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¡Muy buenas! ¿Creíais que porque la serie esté aburrida e insoportable, no íbamos a estar las raipaquistas al pie del cañón, como masocas, comentando el capítulo? ¡No, hijas mías! ¡No! Eso sí, he de anunciaros algo que sé que va a causar impacto y cierto dolor, muuuucho dolor, en todas nosotras:

Raipaquistas, Raimundo… no ha regresado

Pues créeme. No ha regresado. Siento ser brusca, pero es así. Y esto ya está cansando… Más le vale al Ulloa al menos, volver de Fuerteventura, hecho un morenazo sabrosón. Todo un Sandokan. Ea. Lo exigo.

Pero en fin, vamos al meollo del asunto porque si me pongo a hablar de Raimundo, no paro hasta mañana.

Aurorita, después de marear la perdiz y dejar a Conrado con un pie en el altar por ir en pos de un sueño cual triunfita, resulta que echa tanto de menos Puente Viejo, que ya no le importa ser médico. Y así se lo espeta a la Gregor, a la que llama amargada. Así, en su cara misma. En mi opinión, lo que le pasa a esta muchacha, además de no saber qué es lo que quiere en la vida y se mueve cual veleta, es que ha llegado a la Universidad y no es nadie. Es decir, no es la salsa de todos los platos. No es el centro de atención (al menos en el sentido que ella quiere, de tener a todos a sus pies dependiendo de ella hasta para respirar). El caso es que prefiere ser el pez grande en un pueblo pequeño, a ser un pez pequeñín en un acuario que le queda demasiado grande.

Ya está, ya lo he dicho. Cansina

Cabecera y ahí vamos!! (Ay… Que solo pueda ver al Ibarra en cabecera, afecta muy mucho a mi corazoncito. Sufro)

Francisca, que es actriz y de las buenas, pone cara dramática en su visita al cuarto de Inés acompañada de la susodicha. Todo revuelto y el famoso abrigo-caja fuerte-guardo todas mis joyas ahí dentro, tirado en el suelo como un guiñapo. Paquita fingiendo que nada sabe de lo ocurrido y mostrando su aflicción, y la otra, evidentemente, no puede hacer comprobar si le falta algo más aparte de sus dos monedas de plata.

 

Siguientes escenas, Aurora discutiendo con un profesor cual revolucionaria por los derechos de la mujer y el nuevo maromo apoyándola; Conrado haciendo casting de enfermera para su casa de aguas. Claro, ninguna le gusta porque no es Aurora (¬¬ “icono potador”) y eso mismo le hacen saber dos de los sabios del pueblo. Gonzalo y Candela, que o no sale de la confitería o es que ni la pisa. No hay término medio con ella.

Aurora que decide marcharse. “Aurora Castro no se rinde jamás, aunque hago lo que me viene en gana” En fin serafín…

Inés y Bosco en el jardín de las delicias, ese que debían mancillar una y otra vez la dueña de la casa y el ex tabernero del pueblo. Bosco, que es más ingenuo que un pirulí, quiere que confiesen a Francisca su amor.

Mirañares a vuelta con los huesos del Cid, que han resultado ser falsos. Una cortina de humo para que los verdaderos reposen donde corresponda. Parece que esta trama tiene los días contados. ¿Qué será lo siguiente? Se admiten apuestas.

Alfonso, Emilia y el páter, alternando en la posada frente a una taza de ¿café? ¿té? ¿por la noche? Conversación a vueltas con los quincalleros y sus robos. Todos parecen meter en el mismo saco a padre e hijos, excepto Alfonso, que confía en el más jovenzuelo.

Francisca y Bosco cenando a solas, pues Bernarda estaba de ayuno. ¡JÁ! Lo que pasa que la mujer está tan sensible por lo del robo, que hasta las hambres se le evaporaron. Y a la Paca no puede importarle menos. Mauricio llega para despedirse e informar que no ha conseguido dar con los ladrones quincalleros, y sus sospechas recaen en alguien de la Casona. Sí hijo, y la tienes delante de ti poniendo cara de niña buena que no ha roto un plato. Las criadas cuchichean al verse acusadas. Francisca le avisa de que confía en ellas y que deje pasar el asunto. Mauricio recela… ¡Normal! ¿Cuándo la Paca en sus años gloriosos hubiese dejado sin pagar su fechoría a unos ladrones que entren en su casa? Esta no es mi Paca que me la han cambiado. ¡Chata! Disimula aunque sea un poquito, que después del morenazo tigretón, Mauricio es quien más te conoce, y esto, le huele mal. Él desea registrar la casa y ella se opone. No sea que encuentre el botín en el cajón de su ropa interior y luego a ver cómo explicas eso (Lo del botín, no los ligueros que guarda celosamente para su reencuentro con el de Fuerteventura…)

 

 

Eso sí, la copita que no falte!!

