Selecciona tu idioma

.

lunes, 9 de marzo de 2015

1025

¡Arrancamos la semana! Y lo hacemos con un capítulo que, como ya anunciaban los avances, nos trae escena (pero no precisamente para saltar de alegría, puesto que se trata de la ruptura definitiva, por ahora, de Raimundo y Francisca). Empiezo sin dilación, sin entrar en especulaciones, que ya van 24 capítulos del beso más esperado y no es bueno darle demasiadas vueltas... Venga, ¡paciencia! Ya dijo María que tendríamos una alegría muy grande... Ya dijo Ramón que las dudas serían aplacadas por el deseo y la pasión... ¡En nada llega! ¡Seguro!

¡Allá va! Empezamos con Alicia amenazando a Aurora por quitarle a David (y al dinero). Aurora se hace la fuerte pero, sinceramente, se la ve realmente acojonada ante Alicia que, en presencia de Dolores, le suelta de todo a la niña. VIGILE BIEN SUS ESPALDAS le dice y sí, vigílalas Aurora, que Alicia tiene aliadas ocultas deseosas de ver como acaba contigo (y no voy a nombrararnos, ¿eh? ¿He dicho algo? Nada, nada...). 

Damos paso a la cabecera, después de una disputa que acaba con Alicia marchándose y Dolores con el corazón en la garganta... Y, ¡por fin! Tras un plantón, una triste nota y un comportamiento del todo reprochable, ¡ENCUENTRO RAIPAQUISTA! Francisca (olé por ella) no entiende el abandono de Raimundo y se presenta en la Posada (algo que ya empezamos a ver el viernes) para pedir explicaciones. Aunque la escena se plantea un poco insufrible con unos observando desde la plaza y otros desde la ventana... ¿Es qué no saben lo que es la intimidad de dos personas? ¡Les quemaba los ojos con cerillas! ¡Lo juro!















Raimundo parece ser consciente de esas incómodas miradas y parece no estar preparado para decirle a Francisca lo que le tiene que decir (por lo menos allí) pero ella no se irá sin una explicación que Raimundo le promete. Espera, espera... Que parecía que todo iba a ser una bazofia pero no... ¡Atentas al dato! ¡Atentas!

Raimundo: Francisca, necesito hablarte con el corazón en la mano y este no es lugar más adecuado para hacerlo. (Tal vez quiso decir con mi boca en la tuya y de ahí la evidencia de que no es un lugar adecuado).


Francisca: ¿Dónde y cuándo? (Cede, cede un poco... Pero deberías soltarle un guantazo que él te quiere mucho sí, pero se lo ha ganado con creces).


Raimundo: Mañana. A la misma hora de siempre, en el lugar de siempre. (Y de paso llévate unas velas aromáticas y ese picardías que tanto me gusta).


¡CONFIRMADO! ¡HAY OTRA ESCENA! Dios mío... Nos dan el privilegio de ver algo en la intimidad, sin miradas molestas e insufribles de terceros, cuartos y quintos innecesarios. ¡Gracias, señor! ¡Gracias! Francisca advierte, pese a la emoción de un nuevo encuentro campestre (emoción mía, que ellos la ocultan bien), de que como le dé plantón se puede preparar (y es que, ya le vale, menuda racha lleva el tío). Ahora, ¡ni tiempo le da a meditar un segundo cuando se marcha! Emilia y Alfonso entrar a la velocidad del rayo para saber qué querían. Raimundo asegura que buscaba una explicación, Emilia está convencida de que se la ha dado, él dice que quedaron para hablar con más INTIMIDAD, a ellos no les parece bien...

Raimundo: Os ruego que me dejéis en paz. No tengo que daros ninguna explicación, ni a vosotros ni a nadie. Voy a romper con esta relación cómo y cuándo me plazca, y no se hable más. (¡PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, PLAS! Ahora, poco te va a durar el aplauso... Mucho "cómo y cuándo me plazca" pero sigues siguiendo las indicaciones de tu amada e insufrible, hija).
















Raimundo se va dejando con la palabra en la boca al matrimonio alias "no tenemos nada mejor que hacer en la vida que meternos donde no nos llaman" y cambiamos de escena. Amalia e Inés... Paso palabra. Sigue Aurora volviendo de su trifulca con Alicia, Rosario molestando por las idas y venidas de Candela, vuelve esta última para hablar de su charla con Severo... ¡Eres nuestra enemiga, Candela! ¡Te has aliado con el enemigo! ¡Si me caías mal ahora peor! Le siguen, tras pasar el día (que es que andaban por la noche), Severo y Sabina (que coquetea sutilmente con su señor). Lo tengo claro desde que llegó y cada día lo confirmo más... Sabina es una espía de Francisca que, a parte de proporcionarle información de Santacruz, está abriendo una brecha entre él y Carmelo... En serio, ¿cómo voy a darle importancia a este vengador (supuesto) si Francisca va 20 pasos por delante de él? ¡Me aburres! ¡Tengo más ganas de tus galletas que de tus enredos por casa! 

