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miércoles, 10 de junio de 2015

Capítulo 1089

Buenas noches a todos. Os traigo un nuevo capítulo de nuestro querido Puente Viejo. Nada más y nada menos que el capítulo 1089, parece mentira que haya pasado tanto tiempo, cuando hace nada estábamos viendo a nuestros tórtolos hablando bajo ese viejo roble, allá por el capítulo 4. Y aquí estamos también, a un paso de las 100.000 visitas a nuestro blog. Estamos que lo tiramos, aunque parece que se avecina una mala época para los nuestros. Tras como ya es costumbre, saltarme al trío bosquejo, al Jaral y demás fruslerías, como diría nuestra Paca, llegamos a las escenas que verdaderamente nos interesan. En el despacho Francisca impone al director del banco que solucione lo antes posible sus problemas bancarios, tras la infructuosa llamada que el banquero ha realizado.
Nos vamos directo al salón de la Casona, Raimundo ha llegado del Jaral y le cuenta a Francisca que se acuerda de las muertes de sus hijos Tristán y Sebastián, al ver a Bosco en esa situación, Francisca que ya conocemos lo que le cuesta expresar sus sentimientos, le dice que no se preocupe, que Bosco es un chico fuerte y saldrá de esta. No obstante, se puede observar en su rostro la preocupación por la salud de su nieto.
A continuación Francisca le cuenta que el director del banco ha sido incapaz de decirle que es lo que ocurre con su dinero. A pesar del problema, Sigue empeñada en seguir adelante con la celebración de su cumpleaños, no quiere convertirse en el hazmerreír de toda la élite social de la que es miembro. Raimundo le pide que al menos debe pensarlo, pero como sabemos que a Francisca no la manda nadie, hace oídos sordos e inmediatamente después le entrega e Mauricio el único dinero líquido que le quedaba en la Casona para pagar las bebidas de la fiesta. Es evidente, que Raimundo está siendo más sensato que ella, y Francisca no es consciente de la gravedad del asunto.
Un apunte tonto, y que quizás sea fruto de mi deseo porque así sea… _”¿No subes a descansar?” _”No cariño, sube tú” Llamadme ilusa, pero me ha dado por pensar, porque es evidente que de esta frase no se puede intuir lo más mínimo, que ya duermen en la misma habitación… En la siguiente escena, Francisca desayuna tranquilamente en el jardín, y llega Raimundo cabreado porque finalmente va a seguir con la fiesta, cuando la noche anterior le había prometido que lo pensaría. No sé a vosotras, pero a mí me pone cuando Raimundo despierta de su letargo soso lechuguero y se enfada, aunque sólo sea un poquito como es en este caso.
Y hay dos frases míticas que he querido destacar en esta escena, la primera: _”…pensaba que para ti era algo más que un señor para pasar el rato” (no sé vosotras pero a mí se han venido de repente a la mente esas famosas siestas). Por supuesto Francisca (que en ese momento también habrá pensando en las siestas), le dice que claro que es más que eso. Raimundo la intenta hacer ver que si los problemas bancarios tardan en solucionarse, no tendrá ni para pagar la factura del Colmado, y lo siento Paquita, pero tu chico está en lo cierto, te estás metiendo en la boca del lobo. Y ella sigue convencida que se trata de un simple problema burocrático que se solucionará en horas. Y aquí viene la segunda frase mítica de esta escena: _”¡¡terca como una mula!!” Y lo mejor es que Francisca le escucha y parece casi sonreírle …¡¡¡Qué grandes sois!!!
En los avances vemos a Francisca contenta y organizando todos los detalles para la fiesta y una segunda escena con la chaqueta de Raimundo…Ummm esa escena promete.
Hasta más ver Raipaquistas y raipaquis-tos.

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