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martes, 22 de abril de 2014

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La llegada de nuevos aires a Puente Viejo auguraba un pequeño rayo de sol entre tanta tormenta invernal. Y es que la primavera se abría paso con el regreso de Jacinta y de Fernando Mesía. Lástima que todo haya quedado en un espejismo, al menos de momento. Puede que quizá peque de impaciente, pero a estas alturas, el sopor que se adueña de mí cada tarde que enciendo el televisor y veo tanta desgracia y gimoteo cuando una ya arrastra lo suyo (y al igual que yo, cualquier mortal que solo pretende desconectar durante un rato de su día a día…) ya raya la desesperación televisiva. Pero en fin, vayamos paso por paso.


Si ayer terminaba el capítulo con Martincito y el susto metido en el cuerpo (Ejem ejem, a veces más parece que este chico tenga horchata en vez de sangre, y es que siempre tarda un mundo en reaccionar), comenzamos hoy con el regreso de la desaparecida. ¿Cómo no entender la desesperación de una madre que acaba de descubrir que su pequeñina ha muerto? Sentimiento completamente humano no aceptar la pérdida de alguien que forma parte de una misma. Todos necesitamos un proceso. El caso es que la muchacha le hace saber que ha estado a punto de cometer una locura incapaz de aceptar que su hija ya no está junto a ella, con la consiguiente preocupación de él. Normal.


Pasamos de escena. Preocupante me resulta el hecho de que Francisca aparezca cada vez con más frecuencia con una copa en la mano. Pero aún me preocupa más, o quizá debería decir que “me aterra”, que la alternativa que tenga la pobre mujer si no es el copazo, sean sus queridísimos primos. Que Paca no es mi Paca desde hace tiempo es evidente, porque además ella solita se está metiendo en la boca del lobo. ¿O puede que el lobo esté en su casa? Me quedo con esta segunda opción. Fulgencio está resultando más inquietante de lo que podíamos pensar en un principio. ¿Qué demonios oculta? Ni Francisca, con todo lo que ella ha sido, consigue que el menda suelte prenda (toma pareado!!) Y lo que es peor:  tampoco se deja cuidar por nuestro I LOVE MAURICIO. ¡Menos mal que el capataz está al quite!


Ay Paquita… con lo que tú has sido :’(







Y venga, rebotando de alegría en alegría y tiro porque me toca, llegamos a la posada. A Emilia y a Alfonso no les salen las cuentas… ¡Como a casi todos los españoles! Ni con todo el dinerillo que mi Raimundo les entregó tienen para acometer esa reforma y alicatado a la buhardilla. Tocará esperar a tiempos mejores. Aunque, ¿tiempos mejores? ¿en Puente Viejo? ¡Me parto y me mondo! En fin, que llega el pupas, la otra mitad del Philadelphia, que anda con la mosca tras la oreja con su enfermedad. Lo dicho, todo alegrías. Por cierto, mucho “trae la mantequilla, que ahora te pago”, pero a Anibal le han hecho un simpa en toda regla.


Y con el dolor intenso de mandíbula que me produce la felicidad que en ese pueblo se respira, me paso a otra escena.


¡Ay ay ayyyyy mi Raimundo…! Con Conrado. Bfffffff. La historia del balneario no puede importarme menos, salvo por el simple hecho de que exista la posibilidad de encontrarme al machote Ulloa en bañador tomando unas aguas termales en compañía de cierta moza en otros tiempos catatónica. ¡Exijo un jacuzzi raipaquista privado de la época! La conversación amenísima se ve interrumpida por el portador siempre de buenas noticias que es Gonzalo. Raimundo, que aunque sea abuelo de la niña, se entera menos de lo que a la susodicha le sucede que si estuviese leyendo el manual de montaje de un mueble de Ikea, intenta consolar al muchacho.


 
 









Habitación del Jaral. María sigue medio ida y Aurora pendiente de Lesmes porque le nota raro. Estupendísimo. No me interesa en absoluto. La doctora Honoris Causa por la Universidad de “MeMetoEnTodoPorqueSoySuperGuay” propone a María ir al cine a ver la película de su tía Mariana. “¿Es que no ardes en deseos de verla?”. Claro que sí hija. Es el sentimiento que surge cuando pierdes a un hijo. Deseos de ir al cine… anda que…


Regresamos a la Casa de Comidas para ver de nuevo a nuestro queridísimo Rey de las Pelusas conversando con el páter sobre otra de las grandes preocupaciones. Qué muchacho se salva de ir al frente. Si pusieses el mismo empeño e interés en todos Rai, sobre todo en aquella a la que tanto amas… ainsss en fin. Que no son capaces de decidir quién queda excluído. Y como nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, ante el menor contratiempo, ¿por qué no acudir a Francisca? Sí, a esa misma a la que todos odian pero a la que no dudan en pedir favores.



