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miércoles, 24 de septiembre de 2014

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¡Buenas, o no tan buenas…para variar por el mundo raipaquista, tardes señorin@s! Sea como sea, aquí están las raipabloggeras para curaros las penas de la correspondencia con un poquito de ese humor que nos caracteriza, ¡qué lo disfruten!

Y empezamos calentando el ring, porque aquí nuestro espíritu de golosina se ha desazucarado para echarse sal y pimienta mandando así a paseo al modistillo and company, decisión que ha generado más de una reacción en su círculo bondadoso, veáse Emily y el husband, que después de lo muy claro que dejaron la gracia que les hacía que la niña se les fuese por el camino de las pasarelas con esa mente abierta que tanto proclaman…ahora casi se echan las manos a la cabeza. Y yo me digo, por sus antecedentes vamos, a qué tanto interés en que la nena siga desfilando…¿será que han olisqueado los papeles del dinero y el famoseo y no quieren bajarse de la noria antes de subir? Pero para eso ya tenemos a la yaya que nos recuerda cuales son los deberes de toda dama de su casa, qué agilidad tiene esta mujer a pesar de los años para correr de un polo a otro de sus ideales, más tenía que haberse dedicado a la política seguro que lo bordaba.



Y pasando de los superproblemas de la chupipandi llegamos a la Casona. Para mí, con una de esas escenas que nos encandilan a las paquistas. En el jardín, Francisca con el afán de poteger a su nieto de los sinsabores que ya le hizo pasar a ella misma la vida, le aconseja no confiar en nadie, pues todo aquel que se le acerque lo hará movido por el interés, ya que la codicia acaba cegando al de mayor piel de cordero que acabará traicionándolo si no lo ha hecho ya, le augura. Y no sé por qué pero imagino en por quién lo dice y con quién lo vivió. Bosco se apena ante esas palabras que lo catapultan a la soledad, la misma que ha padecido Francisca en todo este tiempo, y a la que recuerda con uno de esos gestos que adoramos de nuestra María Bouzas, a la que he de decir no podía sentarle mejor la luz del anochecer de la Casona ¡preciosa! Pero como bien dice, son ¡Montengero! ¡Los únicos que quedan! Y eso va por delante de todo lo demás. Aunque ésta, es información de la que carece el muchacho, sintiéndose abrumado ante tal dispensa, cosa que lamenta su abuela, que denota en la mirada las ganas de gritar a quien pertenece. Así, ambos se funden en un abrazo lleno de ternura y transmitiendo todo el amor que se profesan.









Ahora, tras el pequeño respiro, recuperamos a los padres número 10 en la posada, como no penando, porque si no tienen con qué se lo buscan, así son ellos de sacrificados por el prójimo. Ahora el afortunado de estar en el punto de mira Castañeda es (repliques de tambor) ¡Matías! Aunque en esta ocasión el matrimonio discrepa, ya que las mujeres que tenemos buen olfato, no nos fiamos de todo lo que vemos, y Emily no termina de verlo trigo limpio mientras Alfonsito quiere hacer cual hermano mayor con el zagal, quizás monte su propio programa y todo. De seguido, vemos a Emilia una vez más ¿cómo? ¡penando! ¡Acertásteis, minipunto! Y ahora por su papi, que como no tiene años, no se sabe cuidar sólo, y le precocupa la dichosa carta de la Montenegro, pues no sabe que pudo querer escribirle, y yo ahora me pregunto a lo Dory ¿acaso no fuiste tú alma de cántaro la que se lo sugirió? Digo yo, que en algún momento de tu existencia pensaste que algo tendría que poder decirle, digo…

Pasamos de puntillas por el dispensario para ver como nos quedamos sin Nobel español por el buen corazón de esta muchacha de regreso al pueblo por amor a los suyos ¡sí señor! que mientras se toma un descanso coge papel y pluma y decide preocuparse por el pobre de Lucas, ese muchacho solo en el mundo, sin amada, a quien decide amenizarle el día con una carta que ya me gustaría que fuese la del sabrosón a nuestra Paca y que dudo le guste tanto a su prometido. Lo mejor, el final, “espero verte pronto, feliz y enamorado” ¿qué pasa?¿qué sólo se puede ser feliz enamorado? Ahí metiendo el dedo en la llaga…, o es que ¿sólo quería unir su nombre al verbo? No lo veo claro, pero creo que el geólogo tampoco.

