Capítulo 1065

Me vais a permitir la licencia de saltarme las escenas que no nos interesan. Sólo voy a comentar aquellas que nos preocupan. Lo siento pero voy a pasar por alto los trajes de boda, las jugadas de billar y demás escenas que a nosotras precisamente nos dan exactamente igual, para eso tenemos una serie coral a la que cada uno puede dedicarle su tiempo y admiración.

Francisca se encuentra hablando por teléfono. Seguramente estará organizando su estrategia, para mover ficha contra Severo Santacruz, a pesar, de que vemos a una Francisca más tranquila, no ceja en su empeño de en esta ocasión ganar la siguiente jugada en esta partida.

Entra Raimundo, y le dice que se ha encontrado con Doña Eulalia antes de irse de la Casona. Francisca le dice que le dio a elegir entre él o ella, y evidentemente era facilísimo. Eligió a su amor, por supuesto.

_”Me abrumas Francisca”_, ¿Me abrumas?, ¿en serio Raimundo?, ¿eso es todo?, después de haber de defender tu amor a capa y espada, de no ocultarlo ante nadie y sabiendo las consecuencias que esto puede suponer en el status social y económico de Francisca, ¿no eres capaz de nada más?. Como mínimo deberías haberla tumbado en ese diván tan magnífico que tenéis, y besarla hasta la extenuación, y no te digo más, porque como según estos, guionistas estamos en horario infantil…para los que queremos. En fin.

 ¿Dónde estás mirando Pillín?. 

 Y no contentos con esto, nuestra amada y querida Francisca (más aún si cabe, después de la actitud y valentía de estos días), le suelta:

_”…Más lo eres tú, Raimundo…lo más importante de mi vida”_, y le planta un beso, como debe ser. Vamos Ulloa, ataca, es tu momento. Es que esta mujer lo tiene que hacer todo.

Tras estas maravillosas declaraciones, se sienta cómodamente en el diván y Raimundo le cuenta que Don Anselmo le ha propuesto ir al cumpleaños de Emilia. Él no lo tiene claro, y no me extraña, miedo le tiene que dar acercarse y que su hija le suelte una de sus broncas, a mí también me daría canguelo. Francisca le dice que debería ir, y Raimundo, que parece que por fin despierta, le dice que le gustaría que fuese con ella, que es SU PAREJA, así me gusta Ulloa. Pero Francisca que es mujer lista y precavida, le dice que será mejor que vaya solo. Y por último, a destacar en esta escena, ese magnífico suspiro de Francisca, que suena a música celestial, junto con ese “marido” y esa “esposa”, que salían el día anterior de sendas bocas.

Pasamos a una escena mucho más dolorosa. Raimundo llega al cumpleaños de Emilia. Aparece con un ramo de rosas blancas; como no vamos a estar enamoradas de él, si es todo un caballero. La alegría que muestra Emilia por la fiesta sorpresa, se disipa en un segundo al ver aparecer a su padre por la puerta.

_” ¿Qué es lo que quiere padre?"

_"Estar contigo el día de tu cumpleaños"

_" Lléveselas a su querida, y olvídese de mí”

Sinceramente me esperaba a una Emilia más histérica, vociferando a Raimundo, pero casi ha sido peor esa actitud de olvido y desprecio hacia su padre. Esa actitud distante, como si ni siquiera existiera, creo que le ha dolido más a Raimundo esta actitud, que si le hubiese golpeado y gritado en la cara.

Raimundo ha tenido que llegar a la Casona destrozado, así se lo hace saber Fe a Francisca, que ha subido las escaleras como un alma en pena, traía la cara desencajada y los ojos rojos de haber llorado. Vamos hecho un ecce homo. Yo puedo entender que su hija esté dolida por todo lo que les ha hecho sufrir Francisca, ¿pero no se está dando cuenta que a quien le está provocando el dolor es a su propio padre?, espero pronto seas consciente Emilia, y  vayas a hablar con tu padre, por tu bien y sobre todo por el Raimundo. 

Y algo en lo que quiero hacer hincapié, en los avances rezaba algo así como que “Francisca sonreía, perversa”.

¿Vosotras veis alguna sonrisa aquí?, y sobre todo ¿perversa?...hasta los que redactan los avances nos tienen manía. Será porque tenemos trama y esta está protagonizada por dos de los mejores actores de Puente Viejo. Yo también sentiría celos y envidia.

Hasta más ver raipaquistas y raipaquis-tos. Parece que se nos avecinan escenas fabulosas los próximos días.