Selecciona tu idioma

.

lunes, 27 de julio de 2015

1123

Muy buenas tardes raipaquistas. No, no os preocupéis, que no estamos en septiembre aun, pero hemos vuelto por una razón de mucho peso.

Hoy es un día muy especial, pero que muy, muy especial. Hemos dejado  la sombrilla de la playa y aparcado las vacaciones, por un motivo que todas las raipaquistas llevamos esperando, la friolera de 1122 capítulos.

Sí, eso mismo que estáis pensando. ¡Raimundo pide matrimonio a Francisca! Y por este gran motivo, hemos abierto nuestro querido raipablogger, porque esta ocasión lo merece, ¡vaya si lo merece!
Nos espolsamos la arena de la playa, dejamos el daiquiri a un lado y comenzamos a relatar lo que está ocurriendo con Francisca y Raimundo.

Vamos a hacer un breve resumen para ponernos en situación. Comencemos pues.

Francisca está mosqueada, porque Raimundo lleva varios días esquivo y nervioso. Manda a Mauricio que lo siga y averigüe lo que está tramando, porque últimamente visita mucho a don Anselmo. Pero como todos sabemos, Mauricio no es muy discreto y no se le ocurre otra cosa que ir directamente al cura y preguntarle. Don Anselmo  se presenta en la Casona a decirle que Mauricio ha intentado sonsacarle sobre Raimundo y que sabe que ella es la que lo ha mandado, coa que ella desmiente.

─Si quisiera saber algo sobre Raimundo, le preguntaría a él, que…  suelo tenerlo…  bien cerca. (Ese “Bien cerca” y la carilla de la Paca, nos ha rebelado lo que todos sabemos ya, pero, Paquita ¿Cómo se lo dices así a un cura? ¿No ves que te va a excomulgar por vivir en pecado?)
Don Anselmo se hace el sueco ante estas palabras y le dice que puede estar tranquila con Raimundo, pues no está tramando nada.

Mauricio se lleva una bronca por su poca sutileza de ir a sonsacar al cura, y le dice que continúe vigilándolo, pero con discreción o tendrá bronca con Raimundo.
Lo de la santa Emilia, ofreciendo a su padre comida para los dos, me lo voy a saltar, porque de lo buena que es, un día la va a llamar Dios a su diestra. Pero una capturilla sí que voy a poner, porque Raimundo lo vale.
Y llegamos a lo verdaderamente interesante. Raimundo llega con su cestita repleta de viandas, mientras Francisca, como una recluta, pela patatas.

Francisca le dice que no sabía que iba a pasar por el pueblo, y Raimundo le cuenta que como no va a saberlo si ha mandado a Mauricio a que lo siga, ella lo niega, pero él le contesta que se lo encuentra por todos los sitios e incluso le pregunta a don Anselmo. Francisca le dice que tiene razón, que ella le pidió que lo vigilara.

─¿Por qué desconfías de mí?

Ella le dice que sabe que se trae algo entre manos y que se lo está ocultando.

─¿Y en qué te basas para suponer que me traigo algo entre manos?

─Nos conocemos desde niños. Se te nota mucho cuando andas intrigando como ahora.

─¿Tan trasparente soy?

─Sí a mis ojos. ¿Qué ocurre Raimundo?

Raimundo no sabe como contestar a su pregunta, pero ella insiste en saberlo. Francisca piensa que ha contratado al hermano del cura para que los defienda. Raimundo le aclara que no tiene nada que ver con dinero, pleitos ni nada de eso. Francisca se impacienta y lo amenaza que si no se lo cuenta, no será Mauricio quien le persiga, será ella la que no lo deje ni a sol ni a sombra. (Mala idea Francisca, eso que le has dicho de perseguirlo a donde vaya, es muy tentador para Raimundo)

Raimundo le confiesa que algo trama, pero que esperaba que tardara más en darse cuenta, que esperaba decírselo en otro lugar, de otra manera, sin enfados de por medio, pero que el sentimiento es el mismo.
Y tachannnnnnn

─Francisca Montenegro ¿Quieres casarte conmigo?

