1492 ¡¡El baile!!

¡¡¡Raipaquist@s de mi alma, hoy es otro día especial para nosotr@s!!! 

Después de mas de un año de penitencia, en pocos capítulos, hemos tenido (pido ayuda a los avances semanales para no fallar) una “declaración de amor DESGARRADORA”, a nuestros chicos rindiéndose “al amor que siempre han sentido el uno por el otro” con besazo final, un Ulloa que se presenta en la Casona “de punta en  blanco y perfumado” para pedirle a su reina vivir juntos, escena que desafortunadamente me perdí. ¿Cómo decís? ¿Que vosotr@s tampoco la visteis? ¿Que fue en Off? ¡¡¡Alabado sea Dios!!! Gracias por avisarme. Estaba a punto de tirar la tele por la ventana, creyendo que me había abandonado, justo cuando la Paca salía corriendo para recibir a su churri en versión “elegantísima”.  Juro que me acerqué a la pantalla para buscar a mi Rai engalanado, para oler ese perfume suyo a jabón y madera que siempre hay en los relatos (ese en un brand exclusivo raipaquista) que no sé bien a que huele, pero es una fragancia que te embriaga… pero no, ¡no encontré nada de eso! Pero gracias a vosotr@s, ahora sé, que esa suerte solo le tocó a Fe y a nuestra queridísima Paca (que dejó su despacho con cara de “no puede ser, ¡que lo ha hecho de verdad!”)… si ella está feliz como una niña la noche de Reyes, yo me conformo con un off y de paso, me guardo los cuartos que iba a gastar ¡¡¡para una tele nueva!!!

Pero con todo esto ¿¿¿ella acepto o no aceptó la propuesta del ex tabernero, ex delegado gubernativo, ex no marido Ulloa???? Clarooooooooooooooo, ni que fuera tonta!!!! 

Entonces hoy tod@s a remangarse la camisa que estamos de mudanza. Llamar a una de esas agencias que te mandan a tu casa un camión a recoger toooodas tus cosas y llevártelas a tu nueva residencia en un solo viaje!!! 

¿¿¿List@s??? ¡A trabajar, pues!

Aiiinnnssss ahí tenemos a nuestra impaciente Paca, elegantísima, más que nunca, estrenando vestido nuevo (y pongo la mano en el fuego que ropa interior también) en el medio del salón, mirando hacia las ventanas, estirando el cuello como una jirafa para saber de ante mano la llegada de su chico, pero…  ¡ya está en la puerta! Ya no hace falta llamar y que ninguna criada lo anuncie. ¿¿¿Quién llamaría y se dejaría anunciar para entrar en su propia casa??? Solo un loco… y como Ulloa es muy cuerdo, después de dar dos pasos pa´ dentro, ya tiene a su Paca recibiéndole con un caluroso beso de bienvenida.

 ¿¿¿Perooooo y sus pertenencias??? Sus baúles, sus maletas. ¿El Camión aun no ha llegado? ¿Y qué hace con ese maletín? ¿Quiere convertirse en matasanos a la vejez?

“¿Ese es todo tu equipaje?”

“Bueno, soy una persona frugal. Sabes que con poco me apaño”

Éste lo dejo todo en la Casona la última vez que estuvo viviendo ahí, ¡seguro! Ahora solo se llevó unos calzoncillos nuevos, ese famoso perfume y el libro que tenía en su mesita de noche y que aún no ha terminado de leer (y que quede entre nosotr@s, nunca terminará de leer… ¿¿¿creéis que la Paca le dejará  tiempo por las noches???  Iluso de Ulloa).

“Con esa maletita parece que te hubieras venido a pasar dos días” 

Que nooo, que noooo Francisca. Ha venido a quedarse para siempre, que no vas a poder librarte de él, ¡¡¡te lo está diciendo!!! ¿Tenías pensada una “condena” más dulce que ésta, para el resto de tu vida??? ¡¡¡Ya no hay lugar para errores, aprender del pasado y a disfrutar, chicos!!!

Hablando de disfrutar… la Paca ya tiene algo en su mente. ¿Qué será? 

“Quiero que comencemos haciendo algo que no pudimos permitirnos en nuestra juventud”. 

A ver raipapolvear no es, porque sabemos que no perdían ocasión para eso. Pasear y leer tampoco, porque lo hicieron hasta reventar. No…. no se me ocurre nada.

“Nunca pudimos bailar juntos en las verbenas del pueblo. ¿Te acuerdas de cómo nos mirábamos sin que pudieras sacarme a bailar ni una sola pieza?” 

