837

¿Pues no será, mis queridas raipaquistas, que ésta humilde servidora, descreída y algo desencantada con la serie, empieza a estar emocionada de nuevo? ¿No es que siento por momentos ese biruji en el estómago ante el comienzo del capítulo, aquel que había perdido tiempo a?

No amigas. Aclaremos para aquellas que anden desconectadas de Puente Viejo, que no se trata de un acercamiento raipaquista. Ni mucho menos de un raipapolvo. ¡Y mira que me cuesta afirmar que el motivo de mi recién recuperada alegría es portador de 3 lunares! ¡Hijo de la partera! Pero también de Tristán, que eso parece olvidarse siempre. Un Montenegro de los pies a la cabeza. Y que empieza a encariñarse con esa que desconoce que es su abuela. ¿Y qué me decís de ella? ¡Está como una chiquilla ilusionada ante la posibilidad de entregar todo ese cariño que lleva dentro y que nadie le ha permitido mostrar, a un ser puro e inocente que la acepta! Bosco nos ha ganado. A mí me ha ganado.

Y es por este motivo, que una anda más feliz que una perdiz, que no pienso detenerme ni un solo momento en contar las aventuras y desventura (o Buenaventuras jajaja) de Aurora o de Gonzalo, dado lo poco que me importan estos dos. No quiero estropear esta felicidad que me embarga. A no ser que sea estrictamente necesario, claro está. Y da la casualidad que en el día de hoy, hablar de Aurora Castro, no lo es. Solamente he de añadir que se ha mostrado hoy con la actitud propia de una niña con una pataleta. Nada más que añadir.

Y dejando claro esto…¡comenzamos!

Aquí tenemos la presentación oficial del Señorito Bosco en la Casona. Francisca se ha propuesto dejar claro a todos los miembros de su servicio, qué papel va a ocupar Bosco dentro de su familia. Miradas sorpresivas de unos, desconfiadas en otros y abrumadas en nuestro pobre muchacho, que nunca se ha visto en otra. Pero solo por el hecho de arrancar esas sonrisas a nuestra Paca, las raipaquistas le damos la bienvenida a la casona y a nuestros “cuores”. Mauricio, en su afán de proteger a su señora, se interesa sutilmente por los familiares de Bosco con el fin de darles aviso de su nueva situación. Francisca corta sus intenciones haciéndole saber que será Bosco el que decidirá en qué momento se pone en contacto con ellos. Y para que la adaptación vaya siendo completa, no duda en encargarle todo un vestuario nuevo, digno de la posición que va a ocupar de ahora en adelante.

Por cierto, a Fe, el joven le hace tilín. Y tolón. ¡Y a quién no! (Rai, no te pongas celoso, que tú sigues siendo el primero. Pero es que también nos gusta tu nieto… todo queda en familia!)

 

 

 

¡¡Y digo yo!! Creo recordar que cuando Aurora llegó a Puente Viejo, a pesar de no ser reconocida por su padre, sí causó impresión en tooooodos los del pueblo, ya que al parecer, les recordaba a su queridísima Pepa. ¿Y Bosco? Bañado y bien vestido, ¿a nadie le recuerda a su padre, a Tristán? ¿Por qué Pepa es continuamente recordada al hacer mención a sus hijos y Tristán no? Digo yo que algo aportaría el hombre… Pues a pesar de llevar solo 3 capítulos en escena, me voy a permitir el lujo de afirmar que Bosco es el que más parecido tiene con sus progenitores. Y no hablo físicamente… La garra y el carácter que ellos tenían, yo no los veo por ninguna parte en los namby-pamby.

Ea, ya lo he dicho. Bosco es Montenegro.

Mauricio se presenta en la Casa de Comidas para dar el parte acerca de los acontecimientos que se están dando en la Casona. Bien sabe que allí, su Señora sólo es apreciada por Raimundo. Y aquí voy a detenerme para despacharme agusto con el señorito Alfonso Castañeda, que últimamente tiene un bofetón en la boca… Aprovecha la mínima oportunidad para despotricar contra Francisca, incluso “lamentar” la aparición de Bosco en su salvación. ¡Claro que sí! ¡Es un deseo muy apropiado de todos aquellos que se llenan la boca vanagloriándose de lo buenísimas personas que son! Desear la muerte a otro ser humano… Olvidando todos esos favores que, por salvarte el culo a ti y a tu mujercita, ha hecho esa misma de la que te “quieres librar”. Como te vea aparecer un día por la Casona para pedir un favor, prepárate. Porque aquí te vamos a dar palos pa’aburrir y el puntapié en el trasero, no te lo quita nadie. ¿Entendido? ¬¬

Pero lo que más duele, es que Raimundo Ulloa esté presente y sea incapaz de cortar ese tipo de comentarios. Todo lo que ganamos con esa preocupación que muestra por la seguridad de Francisca, pidiendo incluso a Mauricio que investigue a ese muchacho, la pierde con estas otras actitudes. Y aunque esto no me corresponde por ser del capítulo de ayer, no puedo evitar mencionar el cuajo que manifestó el Ulloa sabiendo ya el lugar en el que Francisca estaba y permaneciendo quieto sin más en la Casa de Comidas, siendo como siempre Mauricio el que salga corriendo en busca de Francisca.

