Selecciona tu idioma

.

lunes, 2 de marzo de 2015

1020

Muy buenas tardes raipaquistas y raipaquistos míos. Después de haber vivido unos cuantos días de vino y rosas, con algún retazo pelusero, hoy nos ha llegado la amarga hiel a manos de quien últimamente nos tiene muy descontentas. Si es que tanta alegría no podía durar en la casa raipaquista. Estamos destinadas a un camino tortuoso donde los momentos cuquis nos duran más bien poco. Poquísimo, diría yo. Y así estamos, subidas a esa montaña rusa que empieza a bajar y esta vez en picado.

Pero ¡calma! Que estamos hablando de amor. De la gran historia de amor de Puente Viejo, o al menos así nos lo venden en los últimos tiempos. Algo que me produce una hilarante carcajada si tenemos en cuenta cómo es tratada. Si así se trata a la mayor historia de amor, no quiero ni pensar qué harían si fuera una historia… menor.

A estas alturas y con el consabido cabreo que una lleva encima, vuelvo a limitarme a hablar sólo de lo que nos interesa. El resto, lo resumo a continuación:

Y miradlos. Ahí están los dos. ¡Si es que no pueden ser más monos! ¡Si es que no pueden estar más enamorados! Si es que… se nos va a llenar el campo de pelusas, porque hoy Raimundo se ha llevado todas consigo. Así como el reparo y la vergüencita. Debe ser que ya se le olvidó el muerdaco que le arreó el otro día a Francisca. O tal vez es que gastó toda su valentía ese día, y ahora anda carente de valor. Y entre que vamos haciendo acopio de “bemoles”, mareamos la perdiz y a la pobre Paca. Y a nosotras.

Pero hijo mío, si te lo ha puesto a huevo. Si solo le faltaba un cartel luminoso con flechitas que dijese:

“¡¡Bésame!! ¡¡Bésame!! ¡¡Bésame!!”

En ocasiones me da la sensación de que si no llega a ser por Francisca, Tristán ni siquiera hubiese sido concebido. Madre del amor hermoso, será que el hombre quiere tomárselo con calma…

Mención debería hacer de esa postura sensual del Señor Ulloa mientras hace tiempo a que llegue su chica. Pero no lo hago, porque aún sigo en plena taquicardia…

Y aquí llega ella, con paso garboso. Si es que a esta mujer el amor le rejuvenece. Y anda que no está la mujer luchando a pecho descubierto contra Mariví. Aspirador en mano para llevarse por delante a esa gran pelusa que nubla la visión del Ulloa. Y casi, casi la tiene dominadita.

Atentas, que esta captura es mortal. Matadora. Arrebatadora. Babeante. Y todo lo libidinoso que se os pueda ocurrir. 

- No te pregunto si has hecho un pacto con el diablo por temor a la respuesta -. (Tranquilas, no os asustéis, porque con esa postura a malas no se lo dice…)

- ¿Qué tropelía he hecho ahora? -. (Claro, a la pobre le da algo de bajón y ya piensa que el maromo se ha enterado de alguna de sus travesuras)

- Estar más bella que a los 15 -. (Ole ahí. Entrando a matar. Qué piquito de oro tienes cuando quieres, chato!! Pero recuerda… No nos quedemos solo en palabras, que los actos también cuentan)


- El diablo no es quien me hace rejuvenecer. Es algo mucho más terrenal -. (Anda que no sabes, ¡morena!)

- Y ¿se puede saber el qué? -. (Sí, tú hazte el tonto, que eso se te da de lujo)

- Quizá estos encuentros a escondidas tengan algo que ver -. (¿Quizá? ¿Quizá? Ainssss)

- Sí, a mí también me quitan años, a qué negarlo… Me hacen recordar a aquel chiquillo que mentía a su padre para verte a escondidas -. (Para qué negarlo yo también. Cada vez que alguno hace mención de un recuerdo del pasado, me deshago. Y quitaros años… si estáis los dos como un par de zagalillos enamorados! Da gusto veros “triscando” por los montes)


- Mas pareciera que quieres publicar nuestros encuentros en la hoja regional. ¿Cómo se te ocurre telefonearme desde el colmado, orate? ¿Pretendes que se entere la alcaldesa y acto seguido, toda la comarca? -. (Vamos a ver… ¡VAMOS A VER QUE YO ME ENTERE! ¿Que Raimundo ha llamado por teléfono a su chica? ¿Que le ha hecho un whatsapp de primeros del siglo XX que, por cierto, nosotras no hemos visto? ¿Que ha sido en OFF? ¿Cómo osáis hacernos esto? ¿Cómo osáis mostrarnos otras llamadas sin sentido ninguno y obviáis esa llamada? ¿Cómo nos priváis de ver a Raimundo teléfono en mano en el colmado y a Paca en la casona con su “Cuelga tú”, “no tonto, cuelga tú”, “va… los dos a la vez”?

Bueno, ya me calmo y continúo.

- No te apures, esperé a que se marchara. En el colmado solo quedaba Hipólito Mirañar enredado en sus chaladuras. Sólo se enteró de la llamada cuando se la pagué -. (No te apures, le dice… Que no se va a enterar nadie, ¿verdad?... No te doy porque no llego)

- Ese muchacho siempre será un majadero -. (Risa cristalina y pura de nuestra Paca. Ainssss qué monísima eres, Monteblack!)

- Es buena persona pero a veces se le desatornilla algo -. (Y no es al único, ¡majete! Y no me hagas hablar…)


- Tiene a quién salir -. (Francisca envuelta en risas es para comérsela y no dejar ni los restos!)

