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miércoles, 17 de junio de 2015

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Señoras, señores, ¡muy buenas tardes! Y bienvenidos a esta edición especial de…

Perdón. Que esto no va aquí. Es que una se coloca sus gafas de presentadora seria y se confunde. O tal vez es que sigo de jolgorio con las 100.000 visitas del raipablogger, y entre eso, y la que está organizando mi Paca en la casona, enlazo ya fiesta con fiesta. Y cual chica Mecano, pues te digo Paquita que “allí me colé y en tu fiesta me planté”

¡Y qué nervios! ¡Y qué estrés! ¿Qué me pongo? Eso de ir elegante pero informal a una fiesta de postín en la casona, me da a mí en la nariz que no. Raipaquistas y raipaquis-toooossss, id sacando los pololos y marianos (respectivamente) de vuestros armarios, o de los de vuestras abuelas/os, porque nos vamos de fiestuqui.
Que Paca estará ahora mismo sin un real en el monedero, pero de esta fiesta se va a enterar hasta el ¡Hola!! Dar imagen de “más pobre que las ratas”, no está dentro de la mente de nuestra Montenegro.

Yo la entiendo. Cómo no va a tener ganas de jarana la pobre, si parece que hasta ha sido privada ya de las siestas. Con “S”. Que Francisca es de sangre caliente y necesita celebraciones para su cuerpo serrano. Y si no se las dan, se las busca. Y Raimundo está en modo “programa padre” (Vaya, esto me ha quedado muy Hacienda, qué apropiado dada la situación), más que en “modo amante”. Que sí, que también entiendo al Ulloa, que se las ve venir y se huele que las perdices estofadas que tanto le gustan, no va a volver a catarlas en una temporada muy larga. Y se ve yendo hasta Valdemoro o al penal de El Dueso ha llevarle la tartera y a disfrutar de los consiguientes “vis a vis”.

El caso es que el día de la fiesta ha llegado al fin, pero para Francisca, que está de los nervios, todo anda manga por hombro. En la casona solo se escuchan sus arengas hacia el servicio que, dado que no ha cobrado su trabajo de la última semana, está algo escocido. Y llegados a este punto, querida Francisca, mira que te quiero con todo mi corazón, pero aquí se me hincha mi vena de asalariada. Y te diré que no se trabaja por amor al arte. Y que ya que no estás pagando, no grites ni vayas con esos humos porque, te aviso, te anuncio, que eso “fastidia” no sabes cuánto.


 


Fe intenta apaciguar los ánimos del resto del servicio mientras Francisca va a desfogar sus nervios colgando tiras de perlas en la lámpara. ¡La madre del cordero, señá Montenegro! Pero ¿qué horterada es esta? Esto no es propio de una señora con clase como vos. Claro, a no ser que estés pensando en una posterior fiesta temática con tu maromo, en el que os convertiréis en Tarzán y Jane, y veremos al Ulloa colgado de la lámpara con un taparrabos (jejeje) mientras llena la estancia con su grito de la selva. Ains… pues qué buena historia ¿no?

Y ahí que Raimundo llega con ganas de parlamentar, como siempre, y Francisca le despacha rapidito. El hombre está preocupado por las posibles consecuencias que pueda tener la actitud de su chica con los trabajadores que ya han protestado por no recibir su salario. A sus oídos ha llegado el hecho de que Francisca hizo reventar la asamblea que habían montado los jornaleros debido a la situación que están viviendo. Él pretende que ella entre en razón, y ella solo puede pensar en esos momentos en su fiesta y en sus invitados.
 
 










 

El servicio, que no puede ocultar su malestar por no haber cobrado, es sorprendido por Francisca que les exige una explicación. Hija Paquita, con lo larga que eres para unas cosas, lo cortita que te muestras ahora. Pues ¿qué crees que les va a pasar? Ya te lo dije antes. Trabajar por amor al arte, pues como que no. Que hay que comer, pagar facturas y un largo etc. Que a ellas tu fiesta les importa poco más que un mojón.
 
Esto va a terminar mal. Muy mal. Y digo yo… como detrás esté el Fontanedo o la Tita Lali, preparaos porque no vais a tener prado para correr. Poner a mi Paca a la altura de un Bárcenas cualquiera, no ¿eh? Por ahí, NO.

- Voy a acostarme un rato. Entre todos habéis conseguido que se me levante una jaqueca -. (Pues anda que no te queda tarde, morena)

¡Y llegó la hora! Fiestaaaa, qué fantástica, fantástica esta fiestaaaaaa


…qué fantástica, fantástica esta fies…

Ups. Pues parece que no está allí ni el tato. Vamos, que no ha ido ni Perry. El cura (cómo no… va a perderse un sarao este hombre… y eso que lo organiza esa mala pécora que no le arregla el tejado de la iglesia… mecachis…), y los Mirañar.

