753

Tras varios días sin ver la serie por culpa de los exámenes, al fin ayer pude ponerme al día con los capítulos. Fue una grata sorpresa ver una escena raipaquista (no había leído ni los avances).  Después de más de 30 capítulos COMPARTÍAN una misma ESCENA!!! Qué pena no haber batido el récord xD

¿Y si hoy también teníamos una escena entre los mejores personajes de Puente Viejo? Pues… me temo que no. Y con el capítulo 753, empieza el contador!!!

El capítulo empieza, tras un resumen de los anteriores (que nunca veo), con una escena entre los hermanísimos. Gonzalo/Martín/ex -curita le pregunta si está enamorada de Conrado. A buenas horas te das cuenta, no podía ser más evidente. La aprendiza confirma su sospecha. Martín le da el consejo a su hermana de que se olvide de Conrado porque sino su corazón seguirá sufriendo. Bueno pasamos a la siguiente escena, les he dedicado demasiado de mi tiempo a los hijos de la partera.

El capítulo anterior terminó con Rosario viendo a Simón (Juan 2.0). La pobre mujer cree que tiene ante sus ojos a su hijo. Gran interpretación por parte de Adelfa, una gran actriz que en las escenas emotivas siempre logra conmoverme. Juan 2.0 le hace ver que no es su hijo. Simón es un encanto de joven, pero a mí esta trama del doble del Castañeda sigue sin convencerme. En mi opinión, hubiera sido mejor un actor que se pareciera a Jonás. Pero en fin…

Y aparece nuestra querida Francisca hablando con su primo Fulgencio por teléfono. El doctorcito le recomienda que siga con el tratamiento recetado por Lesmes. Al decírselo su primo, Francisca dice que puede haberse equivocado con el doctor Colmenar (el armario empotrado como le llamo yo xD), aunque añade la coletilla de que lo duda. La Montenegro le da permiso a su fiel Mauricio de que puede retirarse, eso sí que no olvide traerle mañana el periódico. Dichosa ley de Fugas –se queja. Aunque en un principio celebró la medida, el remedio ha sido peor que la enfermedad. Espera que los sindicatos no pongan un pie en Puente Viejo, lo suyo le ha costado mantenerles a raya. Poco después llega apresurada Soledad. Su madre le dice  no será menester darte permiso, pues ya estás dentro. Soledad finge interés por el dolor de cabeza, Francisca no es tonta -Ni que te importara lo más mínimo. Ha ido a pedirle prestado el coche y a  preguntarle si ha llamado su esposo. Francisca: ¿Ocurre algo? Soledad: Ni que le importara lo más mínimo y se marcha toda digna.

Amanece en Puente Viejo y vemos a María leyendo el mismo periódico que su madrina cuando llegan su amado y su abuelo. Habían estado dando una vuelta por las tierras, las cuales empezarían a trabajar mañana. María le riñe a Gonzalo por no avisarle que faltaría a desayunar y que nunca la tiene en mente. Pero él le regala unas mimosas (escondidas por Raimundo). En eso que el ex –curita se va a poner las flores en un jarrón y abuelo y nieta se quedan solos. María le cuenta que ha habido avances en su relación con su madrina, que en la plaza Francisca quería encontrarse a propósito con ella. Raimundo sonríe. Me alegro por ella, pero sobre todo por tu felicidad. Ay pillín, que sigues teniendo el poder de hacer cambiar de parecer a Francisca… y aquí señoras y señores acaba la participación de Ramón Ibarra en capítulo :( queremos mucho más del Ibarra!!!!

Por otro lado, todo es felicidad en casa de los queseros. Rita se siente una señoritinga e Isidro sólo quiere lo mejor para la reina de su casa. Una frase que destaco es -Loco me tienes por tus costuras. Me apunto esa expresión ;) ainss cuánta felicidad. Ya sabemos que en casa del pobre la felicidad dura poco.

-Ha llegado el Carnaval y yo no me he enterado- eso le dice Dolores a su hijo Hipólito cuando le ve vestido de policía. Todo sea por restablecer el orden de un pueblo. Eso sí, habrá que tener a mano el alcohol de romero para curar los golpes. Mientras tanto Doroteo entra en la casa de los Buendía y come todo lo que encuentra en la mesa.

Por fin, la escena que todas estabais esperando jajaja. Don Anselmo ha enviado los papeles de la nulidad de María y ha utilizado sus pocos contactos para acelerar el proceso. Dentro de poco, podrán ser una familia de verdad. Sin embargo, esa felicidad no logra que el cura olvide su preocupación sobre Olmo. Pero ahí, estará el hijo de la partera, para ayudarle en lo que sea menester. Faltaría más.

Quién no está tan feliz es Conrado Buenaventura. Estaba el señor tan tranquilo tomándose su cafecito cuando viene Aurora. Le informa del estado del herido y se muestra frío y duro, de modo que es inevitable que surjan chispas de nuevo. -Ahora largo mico.- Pero parece que no se muestra aludida y sigue replicando. -¿Puedo terminar en paz mi café por favor?- Y nietecita con toda la máxima educación que le enseñaron en ese internado tan prestigioso tira el resto del contenido de café al suelo. Claro que sí, actuando como una verdadera dama. Si es que vas provocando Conrado, ¿a quién se le ocurre tomar café en un lugar público?

En uno de los descansos de sus quehaceres llega Mariana a visitar a su madre. Estaba preocupada tras enterarse  del encuentro con Simón. Y el joven interesado en el estado de Rosario, la visita y le trae flores. La sorpresa de Mariana es mayúscula, no puede evitar tocar su cara. Es igual a su hermano. Ahora entiende el estado de su madre. Gran escena entre los tres, se nota la química entre ellos.

