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Empezamos muy, pero que muy bien, Francisca en pantalla

Mauricio cuenta a Francisca que su primito no es de fiar, que está arruinado “¿Cómo que mi primo no es trigo limpio?” No, Francisca, no es trigo limpio. Le cuenta que Fulgencio cuando marcha a la casa de reposo apenas está allí un par de días, el resto se lo dedica a viajar por alguna que otra ciudad. Que misterio de hombre señor, a saber que estará tramando. Mauricio insiste en que no confíe en ellos, ni Fulgencio ni Bernarda le dan confianza, pero Francisca se ampara a lo que todos ya sabemos, está sola, ellos son lo único que le queda y los va a ayudar. Prohíbe a Mauricio que siga indagando en la vida de Fulgencio “Se te acabó jugar a detectives” Que poco conoces a Mauricio Paquita, él es el único que te protege, mira por tus intereses y te es fiel sin pedir nada a cambio, por lo tanto, no va a dejar de investigar.

¡No puede ser! ¿Raimundo ya?

Bueno, aparece Raimundo también conocido con el sobrenombre de Judas Tadeo, ya que ha sido designado, patrón de las causas perdidas y más pérdida que la trama de los queseros… pufffff. Telita lo que hacen con este hombre, si no está jugando a ser Geppetto con un “cacho” madera, está, de corre ve y dile. Cuidado Dolores que tienes una fuerte competencia con Rai. Paso de comentar esta escena, porque a pesar de estar Rai, que no sé qué pinta tanto con estas dos cuajadas, porque hay que tener cuajo para aguantar a estos dos,  me tienen muy harta y aburrida.

¿Pero a quién tenemos aquí? A Mariana y a su pichoncito cenando como dos marqueses en la Casona. ¡Ya tenemos un misterio resuelto! Mariana que tanto critica y tan harta está de Francisca, ¡no se va de la Casona por esto! Menudo morro tiene la tía.

¿Pero Francisca? ¿Qué haces otra vez en el Jaral? Para que luego digan que no quiere a nadie. Se traga su orgullo y acude preocupada por la salud de su ahijada y hasta se preocupa un poquito de Gonzalo “Tienes un aspecto lastimoso”. Pero como ya viene siendo costumbre, cuando Francisca muestra corazón y humanidad, hay que atacarla “Si tuviera corazón, quizás pudiese entenderlo” “Olvidas jovencito, que yo también perdí un hijo, no me hables de morir en vida” ¿Qué? ¿te ha quedado claro? que pensáis ¿qué sólo sufrís vosotros?

Emilia, Emilia, Emilia… vamos a llevarnos bien. Tú eres la menos indicada para reprochar y ponerte borde con Francisca. Ya que a ti, es a la que más ha ayudado, bueno si es que consideras que educar, criar, sacar de la cárcel por adultera, deshacerse de Fernando, que no te detuvieran por secuestrar a un niño y mil cosas más que ya ni me acuerdo, no sea ayudar, claro. ¿Cómo tienes el cuajo de decirle eso? “Doña Francisca, espero que no haya venido a remover el puñal en nuestras heridas” ¿Perdona? ¿Quién es el que ha empezado a remover puñales, guapa? ¿Quién ha empezado a atacar? ¿Quién recibe de manera hostil a quién viene a tenderos una mano? ¡¡¡¡VOSOTROS!!!!

Bajaros ya del pedestal en el que creéis que estáis, que parece ser que el orgullo y el odio no son exclusivos, como todos pensáis, de Francisca. Seguid confiando en ese medicucho que salvó, según vosotros, a María, y que si no recuerdo mal, la salvó con las medicinas que le llevó Francisca. Y seguid confiando también en esa aprendiza de todo y maestrilla de nada de Aurora. Seguid, que más pronto que tarde os daréis cuenta de quién está equivocado.

Candela ya está de vuelta y trae consigo un regalo, el hijo de su prima. Y una cosa que me ha llamado la atención cuando Candela relata lo sucedido en el parto. El que la atendió tuvo un fallo “Ese medico es un inconsciente de categoría” “Cuestión de cuartos Conrado, ese hombre no tiene ni el titulo, es el barbero del pueblo” Ahhhh ¿no tiene título? ¿A qué me suena esto? Aurora tampoco tiene titulo ninguno y la tratáis como si del mismísimo Gregorio Marañón se tratara, este por lo menos es barbero, pero ella ¿Qué es aparte de una insolente y una prepotente? Candela quiere quedarse en la confitería pero la entrometida de Aurora quiere que vuelva al Jaral “con los suyos a su casa” No te equivoques niña, ni vosotros sois nada de ella ni esa casa es la suya. Deja que viva como le dé la gana es su vida no la tuya.

Raimundo otra vez, con el quesero, por supuesto. Su nieta muriéndose, su biznieta desaparecida, su amor a merced de Fulgencio y él peluseando con el quesero, vuelvo a pasar, hasta que no le den el lugar que le corresponde a este hombre, no pienso hablar. Una foto de nuestro capitán Pescanova, ajajjajajaaj

De la bella durmiente paso, me da sueño tanta cama e idioteces.

Francisca otra vez. Está hablando con Fulgencio, este sigue enfadado. Pero pese a todo no le va a dar importancia a su enojo, ya hablarán, espera que Fulgencio no encuentre problemas en el viaje a causa de las revueltas. Mauricio insiste “Cómo usted dice, su primo no es caza mayor, para qué querrían darle muerte, ¿deudas?””Quisiera insistir sobre las dificultades económicas de su primo””No seguirás investigando, ni un movimiento más o tendré que buscar capataz más obediente” “Sí señora” pero ni Mauricio se queda convencido, ni Francisca tampoco. ¿Quieres hacer caso a Mauricio, que es el único que sólo quiere tu bien?

Familia Trapp, zzzzzzzzzzz queseros re zzzzzzzzzzz… ¡Hombre, algo bueno e interesante! Los Mirañar. Ya no les quedan impermeables, a ver con que nos van a sorprender ahora que ya los han vendido todos.

¡Hombre ya era hora! Raimundo sin los queseros y preguntando por María. “¿Y mientras tanto qué está haciendo el doctor Lesmes?” Eso se lo tendrás que preguntar a todos los listillos de tu familia, que se creen que sólo ellos están en posesión de la verdad y rechazan la ayuda de quién se la brinda.

Olé y olé Mauricio, di que sí, tú no dejes de investigar al siniestro primo de Francisca, que ella, después de su enfermedad, se ha quedado un poco lela y no ve más allá de sus narices. Que lástima con lo que ella ha sido, que no se le escapaba una.

Y por último, otro que viene a tocar las narices a Candela. ¿Pero cómo podéis ser tan egoístas? “La necesitamos en casa, yo sigo removiendo las piedras del río y María sigue sin recuperarse” ¿Queréis dejar de una buena vez a la mujer? Si actúa de ese modo, sus razones tendrá, dejadla que no todo el mundo tiene que estar pendiente de lo que os suceda a vosotros. Los demás también tienen sus propios problemas y el mundo no se va a parar porque vosotros queráis.

Y ahora sí que sí que acabo, “¿Conrado me ves? Di que sí” Pues va a ser que no prenda y además ¿quién está deseando ver tu “linda y expresiva cara?” porque yo no.