 

 







Y llega el gran Chindasvinto (“Gran” por decir algo) Espera… un momento… ¡Paren las rotativas! ¿Otra vez Raimundo? Me estoy empezando a preocupar. Demasiada aparición del Ulloa seguida. Al final tendremos que llamar a Iker Jiménez para que estudie este caso tan poco frecuente (Ejeeeeeeeeemmmm guionistas) En fin, me detengo en esta historia el tiempo suficiente para recrearme en la visión de este hombretón. Nada más.


¡Si es que es para comérselo!








 

 









Y así en un plis, nos vamos al Jaral (ZZzzzzzz). Don Anselmo quiere celebrar un funeral por Esperanza. Gonzalo acepta casi de inmediato, no así María. En fin, a otra cosa mariposa. Y la siguiente escena me lleva al dispensario. Pasando… ¬¬


Y como el deporte favorito de Puente Viejo es el  “tocamiento de narices Montenegro” para luego así poder llenarse la boca maldiciendo a Francisca por carecer de buen corazón, el cura y el alcalde, dos de los grandes especialistas en este deporte, solicitan su ayuda para librar a dos chavales de ir a la guerra. Y Francisca que está más revenida que una pasa a falta de un buen meneo Ulloa, evidentemente se niega a prestar dicha ayuda.









 

“Discusión” Gonzalo-María. Tal vez deberíamos recordarle al ex cura, que María necesita ese proceso de asimilación que él ya tuvo hace días. Que no olvide que la chica acaba de enterarse. Y que sobre todo se de cuenta de cuál era su actitud cuando todos le decían que aceptase que su hija había muerto. Fin de la historia.


Mariana se despide de su chico; Chindasvinto se hospedará en la posada, para regocijo de Alfonso que lo flipa con sus trucos; y me vuelvo a la casona que está la cosa más interesante.


Francisca otra vez intentando sacar a Bernarda de su cascarón. Esta mujer me desconcierta y mucho. Convenientemente, cuando la conversación no es de su gusto, se esfuma dejando a la Montenegro con la palabra en la boca. Yo no sé si Bernarda es “tonta” o se lo hace…









Y avanzando, avanzando, llegamos a una de las grandes escenas de hoy. Al menos por el discurso que Candela ha soltado por esa boquita. ¡Madre del amor hermoso! Harta de gimoteos, de lloriqueos y de ser paño de lágrimas en el Jaral. Claro, todo esto obligada por las circunstancias, pero qué gusto…!!


Mauricio que desconfía de Fe y se lo hace saber a Mariana.


¡¡AVANCES!!


Ostras, Francisca, si te sientes sola date un garbeo por la Casa de Comidas. Unas carantoñas a uno que yo me sé y lo tienes en el bote. Pero no se lo digas al primo, que la armamos!!


Y con esto y un bozcocho... ¡Hasta mañana!

3 comentarios:

  1. Grazie Ruth per l'articolo e le foto davvero curiose e originali (mi riferisco soprattutto a quelle di Raimundo con le mani dietro alla schiena...per caso gliele hanno legate? Ahahah) Per quanto riguarda Bernarda, in Italia si dice "ci è o ci fa"? Lo scoprirete nei prossimi capitoli :)

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  2. Las capturas preciosas Ruth. Por ver a María Bouzas y a Ramón Ibarra, merece la pena ver la serie, porque por los demás... uffffffff

    Bernarda es más mala que Fulgencio, ya lo veréis. "Librame de las aguas mansas, que de las bravas me libro yo" No hay más que ver como se escabulle de Francisca cuando no le conviene lo que le pregunta.

    Francisca ha hecho cosas malas, sí, pero muy buenas también, y en este juego la que más pierde y sufre (no quiero decir que los demás no sufran) es ella, aunque nadie quiera verlo. Ya veremos hasta donde la pisotean esta vez.


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  3. Ay ay ayyyyyy... pero que guaperrimo está este hombre... jajajaja
    Menos mal que seguimos teniendo nuestro personal humor y sacamos de donde podemos esas ganas de comentar día a día todos los capítulos...

    Muchas gracias reina...

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