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viernes, 4 de abril de 2014

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Bueno, ¡pues aquí estamos un día más! Haciendo esta cosa que se nos da medianamente bien, ¿no? Ese sarcasmo tan bueno que nos caracteriza a las Raipaquistas (y no penséis que aquí va a sobrar... Insensatillos). Aprovecho, ya que estamos, para dar las gracias, una vez más, a todas aquellas personas que han encontrado interesante pasarse por aquí hasta el punto de superar las 10.000 visitas, ¡moláis peña! Y sin más dilación, empiezo, que la cosa va de deportes de riesgos en el capítulo de hoy.

Después de recomponerme del grito desgarrador de Pepona, que casi me mata del susto (que alguien me explique qué tipo de alarido extraño es ese), ¡maravillosa Loreto! Y lo digo y lo repito. Eso sí que es un grito, por favor, y a parte de los temas vocales, grandísima interpretación. He visto el dolor de una madre que ve a su pequeña niña perderse en el vacío en manos de su mayor pesadilla. No tan espléndido pero sí bastante bien ha estado Jordi en su papel de padre. Y el caso es que se lanzan ahí como locos al río tras Chopito y la beba. ¡Contra viento y marea! Y se hartan a poner planos de Aurora con sus gestos de loca de psiquiatra (más que Jacinta, ¡por Dios, alguien, quién sea, ponerle una bolsa en la cabeza! Aquí no capturo nada porque con tanto giro de cámara para un lado y para el otro no me salía a mí una captura en condiciones (y que tampoco hay ganas, ya os digo yo que se tiran, ¿para qué queréis más? ¡Exigentes!)

Yo pensaba que me iba a topar con la continuación del deporte de riesgo por el río (sin piragua ni na' que van, ¡A lo loco! Pero no, tocan los Mirañar en la Posada con sus rollos de los dioses, los santos, los rituales, las piruetas... Y todo para que caigan cuatro gotas. Y claro, Mauricio, que le gusta todo esto de chotearse de ellos, les impulsa a seguir adelante como unos campeones (mientras Alfonso en la lejanía sigue flipando por más que pasen los años con esta familia). Luego se van los pobres y claro, Mauricio se descojona. Que malote.


¡Volvemos a los deportes de riesgo! Menuda desesperación. Y luego decían de la partera con su hijo. Congelados, empapados, y sin su pequeña niña. No es que me vayan mucho (realmente me estoy saltando la escena) pero oye, sólo por el trabajito que se han marcado, mención y un par de capturas. ¡Muy buen trabajo! ¡El de actuación y el de riesgo, también!


Los Buendía... ZzzzZzzz... ¡Coño! ¡Que sale, Raimundo! Pues eso, que sale. Ni captura voy a hacer. ¿De qué va ahora? ¿De recadero? ¿Consejero? ¿Pasajero? A mí de cuarto figurante, ¡no, señores! ¡Me niego! Volvemos con María, medio congelada y desolada en mitad del bosque mientras Martín sigue buscando a la pequeña, y es que aquí llegan Aurora y compañía (y voy corriendo un tupido velo tirando a la siguiente secuencia). ¡Casa Castañeda! Emilia colocando con amor una fotito con su nieta (madre mía la que se viene encima) mientras Alfonso se encarga de la compra que hay que llevar a la Posada, y la calma no tarda demasiado en irse con la llegada de Candela, que viene a contar la locura que se ha montado en la Garganta del Diablo. ¡Todos pa' ya! Y María que sigue ahí dándole vueltas al tema, y que llega Gonzalo con las manos vacías, ¡depresión!

Raimundo de nuevo (¿otra vez? ¿no son demasiadas veces para un figurante?). En esta ocasión lo tenemos con el hermano blanco e insoportable de Terence. La rabia se palpa claramente en el Ulloa pues Terence, pese a la que lió con Olmo (motivo por el cual no me terminó de agradar), se ganó buenos amigos por esos lares. Aunque llegó liándola y del mismo modo se marcha, ¡gracias, Wilder! ¡El blanco y el negro! Y yo que pensaba que terminaba la secuencia pero, ¡no! Aparece el páter para dejarnos ver a Raimundo un poquito más. Pero tampoco mucho, sólo para parlotear de los Mirañar "El pan nuestro de cada día". Y le sigue a esto la locura Mirañar, de la cual hago una instantánea de su ritual porque no están mal de la chota ni nada... No. Aunque le agradezco a don Anselmo que aparezca para no ser tan "bondadoso". ¡Cenizos! ¡Qué espantáis a la lluvia con vuestras idas de olla! ¡Fuera plumas! (Pobres).