¿Queeeeeeeeeeeeeeeee? ¿Qué has dicho? ¿¿¿Bailarrrrrrrrrrrrrrr??? ¿¿En serio van a Bailar?? Estoy en hiperventilación, me tiemblan las manos, el corazón me va a salir por los ojos ¿¿Un Baile?? O sea, ¿esa cosa en que te agarras a tu hombre y te dejas llevar por las  notas de una canción? ¡Esto se ha vuelto ya un cuento de hadas! ¡Aquí revientan de celos la bella durmiente, el príncipe, Blancanieves y los siete enanitos!

Ay Dios, ay Dios… ¿pero que hace la Paca? ¿Se acerca al gramófono? (¡Lo tenías todo planeado hija! ¡Eres una genia!)

“Pero para nosotros se acabó lo  ocultar nuestro amor… ante nadie” (en un susurro se lo dice… madre mía, no puedo con la vida) 

Y suena la música… un beso… y ya sus manos se están deslizando por la espalda del otro. Creo que el último respiro que di, fue cuando estaba cerca del gramófono… me estoy volviendo cianótica, pero me importa un bledo. Ese momento (sueño de toda raipaquista que ha llenado pagina tras pagina de relatos, ahora está en pantalla) esto solo se puede ver, reteniendo la respiración y sin parpadear siquiera ¡¡Qué regalo… que regalazo!!

Pero mirad… ¿lo estáis mirando bien? Agarrados, enamorados, felices, moviendo sus cuerpos como si fuera uno solo… dejándose acunar por la música (un bolero, gracias a las chicas de mi alma Sole y Mariajo por aclarármelo)… no están bailando, ¡están flotando en el aire! Ojos cerrados, respirando cada uno el olor del otro.

 Ese agarre que se hace aún más fuerte... la mano de Ulloa, ¡esa mano! ¡¡Madre del amor hermoso!! ¿Pero es que se la han inflado acaso? es tan grande… ¡¡y está tan abajo!! Ojos en los ojos, unas miradas tan cálidas, sus labios que se encuentran otra vez... un sueno de su juventud hecho realidad y el nuestro también, por lo que solo podemos dar las gracias a quien lo armó todo.

Y con el corazón completamente ahogado en la miel, pasamos a la escena siguiente.

Cena romántica para dos.

La Paca lo ha organizado todo, no ha dejado ni un cabo suelto. Fe, tal y como le había ordenado su señora, sigue agasajando al Ulloa preparándole sus platos favoritos. Ahora le toca a un cardo con crema de almendras… ¡sí que tienes gustos raros en lo que se refiere a la cocina hijo mío! ¡Pero contento tú, contentos todos!

Alcohol sí, alcohol no. A estas alturas, hasta las cortinas de la Casona saben de sobra, que Rai no toma ni una sola gota de alcohol, pero Fe, parece que es su primer día de trabajo allí. Con suma cortesía, la que solo la Paca sabe gastar en ciertos momentos con el servicio, le pide que los deje disfrutar de la cena (y de lo que sigue) en paz.  Peeeeeeroooooo  antes de dejarlos a solas, hay un pequeño misunderstanding que resolver. Tal perece que la maldita habitación de huéspedes ya está arreglada. Ahora ¿qué hacemos con las sábanas? ¿Las ponemos, no la ponemos? ¿En realidad sirve ese cuarto? Porque si solo está para ser limpiado de vez en cuando, está más que dispuesto.

La Paca (con una sonrisilla y con cara de “Que pregunta más tonta. ¡Claro que no sirve!” y “No me saques el tema a colación, justo ahora que me estoy llenando las piernas de pellizcos, para pensar en otra cosa que no sea ¡lanzarme a su boca!”) responde la pregunta con un simple “Descarada” Pero quien va a sacar de duda a la criada, es Rai, que de la manera más natural del mundo le dice 

“Esas sábanas no solamente son necesarias, sino absolutamente imprescindibles, Fe”. 

Perdón, se produjo un ruido en mi casa y no escuché bien. Le voy a dar al play otra vez… 

¿¿Qué???  ¿¿Que son necesarias?? ¿¿Imprescindibles?? ¡Que alguien  saque con una jeringa, la amargura que ahora mismo está corriendo por las venas de la Paca, por favor! 

 Se ha quedado como una que acaba de recibir un cubo de hielo (con cubo y todo) exactamente en la cara. ¡¡No me lo puedo creer!! ¿No quiere dormir junto a ella, renunciando al placer y al gozo que eso comporta? Ulloa, tanto te gusta ese dichoso libro que llevabas en tu maletita que no piensas rozarla ni con un dedo  hasta terminar de leerlo??? 