Aquí, con estas palabras, con este hombre, hemos muerto, Francisca y todas nosotras, aisssss ¿se puede ser más encantador que Raimundo?

Francisca se queda sin palabras y mira que eso es difícil, ha sido tal la sorpresa, que no se cree lo que ha escuchado de boca de su marinovio (gracias Sole por la palabra, me encanta)

A Raimundo le hace gracia la cara que se le ha quedado a Francisca, y es que no es para menos ante la proposición que le ha soltado a bocajarro.

─Tenias que verte el semblante, me encanta pillarte desprevenida. (Pues si llegas a ver el nuestro)

─Chanceabas ¿No es cierto?

─Ni por asomo. (Aisssss)

Francisca no sabe qué hacer, ni que decir, la ha pillado con el paso cambiado, está nerviosa y Raimundo se divierte viéndola así, ha logrado descolocarla.

─¿Qué es lo que has oído?

─Un, un desatino…una torpeza colosal.

─Y eso que aun no he clavado mi rodilla en tierra.

─¿Por qué ahora Raimundo?

Francisca no da crédito a sus palabras, no entiende, ni se esperaba esto. Pero Raimundo se lo aclara con ese piquito de oro que se gasta.
─¡Porque te quiero Francisca! Porque sigo enamorado de ti. Y porque es la mejor manera de demostrártelo. (Aissss, voy a pararme unos segundos, porque ya no puedo con la vida ¿Se puede pedir una declaración de amor mejor que esta?)
─Cuando nada tengo. Cuando… nada soy.

Rectifico lo que he dicho antes, sí se puede hacer mejor la declaración.

─¿Nada dices? Tú lo eres todo para mí. Las luces y las sombras. Las risas, los llantos. (Uffff señor, sin una miaja de oxigeno que llegue a mis pulmones estoy)

─Más llanto que risa y tanto más sombra. Y encima sin un céntimo para alumbrarlas.

─Naderías. Mi amor está por encima de tus tierras y de tus heredades. Presumo que tú me quieres de igual modo ¿Por mis posesiones no será?

Ay señor, señor, la mejor y más tierna declaración de amor, jamás contada en toda la historia de PV. Si es que, estos dos, son de lo más achuchable que pueda haber, me han entrado ganas de traspasar la pantalla, darles un abrazo y comérmelos a besos ante semejantes palabras.

Francisca que aun no sale de su asombro, le pide que si tanto tiempo lleva anhelando hacerla su esposa, bien puede esperar un poco más, hasta que ella pueda asimilar lo que le ha dicho, pues no todos los días le piden a una matrimonio.

─Precisamente por eso, deberías aceptar  ¿No crees?

─Acaso de demorarme… ¿retiraras tu propuesta?

─No, por supuesto que no. Aunque me devore la impaciencia por conocer el sí de tus labios, te concederé ese tiempo si es verdad que lo precisas.

─De lo contrario no te lo pediría. Gracias Raimundo, de corazón.

Y respirando malamente después de esta pedazo de escena, Francisca y Raimundo, se funden en un abrazo con un beso,
no, uno no, dos preciosos besos, y otro (que nos ha matado a todas y no me digáis que no) ¡¡En el cuello!!

Y hasta aquí todo lo que ha ocurrido hasta el momento, vamos directas al bodorrio y ¿por qué no? Al raipapolvo en ON. Esto ya no hay quien lo pare. Estad atentas al blog, porque esto no se ha acabado aun. Estamos de guardia como las farmacias y las UVIs raipaquistas. A ver cuántas salimos vivas de esto.

Nos vemos de nuevo cuando Francisca le de contestación a Raimundo, hasta ese momento, repetid conmigo…

Inspirad… respirad… inspirad….










No hay comentarios:

Publicar un comentario