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Comencemos que hoy hemos tenido una alegría. Si no sabéis cual es, más adelante os la diré.

Empezamos, como no, con la búsqueda de Esperanza. Mauricio por orden de esa “malvada” de Francisca, se presenta en el rio para ayudar a encontrar a la niña. Y el ex curita muy digno él, dice que la ayuda de la Montenegro suele ser envenenada. Mauricio no te canses en dar explicaciones, si no quiere esa ayuda, date media vuelta y que le den. Pero claro, ¿cómo va a rechazarla? Nadie quiere su ayuda, pero todos la aceptan, aunque después ninguno se acuerde de darle las gracias por estar ahí la primera. María se empeña en ir a buscar a su hija, no atiende a razones. ¿Pero dónde vas tú alma de cántaro? Si una señoritinga como tú no está acostumbrada a andar por el monte.

Ya tenemos a Francisca en escena, ya se ilumina la pantalla. Marianita está preocupada por su sobrina y no hace una a derechas. Mariana no cree que a la Paca no le importe la niña, pero como siempre, Francisca se esconde bajo su orgullo para demostrar que no le importa nadie. Y como no le importa nadie, deja marchar a Mariana con la excusa de que va a estropear la fiesta. No se lo cree ni ella. Francisca, estás preocupada y lo sabes.

Llegan los primos, que ya están preparados para la recepción, y se deshacen en elogios para con ella (que bien saben hacer su papel estos dos) Fulgencio pregunta si todos los prohombres van a asistir, Francisca le confirma que todos menos el gobernador que no puede asistir por tener una reunión. A Fulgencio no le hace ni chispa de gracia que no asista, ¿qué pretenderá este hombre con el gobernador?

De nuevo en el rio. Conrado para ser un intrépido geólogo, es un poco torpe y se ha hecho dañito en la pierna, lo mandan a que súper Aurora le de unas puntadas ya que su novia es muy ducha en los menesteres del bordado, que para eso se crió en un internado de señoritas muy fino. Aunque al final parece ser que no sabe tanto de hilos y el bordado se lo hace Lesmes. La tita se desespera por no tener ni una pista del paradero y se lamenta de que su hermano no matara a Fernando cuando tuvo oportunidad. No me hagas reír Aurorita, tu hermano es un cobarde y tuvo muchas oportunidades para hacerlo, pero no tiene los arrestos (por no decir otra cosa) que se necesitan para ello, prefiere que otros se manchen las manos por él.

Vuelve a salir el sol en la pantalla con la Paca. La fiesta está de lo más animada. Y aquí está la alegría que os comentaba antes; ¡¡¡¡La Paca no lleva medias negras!!!! Como se nota que estamos en primavera. Sin medias y deslumbrante está hoy nuestra Francisca. Bernarda dice que a Fulgencio le gusta codearse con las autoridades, que es la vanidad masculina. Y Francisca ni corta ni perezosa, va a colmar esa vanidad pidiendo la atención de los presentes proponiendo un brindis. Francisca, Francisca, ten cuidado con lo que bebes, que te estás pasando con las copas. Fulgencio le da las gracias a ella porque si hoy es médico, fue gracias a su familia. Francisca que está un poquito pasada de copas, no puede aguantar la risa. Pero que graciosa que está estando piripi. Francisca se dispone a contar, o más bien ridiculizar, como su primo pudo estudiar medicina. El relato de Francisca no le hace ni pizca de gracia ni al primo, ni a la prima, ni tan siquiera a Fe, que a esta última no sé por dónde cogerla, me tiene descolocada esta mujer. Francisca termina de contar cómo pusieron en un saquito papeles con distintas profesiones para su primo y que ella fue la encargada de sacar el papelito con su futuro y ¡¡¡Salió médico!!! Fulgencio avergonzado apela a la imaginación de Francisca, pero ella le replica que no es imaginación, que fue así y que debería estar agradecido a que le saliera médico, ya que en el saquito había otras cosas peores, como estibador o mulero, todos esclafan a reír, todos menos el trío calatrava.

Jaral, como no. De lo que ha dicho María referente a su madrina no voy a opinar, porque no es cierto.

¡Pero qué ven mis ojos! ¡Es Raimundo! Y sin un sólo rasguño, esto es un hombre y no las nenazas de los demás. Llega el “bueno” de Gonzalo dando voces y con la amabilidad que tanto le caracteriza, reprocha a todos los que le están ayudando desinteresadamente, que no estén buscando a su hija. “¿Se ha vuelto loco padre? Esperanza está perdida en algún lugar esperando a que yo la encuentre” Pues eso muchachito, a que TÚ la encuentres, ¡¡vamos, vamos, busca, busca!!

Fulgencio visiblemente molesto, quiere abandonar la fiesta. Francisca se disculpa por haber sacado la anécdota de cómo él estudió medicina. Sólo se trataba de un suceso divertido de su infancia. Pero él insiste en retirarse y Bernarda lo sigue. Que hombre más seco, si no aguanta las bromas que se marche a su casa, a ver si ahora no va a poder divertirse la pobre ni en sus fiestas.

Alfonso y Emilia se disponen a salir de casa para continuar con la búsqueda. Pero Luis, el hermano de Terence, está esperando a que se vayan y vierte gasolina para prender fuego la casa. Esto es el pago por meterse donde no los llaman y por dar la cara por alguien que en realidad no conocen, enfrentándose al tal Luis.

Francisca se levanta resacosa, si es que no es buena tanta bebida Francisca. La Paca pregunta a Mariana si se sabe algo, la cual contesta que no. Francisca dice que si esa criatura no ha aparecido ya, nunca lo hará. Mariana se molesta por sus palabras y yo me pregunto y también me molesto, ¿Por qué si los demás dicen que la niña no ha podido aguantar tanto tiempo en el rio, no pasa nada y si lo dice Francisca, es porque no tiene corazón? Es que siempre estamos igual.

Bueno y hasta aquí el capítulo de hoy. Que lo único a destacar ha sido, que Francisca se ha reído más, en este capítulo, que en los 790 juntos. Hoy ha estado fantásticamente maravillosa, graciosa y risueña...pa' comersela. 

¡¡¡Así nos gusta la Paca, alegre!!!