Vienen, tras llegar a este capítulo, momentos tan del recuerdo como la primera vez que vimos a aquellos que nos han dado la inspiración para este trabajo diario. Ella con su calesa averiada y un molesto dolor abdominal, él con La Vanguardia y su filosofía de la vida. Después vinieron muchas cosas, la mayoría malas, otras tantas intensas y encerradas de sentimientos y secretos, muchos secretos. Y así, en un vaivén confuso donde tanto amor/odio terminó por despistarnos (de lo mucho que se ha visto siempre lo primero), llegamos al punto en el que lo más extraordinario resulta calcular cuánto tardarán en cruzar sus miradas en un pueblo que no supera los, ¿2 metros?
¡En fin! ¡Pacientes y sufridas! 800 capítulos siendo fieles a esa caracterización... Sin más dilación, doy entrada al interesantísimo capítulo adornado con la Semana Santa. ¡Allá vamos!
Aurora y Lesmes. Nikea está a punto de confesarle que su hermana Jimena no es tal pero Dolores entra en escena y corta la conversación... ¿Interrumpe? Sí, interrumpe... Bueno, no, no interrumpe, ¿o así? Da igual, ¡quiere pomada para rozaduras de "agárrate y no te menees"! (Bla bla bla... Cabecera...) ¡Mauricio y Fe! Liada con el maletín pues Fe lo descubrió capítulo atrás con las manos en la masa. Mauricio finge que fue un malentendido para evitar que su empeño en sonsacar lo que quiera que oculte Fulgencio se vea trastocado. Fe parece aceptar sus palabras porque "pía más que las cacatúas del retiro", ¡y le sonríe! ¡Mauricio sale en el cine! ¡El Marlon Brando de Puente Viejo! (¿A qué termina de picoteo (y no de parlotear) con la criada?).
Los Castañeda y Gonzalo/Martín/Pepón/Guasimodo/Esperpento/Curro hablan de María. Parece que los remedios de Tula hacen efecto pero el de todos los nombres (¿será Satán?) sigue triste. La desaparición de la niña, su odio a Fernando, el no haber escuchado a su amada cuando le habló de él, el no saber cómo afrontar la realidad cuando ella despierte... Alfonso y Emilia dan ánimos pero pronto han de irse, que hay jaleo con la procesión de la tarde. ¡Comienza la procesión! Tambores, capuchinos, santos... Y una música y un paso fúnebre que invitan al camposanto y no a la celebración de los santos... ¿Pesa la tristeza por las desgracias acontecidas recientemente en el pueblo? Pero que alguien me explique que hace el señor Ulloa alias 'El Hereje' ahí metido y Francisca alias 'La Devota' desaparecida... Mal... Muy mal...
Después de la procesión en la plaza nos vamos a la Casona para ver como Francisca se nos pone guapísima y Raimundo no la va a ver... Mal... Otra vez muy mal... Se van de rezos para celebrar la Semana Santa, Fulgencio decide no acompañarlas pues tiene que preguntar a Fe si hay algo que deba contarle. La mujer tiembla ante la cuestión de su señor pero ahí queda la cosa. ¡Los Buendía! Aníbal amenaza a un golpeado Doroteo con mantarlo mientras esperan la llegada de Isidro. Todo parece estar dispuesto y no existe una posible retractación. Isidro le dará matarile para vengar a Rita, ¡Hasta el hoyo está cabado! Y quién no lo quiera ver, ¡puerta! Los Mirañar al borde de un infarto... La penitencia que llevan es mortal... Por eso quería tanta pomada la lista de Dolores... ¡Están muertos mataos'! Pero, un momento, ¿no era ella la que tenía que pagar la penitencia por sus rezos? Mmm... ¡Dolores que te han cazao'!
