Que
te lo juro Fifí, que aún estoy que no me lo creo ¿pues no me llama la Francis…?
¿Cómo que qué Francis?, Paquita la de Montenegro, ya sabes mi amiga del alma y
me dice “Marijou, coge tu traje de Chanel de gala y vente para Puente Viejo que
mañana me caso y quiero que seas mi dama de honor”. Patedefuá me quede, nena,
así de sopetón sin darme tiempo ni a hacerme unas mechas.
Te
digo desde ya, Fifí, que eso es echarle valor a la vida por que mira que tiene
mala suerte con las bodas: o las maldice
o se las gafan, que en la última se les cayó la Iglesia encima y casi se queda
pre-viuda y sin catar la noche de bodas.
Total
nena, que allá que voy, porque a una amiga no se la deja tirada en esas
circunstancias y yo por mis amigas MA-TO y aunque se case en un aldea perdida y
en miércoles (original hasta en eso, mi Paquita), si me necesita para que le
lleve una copita de champán para templar los nervios o la acompañe al baño para
retocarse el maquillaje de Lancôme ahí estoy.
Y
menudo panorama me encuentro cuando llego, cosita mía, a Francisca con un
ataque de nervios que no sabía si era una o se había multiplicado por tres de
lo mucho que se movía pero eso sí, guapa no, espectacular, con un traje de
chaqueta blanco de Dior que quitaba el sentido y me imagino que la cuenta
corriente y un tocado de fantasía que
parecía que un pavo, eso sí, real, se había posado en esa cabellera lustrosa en
la que no se movía ni un pelo del moño.
Te
lo juro por mi bolso de Prada que quien no se haya emocionado en la ceremonia
es que en lugar de corazón tiene un gurruño de trapos empapados en maldad y
envidia. Que boda se marcó el Pater que parecía que se casaba él.
- Mucho
habéis penado para llegar hasta aquí, más vuestro amor es firme y luchasteis por
defenderlo pese a todo.
Qué
miradas se lanzaban, de esas en las que agradeces haberte puesto lencería fina
o calzoncillos limpios porque van con rayos x.
- Seré
tu esposa aunque sea lo último que haga.
- Y yo tu esposo por siempre.
Y ese roce de manos cuando intercambiaron los
anillos.
Y esas cosas tan preciosas que se decían que aún lo recuerdo y con los pezones puedo
cortar cristales.
- A todos
nos habéis demostrado que os amareis sin medida hasta que la muerte os separe.
-Y aún más allá.
-Ni a la muerte consentiremos el separarnos.
Y
ese beso final Fifí de mi vida, que ya casi no pude ver con todo el rímel
corriéndome por las mejillas porque una cosa te digo, si eso no es amor que
venga Paco Rabanne y lo vea, menudo matrimonio de película alemana me hacen
estos dos.
- Por
fin eres mi esposa.
- Siempre lo fui, Raimundo.
Porque
esa es otra Fifí, chochete mío, menudo marido rumboso que se ha agenciado la
Fran ¡Ay por favor!, ¿quién iba a decir que debajo de esos pantalones y
chaquetas dos tallas más grandes que se me pone estaría ese hombretón? Si parecía un galanazo de telenovela
mexicana. No tiene suerte la Francis ni
nada, cuarenta años esperando este momento y en lugar de salir del brazo de un
Vargas Llosa se lleva a un George
Clooney.
Y
cuando pensaba que mi corazón ya no podía soportar más emociones resulta que en
la Casona me esperaban varias y de las gordas y no me estoy refiriendo Fifí de
mi alma a la comida que fue
espectacular, ni un sorbito de Moët&Chandon me cabía, o al baile que duró hasta las
tantas con una selección musical que ni elegida por Kiko Ribera, agujetas tengo
de bailar el Paquito el Chocolatero, el Despacito…
...sino
al momentazo que se marcó la hija de Raimundo, Emilia se llama, que nos puso a
todos la piel de gallina.
