 
 
 

Y con esto y un bizcocho…¡Hasta la próxima!

1 comentario:

  1. jajajajajajaja, corto, corto, pero de donde no hay, pues no se pué sacar, que le vamos a hacer. tanto off, tanto off, que ya mi imaginación no puede ir a más, yo todo es inventar historias y menos mal que las maestras de la pluma y papel lo plasman a la perfección, sino... ¿qué sería de nosotras???? jajajajaja

    Muchas gracias Ruth por tu articulo..
    pd: bendito descanso el tuyo.. jijijiji

    ResponderEliminar