Y luego le pregunta 

“¿Sucede algo?” 

¿Que si sucede algo? Rai ya tienes una edad, experiencia, sabiduría e inteligencia de sobra y te ahogas en un vaso de agua. Una mujer puede perdonar muchas cosas. Que se te olvide llamarla, que la dejes plantada, que llegue el día de su cumple sin que tú le hayas comprado un regalo, perooo decirle que no quieres compartir cama con ella, encima delante de testigos, ¡¡¡¡eso NUNCA!!!!

¡¡Pobre de mi Paca!! En dos segundos, se viene abajo todo el plan que tenía trazado… el baile, los besos, la cena…  esa lencería nueva tan provocativa, como incomoda, bajo ese vestido… ¡TODO!

“Pensé que tal y como iban las cosas entre nosotros, el momento que compartimos bailando…” 

 Ayyyy me duele en el alma verla tan desilusionada y sin recibir razones de tal decisión, simplemente un  

 “Francisca… es mejor así. Hazme caso”.

 ¿Y con esa mirada se lo dices, guapo? ¿Con una mirada que parece dejarla en cueros ahí mismo? ¡Eso es una crueldad doble! Mi gozo en un pozo… ¡aquí hay que arreglar las cosas pronto, eh! ¡Que las hormonas de la Paca merecen su recompensa!

Al día siguiente ¿quien llega de visita en la Casona? Uno que tenía olvidado el camino desde hace meses. Pero ahora que el señor de la casa ha vuelto y cada rincón de la estancia huele a café y dulces, porque es hora del desayuno, ahí está él. El cura.

Oléeeeee por la Paca que no pierde ocasión para fastidiarle jajajajajaja. Justo el tiempo de sentarse en el sillón junto a su chico y agarrarle la mano ¡como si fuera a escaparse!

Síii Francisca, que el cura os mire pensando en todo lo que habéis pecando la noche pasada (perdón no quería dar vuelta al cuchillo con eso, pero no me podéis  negar, que sería una gran satisfacción que el cura se fuera con esa convicción)

Como la Paca, mujer inteligente, se ha dado cuenta perfectamente, que el cura no fue para visitarles, o hablar de política o del clero, que solo fue a “interesarse” por su amigo. Los deja a solas, mejor desayunar en el despacho, que compartir mesa con ese indeseado.

Ahora, paso de comentar  el sermón, que como siempre don Anselmo le echa a Rai. 

Son muchos años que siempre le repite lo mismo… que con Francisca no puede ser feliz, que todas las veces que ha intentado arreglar las cosas con ella, siempre ha sido un fracaso… y ahora añade, que si hay un plan culto detrás de su vuelta a la Casona. Que pesado, cansino. Justo él, que debería enseñar la confianza en el prójimo siempre y por siempre, ¡no hace sino malignar y malmeter! Me quedo con las palabras de Rai 

“Lo único que quiero es compartir el resto de mi vida con ella. Sabiendo quien es y el mucho daño que nos hemos hecho en el pasado” y punto en boca (esto se lo añado yo)

Última escena. Encuentro hijastra- madrastra en la plaza. Un encuentro que huele a tregua, aunque me gustaría que esta vez, fuera paz definitiva, sellada y ratificada. Por fin parece que la posadera, haya entendido, que la felicidad de su padre lleva nombre y apellido, Francisca Montenegro. Que ella no es NADIE para interponerse  en las decisiones del Ulloa, sobre todo, cuando estas son dictadas por el corazón.

“Si mi padre considera que debe irse a vivir a la Casona, es lo que siente y lo que le sale del corazón, no soy quien para oponerme, no”. 

Nunca es tarde para cambiar de opinión, lo sé... ¡¡pero el tiempo que gastaste en comprenderlo, nena!! ¡A ver si ahora te queda grabado a fuego en la mente eso que acabas de decir! ¿Consideramos el asunto zanjado, pues?

Una montaña rusa de emociones este capítulo ¡¡ni que decir tiene!! Hemos tenido de todo. Pasamos del sueño de un baile, a la desilusión  por una cama negada (que todas sabemos que será una decisión provisional) De una visita, que parece un déjà vu, a la sorpresa de una charla, a las buenas, entre las mujeres del Ulloa… muchas emociones,  todas juntas merecen algo fuerte. Si yo fuera la Paca, me tomaría una copa de coñac de un solo sorbo. Pero como soy simplemente Rita, me conformaré con un expreso doble,

¡¡¡soñando con las notas de ese bolero!!!