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viernes, 13 de marzo de 2015

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¿Cómo abordo yo el capítulo de hoy?, si aún me siguen temblando las manos con los avances de la semana próxima. Estoy que no quepo en mí de la alegría, del gozo, de la ilusión…yo que me imaginaba otras dos semanas más de tortura, como mínimo. ¡Pero qué leñes!, si llevamos más de un mes desde aquel glorioso besazo, ¡ya era hora!

Pues nada, sin solución de continuidad ¡vamos a ello!…

 Y comenzamos con nada más y nada menos que la pasión desbordante y repentina, dicho sea de paso, entre Aurora y Conrado, disfrutadla que la dicha va a ser breve. Cómo comprenderéis no voy a detenerme en la escena, sólo voy a añadir que hay más pasión entre Raimundo y Francisca en un beso, que entre éstos dos en los preliminares, ¡donde va a parar!. Y otra cosita Conrado deja de preguntar si está segura, que el tiempo es oro y tú andas escaso chiquitín. (Vale, vamos a dejarlo que me estoy pasando con los chistes macabros).

 Nos colamos en la Quinta Vieja, y nos encontramos a Severo y Sabina besándose, ¡cuánto derroche de amor en Puente Viejo!, ¡qué barbaridad!. Esta chica me gusta, ¿qué indicaciones le habrá dado Francisca?, está claro que sea lo que sea lo está consiguiendo;  resquebrajar esa profunda amistad entre Severo y su fiel amigo, a ver como avanza la historia que de momento me está agradando.

Ya en la taberna, nos encontramos con Nicolás y su amigo Genaro. El otro día lo comentaba en petit comité con otras raipaquistas, ¿este chico habla un poco raro no?, parece un inglés criado en Murcia, es raro raro. Pero lo que sí es extraño es la historia que le cuenta a Nicolás de por que ha venido  a Puente Viejo. Creo que hay algo más detrás de esa historia que ha contado, aunque sinceramente tampoco me interesa en demasía.

Nos vamos al Colmado, Hipólito ocultando a la cotilla de su madre con quien ha hablado por teléfono. Pero en cuanto llega Carmelo y le dice que todos los productos que se sirvan en las recepciones de la Quinta las comprará en el Colmado,  se le quitan las ganas de cotillear, por el momento claro está.

Llegan Nicolás y Genaro a casa, van un poco pasaillos de vinos y dejan plantada la comida a Mariana, vamos un escenón  interesantísimo. Nicolás cuenta a su mujer cual es el motivo por el que Genaro está en Puente Viejo.

Llegamos a la Casona, y nos encontramos con el trío con más garbo y alegría de todo Puente Viejo. Inés y Bosco hablando embobados de Beltrán y Amalia quejándose, como de costumbre, de si el niño le va a dejar descansar, ¡cansina de tía!

 Regresamos de nuevo a Miel Amarga, vemos desayunando a Severo y Carmelo, se empieza a percibir una cierta tensión entre ellos, sobre todo por parte de Carmelo. Además éste se da cuenta de la seducción que tiene Sabina con Severo.




Y llegamos a ese plácido lugar que nos encanta, sí sí ese, el Jaral; Rosario y Candela preguntan a Aurora que estuvo haciendo para llegar de madrugada, y ésta le cuenta que se ha vuelto a reconciliar con Conrado. ¡Precioso, vamos!

En el Colmado finalmente Hipólito explica a su madre que ha decidido ser barbero. Este chico toca todos los palillos. Pobre, está echado a perder…

Y por fin, aparece la gran Francisca en escena, Mauricio le está proponiendo subir el sueldo a los jornaleros, pero ella está pensando en cosas muchos más importantes, por su puesto en Raimundo. Ella cambia rápidamente de conversación, y le pregunta directamente al capataz si Emilia sigue estando por las tardes en la taberna ¡Emilia prepárate que llega la Montenegro!.






En la taberna, Hipólito intenta buscar voluntarios para practicar su nuevo oficio…menudo peligro tiene sólo viendo la que se ha liado él en la cara. 



En la casona, vemos a Amalia recordando su conversación con Severo (que ya tienen luces estos dos para citarse en la taberna), ya le ha confesado que  Francisca está detrás de su “accidente”, y Amalia se percata que Mauricio tiene la chaqueta manchada de pintura. Miedo me da esta loca…llega Bosco y Francisca, que le riñe por contestar de mala forma a Bosco.







De nuevo en el Jaral, Aurora le confiesa a Lucas que ha retomado su relación con Conrado, al chico se le queda la misma cara de tonto que a nosotras (luego dicen que el amor de Raimundo y Francisca no tiene sentido, y éste sí ¿verdad?, ¡claro!).

Volvemos a la Quinta. Carmelo habla con Sabina de su cambio de actitud hacia él. ¡Ay amigo que te la está dando con Severito!. Por supuesto, el cabreo de Carmelo es monumental.







Y llegamos tras el sufrimiento que hemos tenido que soportar tragándonos todo el capítulo, a la mejor escena. En la Taberna conversan Emilia y Mariana relajadamente, pero éste relax va a verse de pronto alterado por la presencia de Francisca, que precisamente (y ya nos gustaría), no va en busca de Raimundo, si no de su hija Emilia.





Entre tanto vemos a Alicia, colocando una soga alrededor del cuello de Aurora (por cierto, increíble que no haya nadie mas en el Jaral, con todos los que viven ahí...y los que están por llegar; a este paso obligan a los tabernos a cerrar la posada por falta de clientela), pero directamente la paso por alto, porque me parece una atrocidad por parte de ésta última (Aurora por supuesto), al maravilloso arte de la interpretación. 

Lo único destacable de los avances es la conversación entre Francisca y Emilia, sólo voy a poner una captura de la escena, porque prefiero que mañana se explaye con todas las ganas quien le toque escribir en el blog. 




P.D. como os habréis dado cuenta no ha aparecido nuestro querido Raimundo en todo el capítulo y por esta triste ausencia voy a poneros una foto (antigua, pero es que me chifla), de nuestro galán. Es de la página de facebook de Ramón Ibarra web (que sin haber pedido permiso, estoy segura que a nuestra querida administradora le gustará volver a contemplarla de nuevo por estos lares).






1 comentario:

  1. Capítulo muy aburrido, sin Raimundo y Francisca apenas ha salido. Enorme mértio hacer una crónica de este capítulo.

    Olé por Francisca por ir a hablar con Emilia y dejarle las cosas claras. Afortunadamente he leído los avances de la semana que viene y para el raipaquismo son buenas semanas.

    Un saludo.

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