¡Raimundo otra vez! ¡Y van tres! Increíble pero cierto. En esta ocasión, Candela (que la tienen a la pobre de mensajera) va a contarle lo ocurrido con Esperanza y Fernando. ¡¡Madre mía!!, aquí esto de ser felices un rato y ya, ¡si no es malo para salud! ¡A preparar las partidas y que suenen las campanas! Se ha liado gorda, gorda, gorda. Ya podrías ir a pedirle ayuda a tu churri, compañero. Le sigue a este momento de tensión la paz que, de momento, se respira en la Casona. Fulgencio y Francisca hablan de política y economía, aquí se cuece algo, Francisca pregunta, Fulgencio esquiva... Bla, bla bla... ¿Qué querrá este hombre de esa reunión/fiesta? De aquí no capturo nada que el primo me da muy mal rollo, ¡no quiero! ¡No gustar! Más de los Mirañar (y aquí ya no comento). ¿Becerro de oro? ¿Gafes? Madre, madre... ¡Pero atención, que sale Raimundo otra vez! Ahora el mensajero es él, le busca para ponerle al tanto de todo, la que ha liado el Mesía. ¡Todos volcados con su búsqueda!



Todos se reúnen en el campo para organizar las búsquedas. A María hay que llevársela (que se pone reticente, la pobre). Les va a dar un chungo con tanto drama. Seguimos con los Buendía... ZzzzZzzz... Ahora sí que me lo salto que Raimundo no está por ahí. Ni aún llegando María con la tropa para atenderla, ¡qué movidas las de esta familia! Todo por liarse con Gonzalo, la niña. ¡La maldición de los lunares! ¡Eso sí que es una maldición! Y ya lo corrobora la Paca cuando se entera de la noticia al llegar al Colmado que, espera, claro, es mala... Por eso reacciona así ante lo ocurrido con Esperanza, de lo mala que es... Malísima.


Lesmes atiende a María. La family alrededor. ¡Y seguimos! La Paca llega a la Casona para que le dé un chungo y en el despacho se mete. Su cara es de felicidad absoluta porque, claro, es mala, malísima, y recuerda a su ahijada y a la pequeña con maldad, ¡qué ruin es esta mujer, por favor! Llega Mauricio para ponerle al tanto de lo ocurrido y espera instrucciones de su señora. Francisca sabe que María la ha despreciado, que no merece su ayuda por marcharse de su lado y acabar en brazos de ese hijo de la partera, por negarle la oportunidad de acudir al bautizo de su bisnieta. Pero no. Ella no es así por más que traten de enterrarla siempre en el mismo fango putrefacto. MAS, YO NO HE DE PAGARLE CON LA MISMA MONEDA, NO DEBIERA HACERLO. Queda dicho por Francisca. Mauri, tira a ayudar al muchacho que tu señora te lo pide. ¡Malísima que es!


Mauricio con Fe. "Alto ahí, prenda" dice Fe. ¿Prenda Mauricio? Iba a pasar, pero me retengo en esto que lo he oído. Por favor, por favor. ¡Qué salá es esta mujer (de momento)! ¡Siguiente secuencia! El diagnóstico de Lesmes. Todos pierden la esperanza (nunca mejor dicho) y dudan que la pequeña esté viva, pero Emilia no se rinde, no, no. ¡Su nieta vive! Seguimos, seguimos... Mariana se entera, al fin, de lo ocurrido con Esperancita. ¡Hoy el capítulo va de hiperventilaciones y manos al pecho! Las partidas se disponen para buscar a la niña aunque pocas expectativas hay de encontrarla con vida (si es que la encuentran). Llega Mauricio con unos hombres para ayudar por mandato de su señora. Gonzalo titubea, ¿aceptará? (Pero ya os digo yo que según el avance del lunes va a decir que sí, ¡tomar spoiler!).


AVANCE. Buscan a la niña sin cansancio, tanto que don Anselmo teme que Gonzalo enferme (¿por qué cuento esto? Pues porque Raimundo anda ahí, manchadito de barro y polvo, todo guapísimo con su gorrita y esa bufanda tan sexy... Arrrghh...). Luego la fiesta en la Casona, "Venga Fulgen, no te enfades, que sólo te va a gastar una bromita la Paca para que todos se rían en tu cara, JAJAJAJAJA". ¡El doctorcito maltratador! ¡Asesino y maltratador! Y por último, y no por ello menos importante, venga, ahora sí que es un poquito malota. Dejemos claro en el pueblo que todo lo malo ocurre por los pecados de esos dos. Y fin. La semana que viene RAIPAPOLVO, seguro, ¿eh?











1 comentario:

  1. Los inventores del barranquismo son estos dos, jajajajaj

    Del aullido, alarido, bramido o lo que fuera eso, me guardo la opinión, porque se me pusieron los pelos como escarpias y no de la emoción, ajajajajajj

    Que mala es la Paca, como se regodea con la desaparición de Esperanza, ¡¡Di que sí Francisca, no muevas un dedo para ayudar a buscar a la hija de la desagradecida de tu ahijada y el impío de su amante!! Uy que no, que sí va a ayudarla aunque no debiera, es la costumbre, como ella “nunca” ayuda a nadie… (Por eso van todos a pedirle siempre, porque no ayuda)

    Vaya, vaya, es verdad, al figurante le han dado horas extras, de recadero, carpintero, posadero… que desperdicio. Con la de trabajos manuales que puede hacer este hombre (y no me refiero a esas manualidades que he dicho, si no a esas que todas habéis pensado, jajajjajaja)

    Que poco aguante tiene este Fulgen, una bromilla de nada ¡y va el tío y se enfada! ¡Pues haberte metido a estibador o mulero!, jajajajajajajajaj

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