Y ahora, observad detenidamente el cambio. La leona se aproxima a su presa, esa pobre gacelilla que se ha estado pavoneando delante de ella, poniéndole los dientes largos y haciendo salivar en exceso a nuestra leona, logrando que tenga un hambre y unas ganas de mandanga que cortan el hipo. Se arrima a ver si pilla cacho, que ni que se hubiera impregnado en Loctite

Y mirad qué carita. Qué ojos de enamorada. Qué ganas de que la beses.

¿Y qué hace la gacelilla? Pues yo os lo diré. Y perdonad las formas, pero es que es así. Cagarse patas abajo. Así de sencillo. Cientos de Marivís revoloteaban por el aire, impidiéndole ver que la leona estaba dispuesta a hincarle el diente. Señor, dame paciencia, ¡DAME PACIENCIA!

Paca, muchacha, pónselo aún más fácil que el hombre no se cosca. Así, muy bien. Mírale la boca mientras tú separas los labios.

Nada chica, que el señor Ulloa anda caminando entre berzas. Para darte con la mano abierta.

- Ay por Dios, Raimundo… Parecemos dos gurruminos pelando la pava -. (Gurruminos me van a salir a mí en el alma si no espabila este hombre!!)

- Habíamos decidido que era una tertulia de cafetín trasladada al campo -. (Cafetín pero con leche incluida te voy a dar yo a ti, resalado)


- ¿Y es algo más acaso? Dos adultos charlando acerca de literatos y prohombres -. (Sí hija, síguele el rollo porque vamos…)

- ¿A quién queremos engañar? -. (¡Vaya! Parece que nos vamos cayendo de la parra…)


- Uno no puede mentirse a sí mismo -. (Si tú no lo haces mujer. Es el otro el que parece que no se da cuenta de la realidad. Tú vas bien chiqui. Ideas claras, como debe ser)

- Ha pasado toda una vida… una vida que pudimos vivirla juntos -.

- No pienses más en eso, Raimundo. De haber pasado la vida juntos, es probable que a estas alturas estuviéramos hartos el uno del otro -. (Pues hombre, habría momentos que sí, no te lo niego mujer. Pero la casona es tan grande que en esos ratos donde no os soportéis, cada uno a un ala y listo. Luego a reconciliaros, que eso es lo mejor)

- En eso tienes razón -. (Sonrisita. Pillastre… tú has pensado como yo en las reconciliaciones de después, ¿a que sí?)

- Ahora nos toca vivir el momento sin pensar en el pasado ni en el futuro… ¿Lo has terminado ya? -. (En serio, Paqui, menos mal que te tenemos a ti como mente fría de esta relación, que si no, estábamos a por uvas. Encauza la conversación por otros derroteros, muy bien)

- No, aún me quedan algunas páginas. ¿Quieres que te le algún pasaje? -. (¿En serio, hombre de Dios? ¿Vas a seguir con las lecturitas cuando puedes pasar a otros menesteres? Que sí, que está muy bien leer libros, pasajes, poemas y derivados. Pero hay tiempo para todo… Primero al lío, y luego, el poemita de después ^^)

Claro, a la Paca hoy después de que quería mambo, que le digas eso es como ponerle astillas en las uñas de los pies

- Paseemos remontando el río. Lleguemos hasta la antigua cabaña del pastor. ¿Crees que seguirá en pie la vieja higuera? -. (Anda, anda. Cabaña del pastor… higuera… uy uy uyyyyy que me da que en esos lugares hubo tema que te quemas!! Di que sí, Francisca. Tú pica y pala con este hombre, que al final cae. Te lo digo yo)

Como habréis podido observar, no éramos las únicas que presenciábamos tan bucólica escena. Aunque los motivos de unas y de otra, sean bien distintos.

Pues sí amigas y amigos. Emilia tuvo que meter el hocico y seguir a su padre, que ya tiene espolones, para confirmas sus sospechas. ¿Y qué hace la mujer cuando nuestro Rai llega más feliz que una perdiz? Bajarle de la nube. Fastidiarle y fastidiarnos. Chantajear. Exigir.

Se acabaron los encuentros con Francisca Montenegro.

Tal es mi cabreo ante esta situación, que no voy a extenderme en demasía. Eso os lo dejo a vosotras. Explayaos. Soltad por esa boquita toda vuestra frustración. Desahogaos!!

Y claro, como no había bastante con Emilia, Mauricio también tuvo que aportar su granito de arena para fastidiar el idilio. Aunque sus pesquisas van más aún por averiguar si Francisca regaló el libro a Raimundo como ya sospecha. Todo ello enmascarado en una excusa de una factura extraviada.

Y hasta aquí hemos llegado hoy. Hasta aquí. Se avecina tormenta para las raipaquistas. Esperemos que no dure demasiado. Pero hoy nos hemos quedado…Plof. Sensación agridulce...

¡¡AVANCES!!

Rai “entrando en razón” por obra y gracia de Emilia

Paca buscando al Raimundo perdido

Y con esto y un bizcochito… ¡Hasta la próxima!


1 comentario:

  1. Volver a ver esos 10 segundos en HD ... Por qué no la besóóó??? Why?
    Si ella venía como cabra triscando el monte después de la llamada que yo creí que se le tiraba encima y lo amasijaba contra la roca. No entiendo cómo no la besó? Tanto te costaba Ulloa? Tanto sacrificio?
    Pero lo más indignante, más que la reacción de Emilia que no por jodida era menos esperada, ha sido que nos dejen en offside con la llamada telefónica. Si es que nos dan garrote en el lomo como para que tengamos para repartir.
    Ha sido la escena más bella de ellos en cientos de capítulos y creo que podría verla tantas veces como el beso. Bueno, casi tantas.

    Me tienen enamorada. Y hay combustible como para aguantar estos capítulos de sequía que vienen.

    ResponderEliminar