1698 y 1699. Los guionistas son raipaquistas

¡Hola a todos! ¿Cómo estáis? ¿Nerviosos por el bodorrio raipaquista? ¿Habéis preparado las pamelas y los trajes? Hacedlo de inmediato porque según la jefa, #BodaIsComing

Inicio la nueva etapa del blog hablando de las dos últimas escenas raipaquistas que hemos visto y que me tienen ‘‘morida’’ de amor. Seguro que no soy la única que no deja de verlas una y otra vez. Además, me confirman un pensamiento que tenía desde hace tiempo y que explicaré más adelante: hemos convertido a los guionistas al raipaquismo. Y ya no hay vuelta atrás.

Pues bien, empecemos. Estaba nuestra querida Francisca enfrascada en sus papeles cuando llega un Raimundo Ulloa, tan guapo como siempre, con una bandeja para servirle un café. Todo un caballero.

Raimundo: ¿Sabes Francisca? Estaba pensando que tú y yo estaríamos mucho mejor así, sin criadas. Solos, sin nadie alrededor.

Francisca: Ya lo estuvimos un tiempo.

Raimundo: Sí, fueron tiempos difíciles. Pero que los disfrutamos mucho.

Francisca: ¿Quieres que nos traslademos a una casita sin servicio?

Raimundo: Yo no tendría ningún inconveniente, olvidados de problemas y con el tiempo suficiente como para entregarnos el uno al otro.

Traducción: te quiero para mí solo, sin nadie a nuestro alrededor, para raipapolvear a todas horas como hicimos en la etapa de la pobreza.

Ay, señor. Los guionistas nos han confirmado una teoría ampliamente difundida en el raipaquismo. Mientras vivieron solos en la Casona no había rincón que no conocieran a fondo. Lo que hubiera pagado por ver un ON en la mesa de la cocina….

Bueno sigamos, que me disperso. 

Raimundo: Me gusta disfrutar de estos momentos y de estar a tu lado sin que nadie nos interrumpa. ¿A ti no?

Traducción: los chicos son unos pesados y no me dejan meterte mano.

Raimundo: ¿Sabes, Francisca? Tengo la sensación de que ante nosotros se abre un periodo de paz y estabilidad. Deberíamos aprovecharlo para hacer cosas que normalmente no hacemos. (¿Soy la única que hay pensado mal? Ya me entendéis…)

Francisca: ¿Cómo?

Raimundo: Como casarnos.

Raimundo: Muchas veces pienso ¿cuál sería el mejor momento para volver a intentarlo?

Francisca: No comprendo cómo aún te quedan ganas.

Oh my God! Tiene un anillo. ¡Tiene un anillo! Me como al Ulloa.

Raimundo: ¿A ti no te apetece? Tú y yo, marido y mujer. Me parece… muy sugerente.

Ufff, a mí me mira de esa forma y …. sí, quiero. ¡Sí, quiero!

Francisca: Estamos bien como estamos, Raimundo. No tentemos a la suerte.

Raimundo: Sí, tienes toda la razón del mundo. Intentarlo sería una insensatez. 

WHAT???

Raimundo: Yo lo decía por ti. Porque siendo católica, pues igual tenías la necesidad de cumplir los mandatos de la Santa Madre Iglesia.

Francisca: Sinceramente, no creo que vaya a ir al infierno por amancebarme con un hombre sin estar casada.

Raimundo: No, si te juzgasen por asuntos como éste, ese juicio en las alturas duraría una eternidad.

Jajajajajajajajajaa. Esta sin duda alguna, es mi parte favorita. Raimundo no quiere casarse, no qué va. Pero haría un sacrificio enorme por la fe de Francisca. Me encanta su justificación jajajajaja. Aunque lo mejor es el comentario del juicio. Otra teoría confirmada. Esta pareja no hay día que no peque carnalmente. 

Francisca: Raimundo… ¿no estarías hablando en serio? ¿De veras quieres casarte?

Raimundo: No, no en absoluto. Es algo que se me ha ocurrido de repente. No. Olvídalo. Olvídalo.

Ha pillado a Raimundo. Su expresión y su mirada lo indican. Es muy lista y le conoce mejor que nadie. No puede engañarla.

Francisca: Sí, sí. Tú y yo estamos bien como estamos.

Raimundo: No necesitamos ningún papel.

Francisca: No, exactamente.

¡Qué par de mentirosos! Ambos están deseando casarse. Lo llevan queriendo desde que eran unos zagales. Francisca no esperaba para nada el planteamiento de Raimundo y cuando se ha dado cuenta, él ya había reculado. Son lo que no hay.

Francisca: Te amo… te amo desde que aquel día que tropecé y un chiquillo de pelo revuelto me llevó a casa en brazos. 

Raimundo: Y en ellos te llevarías hasta el final de mis días… sin pasar por la vicaría.

Ainsssss por favor. Cómo echaba de menos estos diálogos. Me encanta cuando dicen que se aman desde pequeños, es tan tierno y romántico. Y también, que nunca dejarán de hacerlo. Ahora mismo siento mariposas en mi estómago. Qué bonito es todo esto. ¡Qué afortunados somos!

Síiiii. ¡Aleluya! ¡¡BESO!! El último fue en el capítulo 1665 y en la mano. ¡Cómo lo añoraba!

Y como siempre, uno de los hermanos Ortega los interrumpe. ¡Qué paciencia hay que tener!

Raimundo se marcha a la alcoba mientras Francisca lo mira de esta guisa. ¿No os parece adorable? Es la expresión de una mujer enamorada que sabe que el amor de su vida quiere casarse con ella.

¿Qué hará Francisca? ¿Esperará que Raimundo lo intente de nuevo? ¿O será ella quien le dé la sorpresa y organice la boda?

A mí sinceramente me encantaría lo segundo. Ver la cara del Ulloa al descubrir que su pequeña se muere por casarse con él, sería too much. ¿Qué pensáis? ¿Cómo se desarrollará todo? Contadme vuestras locas teorías.

Sin embargo, hay una cosa que está clara, en breve viviremos la tercera boda raipaquista. ¡La tercera y definitiva! Somos los únicos seguidores que veremos a nuestra pareja en una iglesia en tres ocasiones. ¿Qué más podemos pedir? 

Bien es cierto, que hemos tenido que esperar durante muuuchos capítulos para que sucedieran cosas importantes: besos apasionados, reconciliaciones, offs, on y boda definitiva. Mas, no se puede negar que tenemos las mejores escenas que nos permiten soñar y disfrutar de sus miradas, gestos y palabras. Ni qué decir, que María y Ramón son los mejores actores de la serie y nos hacen flotar en una nube.

Viendo estas dos escenas de la no pedida de Raimundo me doy cuenta de que las raipaquistas y los raipaquistos lo hemos conseguido. Los guionistas ya son uno de noi. Ya forman parte de esta dulce y arrebatadora locura que es el raipaquismo. ¿Cómo sino escribirían estos momentos? ¿Cómo sino nos confirmarían las teorías expuestas más arriba? Sólo ellos y nosotras entendemos este amor tan grande. Un amor que todo lo puede, que todo lo vence, que nada lo destruye. Un amor único e imperecedero. La gran historia de la serie, el eje de todo. 

Ha llegado nuestro momento. Disfrutemos al máximo porque tras más de 1700 capítulos y más de 6 años de larga espera, los veremos casados. Serán marido y mujer. Señor y señora Ulloa. Y no hasta que la muerte los separe, porque ni siquiera ella podrá separarlos.

Hasta la próxima