Seguimos con esas escenas que pasamos de largo. Esta vez Carmelo, el ayudante ajeno a los coqueteos de su amada Sabina. Anda cotilleando por las viejas cuadras para sacar información (concluyendo que Mauricio provocó el accidente de Amalia). Y, me pregunto yo, ¿cómo es posible que este hombre pase a sus anchas por ahí? Muy fuerte... Conrado y Aurora... ¡Uhhh! ¡Huir de tanta química! ¡Huir! Y ahora vamos a hacer un salto bestial... Escena en el Colmado, escena en la Posada, escena en el Colmado, escena en la Posada... ¡Fin! Y fin, a medias, porque al final de esta última escena aparece Raimundo, listo para salir al encuentro con su pequeña (topándose en el camino, como no, con el matrimonio "nos aburrimos y nos metemos en todo"). Que, si no lo digo, reviento. Emilia, feliz, enamorada, besando a su querido Alfonso mientras Raimundo entra en escena, deprimido, desolado, porque va a romper con su amor. Emilia, tu padre será un cobarde pero tú eres lo más egoísta e insensible que pisa la tierra. ¡No te soporto!


Emilia: Padre, ¿ya va al encuentro con doña Francisca? (No, va a quedarse viendo como le comes la boca a tu marido, casi tan insufrible como tú). 

Raimundo: Sí, sin comentarios, ¿estamos? (Mira que lo ha dejado claro, ¿eh? Sin comentarios).

Alfonso: Solo que procure no soliviantarla más que bastante veneno tiene ya de natural. (Eh, ¿este hombre es tonto o se ha caído de un guindo? Sin comentarios y lo primero que suelta es un chiste sin gracia acompañado de una ligera sonrisa cuando su querido suegro va a terminar de rematar su vida por placer de la niña. Alfonso, definitivamente, te has ganado un sartenazo en toda la cara, con la mirada matadora de Raimundo no es suficiente). 















Voy a pasar de largo el resto de la conversación que es breve pero insulsa (y bastante me ha calentado ya el Castañeda). Emilia trata de corroborar, así en resumen, que su padre va a hacer lo que debe (más bien lo que ella quiere) y Raimundo simplemente le toma la mano y la mira de forma significativa (oh sí, tranquila hija, voy a cavar mi propia tumba pero seremos una familia feliz y dichosa, ya verás). En fin... Raimundo se va y Emilia quiere incluso que Alfonso le siga (aquí no se libra del sartenazo el compañero pero tiene el tino de pedir que confíe en su padre, y nos ahorramos tener un tercero, como en el último encuentro, tocando la moral). 

¡NUEVA ESCENA! Y, hasta la fecha, parece que será la única en toda esta semana. Francisca está esperando a Raimundo con una cara de tristeza que a quién pegaba ahora era al Ulloa, por no ser capaz de mandar al carajo a su familia viéndola así. Raimundo le pide perdón por despacharla en una nota y le hace ver que conoce la explicación de su ruptura (incluso antes de recibir aquellas líneas)... NO ESTÁN SOLOS EN EL MUNDO y Raimundo, en ese momento, hace gala de su cobardía y estupidez (anteponiendo a terceros a su propia felicidad y a la de ella). En serio, Ulloa, te mereces una "hostiabiendá" pero ya. Y desde aquí me limito a las frases que van viniendo porque es un no parar... ¡Y de los gordos!















Francisca: La familia, otra vez la familia. Ya nos separaron cuando nos conocímos y vuelven a hacerlo cuando nos habíamos reencontrado. (Sí, hija, son unos sinvergüenzas de tomo y lomo. Dirán que no les dejas vivir pero vamos, ellos a ti tampoco). 


Raimundo: Cruel destino el nuestro, Francisca, pero a estas alturas ya no podemos hacer nada. (¿Cómo que no, Ulloa? ¿No puedes anteponer tu amor por encima de todo? ¿Tanto te cuesta decirle a tu hija que quieres ser feliz y que te importa un pimiento lo que ella piense? Sí, es tu hija, pero chico, por una vez que seas egoísta en toda tu vida no va a pasar nada). 


Francisca: Parecía que podía cambiar, ¡maldita sea! ¿Por qué? ¿Por qué no? Dijimos que éramos adultos, dueños de nuestras vidas y ahora, ¿vuelves a echarte atrás? (Raimundo, te está dando una paliza importante, ¿eh? Sabes que tiene razón... ¡Ambos lo sabéis!).


Raimundo: Lo siento, vida mía. (What? ¿Qué la ha llamado? ¿Vida mía? Empieza la dosis de "mátame, camión"). 


Francisca: ¿No volveremos a vernos? Dices que soy tu vida y me rechazas. De nuevo me rompes el corazón, Raimundo. Me haces revivir aquel primer momento, el más angustioso de toda mi vida. ¿Vas a dejar de luchar como entonces? (Aquí tenemos a la Francisca cruel, egoísta, vengativa y malintencionada. Se ve claramente, ¿o no? Nótese la ironía).


