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miércoles, 25 de marzo de 2015

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Buenas y maravillosas noches, raipaquistas y raipaquis-tos. ¿No os empieza a oler como a… azahar? ¿No sentís como otro aire al salir a la calle? ¿No se os pone una sonrisa en la cara al ver algunos rayos de sol colándose tímidamente por las ventanas? Es que ¡ya es primavera! Y nada me hace más feliz en esta vida que eso; bueno, eso y pensar en los futuros raipapolvos de los que, tanto la cama de Francisca, como la cama de Raimundo, serán testigos… Que el tema de los cuartos separados es para darle más juego al asunto “¿en tu alcoba o en la mía?”.
Pero bueno, dejando atrás el futuro y volviendo al día de hoy, voy a empezar con el artículo de este hermoso 24 de marzo (uy… ahora que lo escribo me da a la nariz que hoy pasaba algo… 24 de marzo… ¿Qué diantres será? En fin… ya me acordaré, supongo…). Total, que voy a comentar el capítulo antes de que también se me olvide jaja

Empezamos fuerte. Con Severito, nada más y nada menos, que menudo par tiene nuestra Paca, el hombre no hace más que decirle que deje de tutearle, y ella nada, Severito por aquí… Severito por allá… Lástima que el término “Severito” se le quede demasiado pequeño a este muchacho que tiene ganas de joder, y bien… Pero bueno, acaba de ganar una batalla, que no la guerra.



Y bueno, la cabecera, los granjeros, historias para no dormir: contada por Carmelo, con la ayuda de Severo y la participación especial de Sabina (que la pobre se tenía que estar echando un buen sueñecito), Bosco y Amalia con sus movidas, la hijastra favorita de la Paca con su querido esposo y si adoptado hijo hablando de lo de Sabina, y… ¡Uy! ¡El Ulloa! 

Un apuesto caballero...
...una bella dama...
...y una cena a la luz de las velas...

¿Qué podía salir mal? Pues todo. Y atentas que no tiene desperdicio. 

¿Se te hace raro tu regreso a la Casona?
(Ella muy sonriente y despreocupada).

Mucho
(Mirando a todos lados... ¡CENTRATE, ULLOA!)

Pues ya haré yo porque te sientas pronto como en tu casa... 
Para empezar, esta noche he pedido a Fe que prepare capón al horno, 
que sé lo que te gusta
(Igual de sonriente)

No creas que ando muy bien de hambres.
(¿PERDONA? Ulloa, si lo importante no es el capón)

Una noche es una noche, tendremos que celebrar tu regreso como es debido, digo yo.
(Ay, Francisca, ¡pico y pala!)

Aun no estoy yo como para celebraciones, Francisca
(Dadme una pistola, por favor...)

Es por tu hija, ¿no?
(Sí, Paquita, es por su hija, por su super hija, por la muy tonta de su hija).

-Hablan de Emilia, y como Emilia no quiere escuchar a su padre, yo tampoco 
quiero pensar siquiera en ella así que me salto comentaros la conversación-

¡El capón ya está, Señá!
(Menos mal que llegas, Fe)

Francisca le pide que lo ponga en la mesa que, ya van y, muy dispuesta, hace el amago de ir a sentarse, pero el Ulloa hace uso de su gran inteligencia y la dentiene... ¡¡PISTOLA!!

Francisca, no te molestes, pero no estoy yo para disfrutar de semejante festín, hoy no soy compañía para nadie, voy a marchar a la alcoba

¿Tan mal estás que no vas probar ni un bocado?
(Buena pregunta, Francisca)

Necesito descansar, no te enojes
(La que se enoja soy yo, Ulloa... Que porque no doy con la pistola, si no ya estabais en LA ALCOBA festejando lo que tenéis que festejar...)

No podría ahora que te tengo a mi vera, 
HABRÁ MIL NOCHES
(¡Eso, eso! Mil noches)

Discúlpame

No hay nada que disculpar


         

                             


HASTA MAÑANA
(Venga, va, pues hasta mañana... ¿qué remedio?)

Ahora, este para mi, es el mejor momento de la escena...



Nada, Rai se va a su habitación y la Paca, como su chico no ha cenado, pues ella tampoco, así que hale, los dos a la cama y sin cenar. 

Después de esto, poco o nada, así que hasta aquí el capítulo de hoy. 

Y  ahora que pienso otra vez en hoy... ya me he acordado de qué día era... ¡El aniversario de...! Que no, que no, que es el cumple de la Bouzas.

Así que, ¡PARABENS, MARÍA!




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