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martes, 30 de junio de 2015

Capítulo 1103



Buenas y calurosas noches (y más que va a subir la temperatura en los próximos capítulos, en cuanto a momentos raipaquistas se refiere).

Comenzamos con la despedida de uno más en la Casona, esta vez le toca el turno a Mauricio, que intuye que algo va mal cuando la doña le ofrece que tome asiento. Ella le pone al tanto de la mala situación, incluso le cuenta que Alfonso ha sido el comprador de las tierras que ha vendido Raimundo, y que será este último quien gestionará ese dinero (algo que tengo que reconocer que me maravilla), que ellos mismos se encargaran de todo (segunda cosa que me encanta), y que circunscribirán su vida a pocas estancias de la Casona (esto quiere decir que con seguridad duermen en el mismo dormitorio).Y que como ya le ha dicho, Raimundo y Francisca se harán cargo de todo y que no contarán con él, como hemos de suponer esto cae como un jarro de agua fría en el capataz, él insiste que quiere ayudarla que no precisa su dinero. 





Y ella orgullosa como es y sabiendo que a la mínima sus verdaderos sentimientos pueden salir a la luz, se refugia tras su coraza y saca su altanería, orgullo y mala leche a pasear, diciéndole que no le necesita, que se vaya de una vez, es evidente que como Mauricio tarde en salir del despacho ella no va a aguantar más y se va a derrumbar.




_ “Vete, y aprende lo que es vivir alejado del cobijo de Francisca Montenegro”

_ Sea…más usted también tendrá que aprender a vivir alejada de mí”.

Le duele sobremanera tener que despedirle, ya no a su capataz sino a su fiel compañero, en definitiva, al amigo que siempre ha estado a su lado.




Una vez sola, Francisca comienza a adecentar el salón, limpiando cada rincón, guardando toda aquella decoración que le daba esplendor, pero sobre todo encerrando bajo llave ese lugar, como si quisiera congelar todos y cada unos de los sentimientos que ese salón le inspira y dejándolos quietos, intactos para en un tiempo que parece ser lejano, volverlos a destapar y revivirlos de nuevo. Como si todo lo que ahora mismo está ocurriendo fuese un mal sueño.





Cuánto sentimiento puede despertar María en esta escena, sin apenas nada, sólo ella y esa desangelada melodía que suena de fondo. A pesar del dolor que me causa verla de esta forma (a muchos otros felicidad y satisfacción), tengo sentimientos encontrados, porque me gusta, y mucho, esta nueva situación que estamos comenzando a ver. 




Incluso la escena final de ella sentada en el sofá, agotada y con esa facha me ha parecido hasta cómica, y apuesto con seguridad a ganar, que habrá sido una propuesta de María a salir de esa guisa.




A mí me ha recordado a aquella magnífica Gracita Morales haciendo de chacha, aunque ésta llevaba con mucha más alegría su oficio.



¡¡Mil gracias Nicu por el montaje!!

Y aquí llega la escena de los nuestros, en ese nuevo escenario para ellos que será por lo que parece, habitual, por un largo periodo de tiempo (que digo yo una cosa…ya que el salón parece desaparecer por un periodo, podrían sacar en su lugar la habitación COMÚN). Raimundo sirve la poca comida que en su momento Fe dejó preparada, y deberán empezar a cocinar ellos mismos, estos se pone mejor por momentos.




Francisca le dice que ha estado limpiando y colocando la casa, y Raimundo intenta animarla;




_”…estamos los dos solos, nos queremos y juntos podemos sacar adelante esta relación 
como si fuésemos unos jóvenes desposados…” (¡¡¡Ay Raimundo!!!, se me cae la baba escuchándote hablar así).

_”¡¡qué cuajo tienes!” (Hija Francisca, es duro, pero un poco más de ánimo que con éste hombre a tu lado todas las penas son pocas)


De repente escuchan un fuerte golpe, Raimundo no duda en defenderla ante cualquiera que sea, coge un cuchillo y le dice que se ponga tras él.





_”…Mauricio no está, pero yo me valgo para defenderte Francisca”.

 Avances:

Descubren que ha sido Mauricio quien ha provocado ese fuerte golpe; borracho viene a suplicar a Francisca que le deje trabajar en la Casona.




Vemos a Francisca lavar la vajilla, y a sufrir de rodillas para limpiar el suelo de la cocina.




Antes de despedirme tengo que agradecer a alguien esta nueva situación, ¡gracias Severo!, gracias porque a pesar de desplumar a Francisca y sumirla en la pobreza (de momento, que está claro que surgirá como ave fénix más fuerte que nunca), has provocado sin quererlo, que Raimundo y Francisca se demuestren su amor con más fuerza, y que gracias a esto veremos escenas maravillosas entre ellos.

Ya me despido…hasta otra!!!




1 comentario:

  1. María está fantástica de cualquier manera. Que le vayan echando retos en la serie, que ella sacará matricula en todos.

    Seguro que la idea de salir desgreñada, ha sido de ella, igual que darle esa comicidad, a una situación tan dura, como la que le está tocando vivir ahora a Francisca.

    Francisca en esta nueva etapa, está demostrando, que no se amilana ante ninguna adversidad, y menos teniendo a su churri al lado, claro. No se le caen los anillos por pasar de ser, una poderosa cacique, a tener que limpiar su casa.

    No me gusta verla así, pero he de reconocer, que estoy disfrutando con la genial actuación de María Bouzas, es una delicia poder ver las distintas facetas de su arte, que parece que no tienen límites.

    ¡¡Bravo María, bravo Francisca!!


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