De antemano sabía lo que iba a ocurrir en la obra, que me
iba a adentrar en una historia dramática, que nos desvelaría lo que ocurrió entre
Francisca y Raimundo para llegar a odiarse/amarse de esta manera. Aunque todos
sabemos lo que pasó, porque ya lo contaron en la serie, no es lo mismo que
poder verlo en movimiento.
La obra comienza con unos jóvenes Francisca y Raimundo que
disfrutan de su amor el día que Francisca cumple 18 años. Hacen planes para
casarse, a pesar de saber que sus familias no son partidarias de esa unión. Francisca
se va, quedando con Raimundo que en su fiesta de cumpleaños pedirá su mano.
Raimundo comienza a escribir unas letras a su amada, que las escuchamos de la
voz de Ramón Ibarra, para que os voy a decir que son preciosas y más con su voz. Para romper ese momento mágico llega, como
no, un Pedro Mirañar que sueña con que un día podría llegar a ser alcalde.
Francisca plena de felicidad, ya en la Casona, le cuenta a
su fiel tata Leonor sus intenciones de casarse con Raimundo, cosa que llena de
felicidad a su tata. Francisca hecha un torbellino no cabe de dicha, no puede
parar quieta. Mientras se prueba el vestido que llevará en su fiesta, golpea el
espejo que cae al suelo haciéndose añicos para temor de su tata, que vaticina
mala suerte.
La escena cambia y aparece don Jaime Ulloa. Raimundo le
apremia para no llegar tarde a la fiesta de Francisca, pero su padre no está
dispuesto a ir y tampoco que su hijo vaya. Comienzan una discusión, Raimundo va
a ir a la fiesta y a pedir la mano de Francisca quiera él o no quiera. Es
entonces cuando su padre le dice que no acudirá a la fiesta porque nadie de los
invitados va a ir, él se ha encargado de que así sea. Raimundo monta en cólera
y se dispone a marchar, pero don Jaime le amenaza con que si sale por la puerta, aplastará a los Montenegro y en especial a
Francisca. Él mismo se encargará de que si casa con ella, pasaran penurias y
hambre y verán morir a sus hijos rodeados de miseria.
Mientras Francisca defraudada por que ninguno de sus
invitados ha acudido a su fiesta, espera ansiosa la llegada de Raimundo. Pero
él no aparece, aparece Pedro Mirañar con una nota de Rai, aquí vuelve a oírse
la voz del Ibarra, que dice que nada de lo que le prometió era verdad, que sus
sentimientos hacía ella no eran los que le decía, que sólo fue un pasatiempo
para él y que ya se ha cansado de ella, que no la ha querido nunca. Francisca
sale corriendo y aparece en la pantalla la puerta de la Casona mientras ella
corre en busca de Raimundo.
Y ya no os cuento más, porque tenéis que verla, lo que sigue
es apasionante, se intercalan en la pantalla, que por cierto es tan grande como
el escenario, imágenes de María y Ramón, junto con sus voces y la música de
Alex Conrado que es preciosa. El final es grandioso, triste, pero grandioso, en
ese momento se te saltan las lágrimas al escuchar las palabras de Francisca
(María) y Raimundo (Ramón) mientras aparecen sus imágenes junto a los actores
en el escenario y suena la música.
Sólo me queda dar la enhorabuena a todos por este magnífico
trabajo.
La recomiendo absolutamente.
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