Raimundo: A mí también se me parte el corazón pero es para evitar males mayores. (Sí, hijo, es evidente que se te parte pero, ¿males mayores? ¿Para quién? ¿Para vosotros? Porque creo que males os estáis evitando pocos... ¡Olvídate de la insulsa de tu hija, leñes! ¡No se merece que padezcas así porque ella esté tranquila!).


Francisca: No me toques. No me roces nunca más. (Muero con Francisca, ¡cuánto padecer arrastra por amor! ¡Es malísima, oye!).


Raimundo: TE AMO... (Con los ojos brillantes por las contenidas lágrimas... Y ya está... Muerte súbita...). 


De verdad, RAIPAQUISTAS, tenemos ganado el cielo. Maravillosa secuencia. Maravillosos Ramón y María. Pero, leñes, ¿cuándo empieza el amor? ¿Cuándo empieza lo bonito? ¡Yo quiero más besos y arrumacos! ¡No quiero sufrir tanto, por favor!

Aurora y Candela hablando de amoríos. Estoy yo ahora como para aguantarlas. De águilas y canarios hablan... Uhh... Yo me he quedado llorando con Raimundo en mitad del campo así que me vais a perdonar si paso de escucharos. A ellas y a Severo y Carmelo (que se ponen a curiosear sobre las averiguaciones del accidente de Amalia). ¡Alto en el camino! Francisca en escena con Mauricio. Justo después de su encuentro desgraciado con Raimundo, el cual se le nota por los cuatro costados. Su carácter, su falta de fuerza, de ganas de darle vueltas a ciertas cosas... Y Mauricio se corona diciéndole que si necesita ayuda con Raimundo Ulloa, haciéndole ver que sabe que se citó con él (porque resultaba demasiado evidente). Francisca ni se molesta en contestar y lo despacha pidiendo que avise a Fe de que no la molesten. Y ahí se queda, con una cara que si Raimundo la viese se le iría de la cabeza tanta tontería familiar. 


Nicolás y Mariana... Me voy a poner ahora a aguantar las monerías de otras parejas cuando los míos andan penando por cobardías y personas egoístas a puñaos'... ¡JÁ! Más amoríos en la Quinta... ¿Por qué todos andan de líos y los demás no podemos disfrutar? ¡Leñes! Más de Francisca, en esta ocasión con Amalia y su poco tacto con Beltrán. Francisca está harta de su comportamiento y le deja las cosas claras. 

Francisca: Trátalo con mimo (refiriéndose al bebé) y lo mismo te digo con tu esposo. Ellos ahora son lo que más me importa. (Uhhh, Paquita, que se te ve el plumero en esas palabras finales.. No son los únicos hombres que te importan, y lo sabes). 


Llegamos a la recta final del capítulo con Inés y Fe hablando de Bosco (que parece estar espiando su conversación) y con Amalia recibiendo una nota de Severo Santacruz, asegurándole que su accidente fue provocado, dispuesto a tocar la moral lo que no está escrito. ¡Y AVANCES! Nos vamos únicamente a lo que nos atañe (que no es mucho)... Francisca intentando sonsacar a Bosco si es feliz en su vida y Emilia comentando al páter que Raimundo fue a terminar su relación con Francisca y que aún no ha vuelto de su encuentro. ¡FIN! 















P.D.: Pues nada, que ya van 25 capítulos del besazo. Insisto, quiero otro YA.

1 comentario:

  1. No puedo estar más de acuerdo contigo Miri, ¡No soporto a Emilia y al “gracioso” de su marido! Que poca sensibilidad, que poca indulgencia, cuanta hipocresía y egoísmo. Aquí predomina el “me importa un pimiento que tú sufras mientras nosotros nos salimos con la nuestra y somos felices” ¿un sartenazo dices? No te puedes imaginar lo que yo les haría, pero voy a dar una pista, agradable no es.

    Qué asco que me dan estos "no tenemos nada mejor que hacer en la vida que meternos donde no nos llaman"

    La escena ha sido impresionante, que pedazo de actores son María Bouzas y Ramón Ibarra.

    Hoy me ha dado mucha lástima Francisca, ilusionada y tan falta de cariño como estaba y por culpa de Raimundo, por su cobardía y falta de arrestos para enfrentarse a todos los que osen en interferir en su felicidad, por puro egoísmo, le ha vuelto a romper el corazón (que ya son demasiadas veces)

    Más sinceros no han podido ser los dos, se aman, no pueden vivir el uno sin el otro y quien no quiera verlo, es que está ciego.

    Sólo nos queda esperar a que Francisca luche por ese amor, no como Raimundo que al mínimo problema, tira la toalla.

    Gracias María y Ramón, por darnos estas escenas que se meten en el alma de lo bien interpretadas que están. Os adoramos y lo sabéis.



    ResponderEliminar