La Paca, guapísima. Y a su lado, ese pedazo de cacho de hombre vestido de negro que altera mi ritmo cardiaco, llamado Raimundo Ulloa. ¡Señor! Si no necesitas nada más en esa fiesta teniendo a ese hombretón al lado, ¡muchacha! Ni ostras, ni tartas (que a todo esto, para la próxima, te hago yo la tarta querida, que me salen mucho más bonitas y están para chuparse los dedos).

¡Venga! Despacha a todos y amárrate a tu Tarzán. A colgaros de la lámpara. ¡Vamos! Que ya tardas

Dolores hurgando en la llaga.

- Y ¿no será que se ha equivocado usted de día? -.


Pues no, alcaldesa. Lo que ocurre es que alguien ha ido esparciendo mierda sobre Francisca, acusándola de traidora a la patria por evasión fiscal y además, amancebada con el ex tabernero más buenorro del pueblo.  ¡Si es que Francisca es una adelantada a su tiempo! 

- Los invitados deben estar al llegar. Es evidente que han debido sufrir algún contratiempo -.

- ¿Todos? -.


Hay que ver, alcalde. Su mujer abre la herida y usted se encarga de echarle sal. Está visto que el tacto no es el fuerte de ninguno de los dos. Y Raimundo, al que la tostada le huele hasta Munia, ahí calladito, no sea que hable y se lleve un muerdo. Eso sí, con una cara de “te lo dije” que es para patearle. 

Pero estás tan sumamente guapo, que te perdono esa tontería que llevas y me autorregalo estás imágenes 
 

Y llega Mauricio. Y a Francisca se le iluminan los ojillos. Expresión que le cambia de golpe y porrazo cuando su capataz le informa de que ni en la estación ni en la lontananza se divisa coche alguno. En otras palabras. Ni Perry chata. Ni Perry.
Permíteme que insista, pero... ¡AY SEÑORRRRRRRRRR!

Pisotearé al culpable de haber causado esta aflicción en mi chica. Esa carita me ha partido el alma. Fontanedo… Tita Lali… habéis despertado la furia de las raipaquistas y los raipaquis-tooos.
 

Nota: Ya sabéis que paso de comentar el resto de escenas que se suceden en el capítulo, y que nada tienen que ver con Francisca o con Raimundo. Pero es que el brindis de hoy de Bosco con toda la jauría en la casa de la piruleta, es para darle una guantada que le deje la cara del revés.

- Por Francisca Montenegro. Porque tenga un feliz aniversario y porque esté tan bien, como nosotros lejos de ella -.

Buena o mala, si eres lo que eres ahora mismo, pedazo de idiota, es gracias a ella. Si no, seguirías en ese bosque. Apaleado. Y sin familia.

¡¡AVANCES!!

Francisca está destrozada por el desplante recibido, mientras Rai le acaricia suavemente el hombro. Hijo mío, si quieres te prestamos un palo de selfie para que la toques desde lejos… Madre mía qué guantá tienes a veces, tío. ¡¡Abrázala!! ¡Consuélala! Dile que esa panda de desarrapados no se merecen ese fiestorro que había montado, y que a la de YA os subís a la alcoba para que puedas darle tranquilamente, su regalo de cumpleaños. Tú… ya me entiendes…

Que hay que dártelo todo hecho, cari… Ainsss. Eso sí, vas guapo a rabiar. ¡Buenorro!

- Si desean guerra, será guerra lo que obtengan -.

Y con esto y un bizcocho, Ruthy Prats se despide… ¡Hasta la próxima!

1 comentario:

  1. Buena historia, no Ruth ¡¡¡buenísima!!! Al aire lo digo, espero que “seme” entienda, ajajajajajaj

    ¿Pero cómo va a pensar en esas menudencias? ¡¡Que es su cumpleaños!!

    Los curas es que no se pierden una y los Mirañar, menos.

    Pobrecilla la cara que se le ha quedado, y no es para menos. Ese atajo de ingratos no se merecen pisar el suelo que pisa ella. Y como bien dices tú

    “¡Venga! Despacha a todos y amárrate a tu Tarzán. A colgaros de la lámpara”

    Dolores mete el dedo en la llaga, pero Pedro…. Pedro se las trae.

    Raimundo, hoy, casi que no me ha cabreado, se le ve que está acongojado por la fatídica situación que se le ha venido encima.

    Y repito tus palabras

    Permíteme que insista, pero... ¡¡¡¡¡pero este tío es GILIPOLLAS!!!!! No quiero que aparezca por la Casona ni aunque vaya arrastrándose y suplicando perdón. Idiota, más que idiota, tú y todos los de tu escalera.

    Muchas gracias Ruthy Prats, a pesar de lo malo del capítulo, me he reído mucho con tu comentario.



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