-Francisca
era su destino padre. Sus corazones laten al unísono y sus almas se atraen sin remedio
así que lo único que puedo desear es que sean felices en los días venideros. Y
porque una es de alta alcurnia pero a puntito estuve de gritarle con toda mi
alma OLÉ LA PABLA NERUDA DE PUENTE VIEJO, PA TI LA VIDA, HERMOSA.
Y qué
decir del matrimonio Fifí, qué decir, estaban tan felices que hasta desprendían luz. Por las
miradas que se lanzaban me da a mí que a
Francisca no suele dolerle la cabeza y si tiene algún malestar una dosis de
Ulloa y listo, si solo el cutis que tiene lo dice todo.
Fifí
chica, me preguntas cada cosa… ¿Que qué paso luego? Pues hija, supóntelo, ¿qué?
¿cómo que no te da la cabeza para eso?¿es que no lees novelas de Danielle
Steel? Bueno Fífi, no te pongas así que por ti hago un esfuerzo y me imagino que pudo ser algo así:
- Lo
hemos conseguido Francisca, nuestro sueño hecho realidad.
- Tengo
la sensación de que llevaba toda mi vida esperando este momento, bueno en
realidad no es una sensación, llevamos toda la vida aguardando este momento.
- Y aún
nos queda la noche
- ¿LA
NOCHE? Noooo, espero que muchas muchas
muchas…
-¿Quieres
que te recuerde la primera vez que hicimos el amor?
- Si ,yo también me acuerdo,y aun no sabíamos mucho ¿verdad?
- Como
olvidarlo, aquel cuerpo y aquel corsé que no había manera de quitarlo. Aun arde
en mi el mismo fuego que entonces, el mismo amor, eres mi principio y mi fin
hasta tal punto mi existencia sin ti no tiene ningún sentido.
- Raimundo,
juramos ante el altar, jamás nada volverá a separarnos, ni la propia muerte.
- Así
será.
Si
es que emociono conmigo misma, pero es tanto el amooooooooor que se respiraba en
esa casa que ponen en el tocadiscos un reguetón de Maluma y suena como una
balada de Luis Miguel.
Lo que
sí que te puedo contar es como fue la mañana siguiente. Qué cosas tienes Fifí, ¿Cómo
me voy a meter en su habitación? Más bien ellos se metieron en la mía. Que no
Fifí, que hablo en sentido figurado. Es que mi habitación daba al jardín que es
justo donde los tórtolos decidieron desayunar y
sin wi-fi y con resaca en algo me tenía que entretener. Claro que no los
espié Fifí, que eres una mal pensada, es que hablaban muy alto y podía oírlo
todo.
- Buen
día mi amor
- Inmejorable,
digno heredero de la noche que lo precedió. (Que envidia Fifí, que envidia).
-¿Sabes
que al amanecer me han despertado los primeros rayos del sol y al verlos
reflejados en tu piel desnuda he pensado que no podía haber nada más bello?.(Que no corazón que la ciencia no ha avanzado tanto y Raimundo de momento no se
puede clonar)
- Siempre
fuiste un romántico, más me temo que con los años lo tuyo puede llegar a ser
grave. (Fifí, no seas desagradable, no consiento que llames rancia a mi Fran,
que por el tono de voz estaba más que encantada)
- ¿A
caso te desagrada? (Ainssssssssssssssss, que pregunta, ni a ella ni a nadie)
- Presumo
que no podré vivir sin ello (Fifí no llores mujer, que seguro que encuentras a
tu propio Raimundo por ahí, este por desgracia es coto privado de caza y la
única que puede dispararle es la Paquis)
Y me
imagino que se debieron dar un beso de esos de “lo que el viento se llevó” porque
ya no se escuchó ni una mosca.
Que
gran día y que maravillosa noche Fifí. ¿Qué te cuente más?, nada de eso, si
quieres saber más cosas compra el Hola, que en las páginas de sociedad sale el
reportaje completo.
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