Ibarra, mira que te quiero y te adoro con todo mi corazón y tú lo sabes, pero no puedo con este cuajo de Raimundo a veces. Te daría con la mano abierta a ver si así despejaba todas tus pelusas. Amando a Francisca como la ama. ¡Inconcebible!

Bromas absurdas sobre la planta del muchacho y celos del bocachancla de Alfonso.

 

 

Bonitos calcetines, Ulloa.... ^^

Nicolás y Mariana acuden al despacho de Francisca para hacerle entrega de la invitación de boda y mostrarle la alegría que supondría para ellos que acudiera. Francisca, que coge la invitación como si apestara, tan solo pone como condición que no le sienten junto a las viejas del pueblo. Y no me extraña Paca, yo tampoco querría sentarme junto a Rosario y menos, después de las pestes que la susodicha ha soltado de nuestra Montenegro por esa boquita. Además, Francisca se permite el advertir a Mariana de los rumores que pueden acarrear en el pueblo celebrando una boda con tanta premura. Pero Nicolás, con su mano izquierda, sabe templar a su novia. Parece que el muchacho le ha caído en gracia a Francisca, y yo que me alegro.

 

 

Bosco pasea por las tierras de las que ahora es su casa, advirtiendo que Mauricio le sigue. Parece que a ninguno de los dos les gusta demasiado la presencia del otro, pero eso será hasta que se conozcan! Pues ambos buscan lo mismo. La felicidad de Francisca.

La siguiente escena la pasaría por alto si no fuera porque me enerva profundamente. Pues ¿no se pone ahora María a penar por lo que le ha sucedido a Francisca? ¿No le entristece que presa de la angustia y soledad que Paca estaba viviendo, ella misma acudiese en busca de la muerte? ¿Y lo dice la misma chica que ayer se negó a que su amorcito fuera en su busca, a rescatar (no sea que le saliese algún rasguño, pobrecito) a esa que tanto daño les había hecho? Esta chica es bipolar. Además de tonta. Quien te entienda que te compre, bonita. Que conste que la culpa es de Francisca por mimarte demasiado. ¡Niñata!

Mauricio se presenta ante Francisca para contarle que no sólo ha seguido a Bosco mientras él recorría la finca, sino que además, ha sido descubierto por él. Mauricio insiste en que no debe fiarse del chico pues nada sabe de su procedencia, a lo que Francisca rebate exigiendo total respeto por él. Es más, Bosco hace aparición y Francisca le pide a Mauricio que se disculpe con él.

 

 

 

¡¡Avances!!

“A usted y a mí no nos puede engañar” ¡¡Raimundo va de visita a la Casona!! ¡¡MANDA WEBS!! Desaparece Francisca y no mueves el culo para ir en su busca. Vale. Regresa malherida y no te dignas a ir a verla. Bueno. Y ¿ahora vas no sea que Bosco la engañe? ¿Esto qué @&%$ es? En fin… voy a respirar hondo

María va a ver a Francisca y ésta no quiere recibirla por estar demasiado ocupada con Bosco. ¡ZASCAAAA! Merecido lo tienes, pava

Francisca sabe que a Bosco le ocurre algo, y le pregunta. El joven teme a Mauricio pues le recuerda a Silverio

 

Ha vuelto la bruja, y se encuentra con el pastel. ¡Ajo y agua, Berni!

¡Y hasta aquí por hoy! Qué alegría se lleva una centrándose en comentar lo que realmente merece la pena del capítulo, olvidándose de toda la “paja”

Y me gustaría hacer un llamamiento a todas esas raipaquistas ocultas, que nos leen en la sombra. ¡Animaos a participar con nosotras en esta locura! Todos vuestros comentarios serán bien recibidos. Además, nada de esto sería posible sin vosotras.

Y a ti, María. Nuestra adorada María. Por la que seguimos al pie del cañón. Por ti y por Ramón, que sois los únicos que nos dais alegrías. Gracias siempre por estar ahí. Por querernos. Por cuidarnos. Porque quererte es lo más sencillo del mundo. Porque eres lo más grande. Gracias por tus palabras esta tarde a nuestra reportera. ¡TE QUEREMOS!