No será la última vez que veamos a Mariana en el capítulo. Baja al pueblo y le regala las entradas de cine a Hipólito y a Quintina, ante la indignación de Dolores. Pobre, se creía que eran para ella. Poco después de marcharse hacia la Casona, Pedro Mirañar llama a su querida esposa por teléfono. –Palomitaaa soy yoo tu adorado esposo. -¿Pedro? Dolores tenía que haberlo dicho como nuestra actriz más internacional, Pedrooooo. Dejamos a los Mirañar hablando y pasamos a Emilia, Quinta y Rita que entran en la taberna. La felicidad de la joven no pasa desapercibida por sus dos amigas, si es que como dice Emilia está más radiante que el Sol. Esta última besa a su esposo, ver a su madre llorando de alegría al creer ver a Juan le ha afectado.

Un capítulo sin el consejo de sabias no sería lo mismo. ¿Quiénes forman ese consejo? Pues las mujeres con más experiencia de todo Puente Viejo, las más bondadosas, las más todo… si no tuvieron bastante con Aurora, ahora le dan consejos a María. ¿Cómo se le ocurre no contarles que había hablado con su madrina? Ellas son las mayores del Jaral y deben saberlo todo. Ay María cómo se te ocurre. No debes olvidar cómo es la Montenegro, cómo se te ocurra siquiera pensar en darle una oportunidad.- Se que ha tenido que tragarse su orgullo para acercarse a mí, y a su manera me quiere.- Candela responde -y lo que es peor, tú a ella-. Candela tiene razón, cómo puede querer a la mujer que ha sido casi su madre. La mujer que le ha criado, que le ha protegido, que le ha colmado de comodidades etc. Y para acabar la jefa del consejo le advierte a su nieta Te arrepentirás María. Oye, mejor que la pitonisa Reynolds.

¿Recordáis a Hipólito vestido de policía? Allá que va él a enfrentarse con los mineros, mas sólo consigue que le llamen payaso y le tiren la gorra. Se rinde y se marcha, bajo la atenta mirada de Mauricio. Abandonamos Puente Viejo y nos marchamos a la Casona. Don Anselmo visita a Doña Francisca. Lo primero que le dice es que cómo se le ocurre estar trabajando. Pero Don Anselmo, nuestra Paca no puede permitir que el trabajo se le acumule ;) No intente convencerla. El sacerdote viene buscando a Soledad y como no se encuentra porque ha salido le cuenta el motivo de su visita. Está preocupado por Olmo. Ha recibido un telegrama suyo diciéndole que se encuentra en Madrid y que no trate de ponerse en contacto con él. La señora le dice que un quebradero de cabeza menos y que su hija no está implicada en ello, pues no se ha movido de Puente Viejo. Don Anselmo sospecha que Terence sí. -Seguro que si llamase a esa oficina de telégrafos ese Olmo que puso el telegrama sería más negro que el tizón. – Ante la cara sorprendida de Francisca, le pide que lo olvide, se ha dejado llevar por el ímpetu. -¿Piensa que mi yerno estaría mezclado de alguna manera  en la extraña desaparición de Olmo Mesía?- No tengo prueba ninguna. -Temo haber menospreciado a mi yerno, pero este detalle podría hacer que empezara a estimarlo. Esto no le gusta Don Anselmo que se marcha al jardín a esperar a Soledad. No le da tiempo a Mariana a llegar con la bandeja cuando se va. Tranquila Castañeda, Francisca tiene un encargo para ti.

¿Y dónde está Soledad? Pues enseñándole a Simón ese lugar tan especial para ella y para Juan. El lugar donde fue más feliz y que ha intentado no recordar. ¿Creíais que no iba a haber otro enfrentamiento entre Conrado y Aurora? Se encuentran de nuevo en el pueblo, pero esta vez no está sola, le acompaña el doctor Colmenar. Así que tenemos Conrado vs Aurora y Lesmes. El doctor se va por mediación de la hija de la partera,  que finaliza con un -¿Cómo pude estar tan ciega?, ni nos entendimos ni nunca nos entenderemos-a Conrado (de este extraño triángulo, es el que mejor me cae).

Y ya sabemos qué encargo le tenía preparado a Mariana. Francisca desea hablar con su nieto de buena voluntad, por eso ha enviado a la Castañeda y no a Mauricio. –Venir a su casa no es plato de buen gusto. Pues chiquillo, no lo entiendo, bien que te gusta avasallar y entrar al despacho. -No piensa en nadie que no sea usted misma. -Le dice después de preguntar cómo van los trabajos de las tierras en el Jaral. No te enteras de nada ex –curita. -Estoy dispuesta a sacrificarme, pero no me provoques en demasía.- La señora quiere que aparquen sus diferencias por María. -No cuente con ello- le replica el buen samaritano. -No pactaría con usted, como no pactaría con el diablo. ¿Acaso cree que he olvidado que usted es capaz de todo? Usted mató a mi madre, no pierda el tiempo en negarlo, no vale la pena.- No lo negaré. ¿A qué esto no te lo esperabas eh Gonzalito? -Cierto es que la maté. Yo maté a tu madre.- Miradas y música de tensión y así acaba el capítulo de hoy. 

Avances:

María le dice a su padre que ha habido un acercamiento entre ella y su madrina, y espera que las cosas se arreglen.

Francisca le dice a su querido nieto que la administración de esas gotas no era para matarla, sino para frustrar su embarazo y que la amargura hiciera el resto. Pero que se equivocó. Gonzalo le responde que pagará por ello.

Francisca pide a Mauricio que el chófer tenga dispuesto el coche, va a hacer una visita al Jaral. Tendrá que acabar con Martincito Castro al igual que hicieron con Fernando.  

Y esto es todoooo mis queridas raipaquistas ;) C'est fini