Sagrada Virgen del mar, Madre de los afligidos, dame tu
divina gracia, de corazón te lo pido, para poder relatar el más aburrido capitulo
que ha visto la humanidad.
Y después de este rezo, que me ayude a relatar, comienzo sin
más demora, a ver que puedo sacar.
Francisca mima a Bosco, han estado hablando de Tristán,
Bosco se siente emocionado por todo lo que Francisca le ha contado de él. Se
sorprende de que entre ellos haya tantas cosas en común. “Cierto es que cada
vez que te miro, veo a Tristán en tus ojos” “¿Y no le parece asombroso?” “Me
parece maravilloso” Francisca está dispuesta a contarle toda la verdad de su
procedencia, pero cuando está a punto de relatárselo, aparece Mauricio con noticias
del pueblo que debe saber. Francisca se enfada por la interrupción y abronca a
Mauricio sin dejar que le cuente lo que ocurre. Bosco quiere que siga con lo
que le iba a contar, pero Francisca miente y le dice, que no se acuerda de lo
que era. Bosco intenta refrescarle la memoria “Era a propósito de su hijo Tristán,
las semejanzas que guarda conmigo” “Pues será eso, que os parecéis en ciertas
cosas. Es curioso como dos personas ajenas la una a la otra, pueden llegar a
tener tantas similitudes, casualidades de la vida” Francisca ha perdido una
oportunidad de oro por no decirle quien es, luego vendrán las “buenas personas”
del pueblo, se lo contaran y será peor.
Emilia está muy enfadada por lo que le ha contado don
Anselmo, él afirma que Francisca es la culpable de de que no incluyeran a
Raimundo en la lista de los indultos. Don Anselmo le pide cautela, se ha informado
y pueden pedir el indulto.
De las fotos de la Claudia Schiffer, paso.
Francisca y Bernarda se disponen a tomar una copichuela,
porque está prohibido mostrar en televisión el tabaco, porque seguro, que
Bernarda se fumaba un puro también. La curiosidad de Bernarda ante todo lo
referente a lo que haga Francisca con sus cosas, es para mosquearse, no sé como
la Paca no se da cuente de esto. Tanto interés por la carta de Raimundo, por lo
que va a hacer con Bosco y como va a escarmentar a Aurora, es para escamarse. A
mí me parece que Bernarda ha movido más hilos de los que le ha contado a su
prima y ella está detrás de la carta devuelta y de la no inclusión de Raimundo
en la lista de los indultados.
Francisca le cuenta que va a hacer una fiesta “¿Una fiesta
en lugar de un buen sermón? ¿De verdad crees que así lograras levantar el ánimo
de muchacho y quitarle a esa criadita de la cabeza?” “Con esa fiesta, sin duda.
Esconde un ardid, pero no voy a revelártelo, bastantes imprudencias he estado a
punto de cometer en el día de hoy” Ay Francisca que hablas de más y delante de
quien no debes. Bernarda le pregunta a que imprudencia se refiere y Francisca
le cuenta que ha estado a punto de contar a Bosco de quien es hijo. Llega de
nuevo Mauricio para saber si puede contarle lo que quería referirle
anteriormente. Le cuenta que a Conrado le están poniendo impedimentos para construir
el balneario y que dan por hecho que ella está detrás de esos impedimentos “Aciertan
de pleno” Mauricio le comunica que esta vez ha tirado demasiado la cuerda, que
el pueblo entero se ha puesto de lado de ellos y que están dispuestos a lo que
sea para ayudarlo, incluso enfrentarse a ella, cosa que deja muy preocupada a
Francisca.
Emilia cuenta a Alfonso (que calladito está más guapo) que
don Anselmo le ha contado que Francisca está detrás de la exclusión de su padre
en el indulto. No entienden tanta maldad en Francisca, pero yo sigo pensando
que están errados y ella no ha tenido nada que ver en eso.
De lo del Jaral voy a pasar también, porque como me lie con
los tres mosque perros nos van a cerrar el blog y no es cuestión de eso y menos
con esta gentecilla insignificante que no saben hacer otra cosa que hablar de
la Montenegro porque sus vidas son tan insulsas que tienen que vivir la de los
demás.
Entre Bosco y Mauricio está naciendo una bonita amistad.
Bosco le pide disculpas porque por su culpa, al negarse a ir de viaje, ha
enfadado a Francisca y ha pagado su mal humor con él. Mauricio le responde que
pierda cuidado, está acostumbrado, son ya muchos años al servicio de su ama. Le
da un consejo, que su agradecimiento para con Francisca está bien, pero que no
debe traicionarse así mismo, que busque un equilibrio entre lo que debe hacer y
lo que le dicte el corazón, de lo contrario, será infeliz.
El profesor de esperanto da su lección a Fe en la Casona “Karesi
al ŝi la manon” (Acariciarle la mano) pero entra Mauricio y rompe la tierna
escena entre los dos. Manda subir a Fe a por el morral de Bosco, y aprovecha
para mandar fuera de la Casona al profesor “¿Me está amenazando?” “No señor, yo
sólo le digo, que como le vea merodeando por aquí, o rondando a alguno de sus
sirvientes, le arrearé tal bofetón que hasta sus piojos van a salir en muletas”
Don Regalado ante la sutileza de Mauricio, pone pies en polvorosa y es que hay
que ver que poder de convicción tiene nuestro Mauri.
Bosco regresa de faenar y es recibido por una amorosa
Francisca que le comenta que no todo es trabajar, que un muchacho de su edad
tiene que divertirse y que en esta casa hace mucho que no se hace una fiesta “¿Una
fiesta?” “Sí Bosco, una fiesta…con baile” Bosco accede para regocijo de Francisca que está feliz.
Pero don Anselmo viene a agriar la fiesta, que con cara de
perro pachón le espeta “Mintió Francisca, existía la posibilidad de un indulto
para Raimundo Ulloa y usted lo sabía, pero se encargó de entorpecerlo” “Siempre
dudando de mi buena fe don Anselmo, ¿No se cansa?” “¿Se cansa usted de hacer
daño?” “Tenía intención de ayudar, se lo prometo, pero esperaba un gesto de
Raimundo que no se ha producido, al contrario, el que me ha llegado ha sido de
lo más desagradable, lo que me reafirma en la idea de que no merece que mueva
por él un solo dedo”
Aquí Francisca tenía que haberle escupido a la cara que
fue ella y sólo ella, la que evitó que Raimundo fuera ejecutado, pero como
siempre, se calla. Le informa que él mismo, en nombre de la familia, va a
solicitar el indulto y la amenaza de que como mueva un solo dedo para evitarlo,
se arrepentirá. Don Anselmo, don
Anselmo, a Francisca no se la amenaza, ya puede dar gracias que es cura, porque
si no el zarpazo que iba a recibir sería de aúpa. Pero me alegro que se ponga
tan chulito este también, así otro más que se va a tragar sus palabras y sus
amenazas cuando todo se destape y se enteren de todo lo que hizo por Raimundo y
que ella nada tiene que ver con lo del indulto (Al menos eso espero, que nos
den la satisfacción de ver como se tragan sus palabras una a una)
Y hasta aquí el capitulo de hoy.
¡¡Raimundo, te seguimos esperando, vuelve ya!!