Volvemos al meollo, y recuperamos a nuestra Paca, pero esta vez la yaya anda cabizbaja, y es que a esta juventud de hoy en día no le quedan modales, y sólo se le ocurre a él marchar sin despedirse de ella, si le hubiese visto la cara que se le ha quedado…hasta Mauri no sabía si achucharla o salir pies pa que os quiero antes de que le saliese la vena. Y como no, la siempre oportuna de Berni ya estaba tardando en ir a echar leña al fuego, aunque contra su Bosco como ella dice, poco puede hacer. Eso sí, contra María es otro cantar, pues le cuenta las últimas con el modisto, sacando a relucir las malas compañías de Aurorita y su próxima venganza por Conradito porque con su niño no se meten. Lo malo es que ha ido a confiar en quien menos debía para esa tarea, y no es otra que su prima, aún no entiendo que leches pinta en la Casona, qué sopor.




Seguimos con el desfile, pues el Coco Chanel manda al Jaral una supuesta carta de disculpas rogando a María que hiciese unas últimas fotos para su colección, y claro ésta no podía poner en evidencia su bondad, con lo que allá que ha ido sin apenas imaginar la triquiñuela tan sorprendente de la sabandija del modisto, pues las tramas son cada vez más inesperadas, y lejos de querer fotografiarla muchas son las confianzas que éste se toma con la muchacha, siendo creo el tercero en su corta vida que intenta forzarla… hay que ver lo originales que son y lo poco que se ceban con los personajes. Sin embargo, esta vez el maridito le ve las orejas al lobo y esperamos acuda raudo al rescate de su bella damisella, como el héroe puenteviejero que es.







¡Momento carta! Quiero llorar ¡Rai, ni sabrosón ni na’! ¡Dos collejas a tiempo a lo Amparo Baró es lo que te hacen falta! Llega Bosco con la carta, que al ver el destinatario aventuraba lo que agradaría a su abu, a quien se le vira el gesto asemejándose al niño a quien enseñan su dulce preferido ¡Si la hubiese visto el culpable del gesto siguiente seguro que no había tenido el cuajo de hacer lo que hizo! ¡Jum, indignada me hallo! Pues no va el amigo, y manda la carta hecha pedazos sin siquiera haberla abierto… ¿qué pasa Rai, que te dio miedo hacerlo por si te nublaba las entendederas? ¡Cobarde, leñe! Poco que decir de la cara que se le queda a la Monetenegro, que no puede ni escupirle una de sus frases a la criada. Miedo me da su represalia pasado el luto. Rota y destrozada, pues no hay mayor dolor que la ignorancia  e indiferencia de quien uno ama, y en su caso encima sumado al orgullo Montenegro herido…bomba explosiva.








AVANCES:

- Berni indagando por los amores de la prima y la correspondencia.
- El héroe regresa a tiempo como aventuramos, aunque para mi gusto le faltó el puñetazo de todo galán a tiempo.
- Mauri celosón con la relación de Fe y el profe.
- Bosco se niega a ir de viaje con la yaya y deduzco que no le hace mucha gracia.

Y esto es todo por hoy amig@s, espero que lo hayáis disfrutado y hasta más ver!!!





1 comentario:

  1. Gracias mil Ainhoa por el artículo! La verdad es que como dice Nicu, me voy a lo importante y de lo demás paso porque además de tedioso, me resulta a veces tan patético que no merece la pena ni mencionarlo.

    La carta... Yo también creo que Bernanrda está detrás de todo. Ese repentino interés por todo lo que tenga que ver con Raimundo, me escama. Además, no hay que olvidar que fue el sabrosón el que desbarató sus planes cuando estaban en la casa de reposo, así que no sería de extrañar que si Francisca intenta ese acercamiento hacia él, Raimundo al mínimo signo que pueda ver de que su Paca peligra, irá al rescate. Y la primísima no está dispuesta a que suceda de nuevo.

    Bosco me aburre soberanamente y su enamorada, ni os cuento.

    Gracias de nuevo, guapa!

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