Y para tener la casita para ella sola, les encarga viajar a Villalpanda en busca de información de semillas exóticas para posibles futuros negocios. Se ve que la etapa de Rai indiano marcó mucho. Aquellas charlas sobre frutos de las Américas… esos paseos y besos junto al río… Todo aquello que ahora no nos dan… En fin que me desvío. Yo creo que quiere recibir a Raimundo con algo “exótico”

Jaral. María y Emilia. Que digo yo que para estar en tu casa, ponte algo más cómodo hija mía. Tampoco digo que la bata de guatiné, los rulos y las pantuflas, pero es que me imagino a mí misma en mi casa, con los tacones, la falda larga de tubo, un collar de perlas alrededor de mi cuello, y me entran los siete males. Charla insulsa a la que se une más tarde el insulso de Gonzalo. Hablan de Aurora, cómo no, y de cómo la echan de menos. ¡La madre del corderooooo! Que se ha ido a la universidad a Madrid. Si se llega a ir de Erasmus, os veo clavándoos alfileres en las venas de la muñeca. ¿No sois ricos? Pues chico, pagaos un billete y vais a verla, que vaya color dais a la marcha de la chica.

Y con la despedida de Aurora en el hostal, es que me muero. Pero de risa. Todos en comitiva estrechándole la mano y tirando flores a su paso. Que sí, que para todos es muy mona, muy maja y muy muy. Para vosotros con lacito de regalo.

Dolores hiriendo los sentimientos de Mauri. Que sí, que es un hombretón, pero tiene su corazoncito…¡Vamos! Decirle que no defiende bien la Casona y que entran a robar porque hace mal su trabajo… Ay Loles, mira que le das a la lengua…

Alfonso CalladitoEstásMásGuapo Castañeda, haciendo de ben samaritano y ofreciendo trabajo en sus tierras al joven quincallero. Mariana, que no salía de la granja ni para miccionar (seamos finos), ahora es que no la pisa, y decide cubrir el puesto de su hermano en lo que este le enseña al mozo el trabajo a realizar.

La Casona. Cocinas. Fe preparando dos bolsos de comida para los viajantes, osea, Mauricio y Bosco. Parece que ha puesto comida para medio regimiento… Tanto Fe como Bosco se dan cuenta de que Mauri está apagadillo. Aunque él quiere restar importancia, termina confesando a la criada que todo se debe a los comentarios de Dolores sobre su fallo a la hora de defender la Casona.

Señores guionistas, quiero pareja Fe-Mauricio. ¡Son tan monos!

Encuentro de Francisca en la plaza, con Gonzalo y Rosario. Que este chico lo que se dice trabajar, más bien poco, pero pasearse de un lado a otro, es que no para… Francisca pregunta por Aurora con esa retranca que ella tiene. Gonzalo saca su machote interior a pasear y se pone gallito. Francisca sabe que tanto Conrado como Rosario han ido a Madrid a visitarla, y Rosario, que desde que se convirtió en señora del Jaral, se cree que micciona colonia (volvemos a ser finos), le explica el motivo de su viaje, que no fue otro que hablarle a la niña, de Gregoria Casas. Sermoncito de la ex criada a su señora… Esa misma criada que muestra más apego por los hijos y nietos de otros, que por los suyos propios. Y esa misma Señora a la que acusan de tener veneno en la lengua. Se ve que ellos, tan educados, tienen florecillas del campo por aliento. Se ve, se siente. Claro.

 

 

El matrimonio más soso del mundo conversa en el salón del Jaral, al que llega Nicolás, más feliz que una perdiz, para informar que el famoso modisto acepta las condiciones de María, y cualquier día se presenta en el pueblo….

JAJAJAJAJAJAJAAAAAAAAAAAAAAA

Anda ya. Si un día me llaman Dolce&Gabanna, les diré que mejor vengan a mi casa. Que ya si eso, poso aquí. Porque yo lo valgo.

Bernarda se ha vuelto raipaquista. ¿Pues no le ha preguntado a la Paca lo que todas nosotras nos preguntamos?

“Estaba pensando en la carta que le escribiste a Raimundo Ulloa. ¿Cuándo crees que llegará su respuesta? Me figuro que estarás nerviosa”

Nerviosa. ¡Con muñones en vez de uñas, estamos! ¡Eso mismo decimos! ¿Para cuándo la respuesta del hombre bruñido por el sol isleño?

Y Francisca, que tiene pocas ganas de hablar de Rai, no entiendo por qué, cuando sería una conversación de lo más placentera, la despacha rápidamente, pues tiene que charlar amigablemente con Inés.

Con buenas palabras, trata de averiguar qué siente Inés por Bosco. Al final, la chica confiesa que está enamorada del chico, y ahí se produce la hecatombe. Francisca le acusa de cazafortunas y ladrona, y le muestra la colección de joyas que Inés guardaba en su habitación

¡¡Avances!!

Inés le pide a Francisca que no avise a los civiles

Francisca echa en cara a María que trabaje como maniquí.

Y con esto y un bizcocho…¡A soñar con morenazos sabrosones!