Lesmes vuelve a su casa (sí, sí, la vemos por primera vez) muerto de rabia por los planes de Conrado. ¡Y aparece Jacinta! ¡La trastornada que mató a Tristán! Lo más vivo que quedaba entre los nuestros (la odiamos mucho, muchísimo). Hablan... Está claro quién lleva los pantalones en esa relación... Jacinta manda, Lesmes asiente... ¡Y chim pum! La cuerda está dispuesta a retomar sus planes, por eso está allí, por eso se ha escapado del manicomio haciéndose la muerta (de verdad, hay que mejorar la vigilancia de lo que ronda este pueblo porque, ¡tela!), y ya que están, ¡un polvete! Medio segundo sale Raimundo para despedirse de gente que vamos a pasar corriendo un tupido velo... Oh sí... Velo que también corremos con la visita de don Anselmo a la casa de los Buendía, donde al fin se entera del plan de los hermanos con tanto pregonar su marcha en busca de mastines... Después Aurora intenta convencer a Rosario de lo guay que estará el balneario y su churri empieza a recuperar la vista (el récord de Raimundo sigue intacto). Llegan los civiles a casa de los Buendía y al rato lo hace Isidro con Doroteo. El cojo intenta fingir ser un angelito pero, al final, con la improvisación de Isidro para justificar sus heridas y la ayuda del páter y don Pedro, sus tretas sirven de poco, ¡y a la trena que va mientras hablan de destripamientos! ¡Qué bestia, señor! ¿Se acabó al fin la "maldición" de los Buendía?
¡Oh my God! Fe sí había confesado lo ocurrido con el maletín a Fulgencio y así se lo hace saber el hombre que le sigue a su encuentro, donde recibe información de parte de su contable. Fulgencio jura que mandará que lo azoten sin pruebas concluyentes. Mauricio está muy convencido de lo que ese sobre contiene pero Fulgencio no parece temer sus averiguaciones. Decicen partir en busca de Francisca pero, ¡cuidado! Alguien ha escuchado su conversación, ¡ojo al dato! ¡Raimundo Ulloa! ¡Sí, mi hijita, sí!
Seguimos con los Mirañar. Hipólito y Pedro están rotos por las esquinas (Dolores, que malota eres, Dolores...). Sale el tema de las termas... Que si el rey Atanagildo llegó a zambullirse en ellas... Que cual es el beneficio "tras una ardua negociación"... Sí, sí... ¡Muchos cuartos y poca penitencia, Dolores! (Y vuelta la mula al trigo con lo de la actuación... ¡Nicolás, quién te manda a ti traer la película a Munia!). Regresamos a la Casona porque claro, Mauricio y Fulgencio iban para allá tras el espionaje (casual o no) del señor Ulloa (a ver si de esta ya se cansa de tanto Buendía y se centra). Francisca pone el grito en el cielo porque el capataz no tiene nada que decir. Ella sabe todo lo que tiene que saber porque su primo del alma es super sincero y, de nuevo, como hiciera con Jesusa, Fulgencio da la vuelta a la tortilla llevándoselo todo a su terreno. Mauricio se va con el sobre sin mostrar y queremos un poco más al pariente de marras con chulería incluida... ¡Esto se va a poner muy feo!
Y fin del tinglao'. Peace and love. Si es que se puede en este pueblo bajo el manto del maligno... ¡Ojú!
Pufff 800 capítulos, enhorabuena a todos los que han hecho posible esto, en especial a María Bouzas y a Ramón Ibarra, porque sin ellos, esto no hubiera sido lo que es (aunque sigan sin aprovechar el gran potencial que tienen con ellos)
ResponderEliminarPoco hay que comentar del capítulo de hoy, pero una cosa que me ha cabreado ha sido lo de la reunión de los notables, como bien dices tú, Miri Pedro Mirañar, Alfonso Castañeda, Gonzalo... ¿notables? Que yo sepa la ÚNICA e INDISCUTIBLE notable es la señora Francisca Montenegro, los demás… están.
Miri la foto no podía estar mejor, la chusma fuera, aunque a mí me siguen sobrando dos, a pesar que uno de ellos no esté mirando, ajajajajaj
A ver si Raimundo al escuchar la conversación entre Mauricio y Fulgencio se sacude las pelusas y se pone manos a la obra para que vuelva a relucir ese Raimundo que tanto echamos de menos, que ya está bien de tanta figuración, pelusas y no encuentros.