Buenas mis queridas raipaquistas, quiero haceros un pequeño
apunte antes de empezar con el capítulo de hoy.
¡¡Sólo quedan 36 para el capítulo 1000!!
Y después de este lapsus, que no es para menos, comencemos a
desgranar lo acontecido hoy.
Empezamos en el manicomio, como no podía ser de otra manera
de un tiempo a esta parte, Fulgencio le enseña a Aurora los papeles firmados que
lo autorizan para administrarle el nuevo tratamiento y la firmante no es otra
que nuestra Francisca Montenegro. Aurora en una pataleta digna de una niñata
como ella, protesta que Francisca no es nadie para firmar, que los que tienen
que hacerlo son Conrado (que no es nada suyo) María (que tampoco lo es) sus
tíos (que por cierto sólo lo es soledad) Así que muchacha, zasss en toda la
boca, Francisca es tu única familia.
Emilia trata de saber el porqué su hija se ha trasladado a
la casona, María le dice que es donde tiene que estar, pero no la cree y María
le dice que confíe en ella que en cuanto pueda le contará los motivos que la
han llevado hasta allí.
Salimos al jardín de la Casona con Bosco y Amalia, pero me
vais a perdonar que no comente nada, no me gusta Amalia con Bosco (y no es que
me guste Inés, que me gusta menos) Así que cambiamos de tercio.
Quintina, Quintina, ¿qué haces con Santiaguito, que hasta se
te olvida que has quedado con tu esposo para merendar? Pobre Hipólito que poco
le queda de estar con tu pichón.
Rosario y Alfonso esperan las nuevas que traiga Emilia de la
Casona. Emilia les dice que María está bien, que necesita tiempo para poner en
orden sus ideas y que en la Casona lo hará. Rosario como siempre (cada vez
aguanto menos a esta mujer) tiene una palabra ruin para referirse a Francisca ¡¿No
te han dicho que está allí porque le da la gana?! ¡Pues deja en paz a la Paca,
que parece que la echas de menos!
¡¡Alabado sea el Señor, pensaba que no iba a salir nunca!!
Por fin aparece Francisca en pantalla, han terminado de
cenar todos juntos, por cierto la comida favorita de María, y es que Francisca
está contentísima de tenerla de nuevo a su lado, (aunque la desagradecida de
María esté ahí por otros motivos) Se disponen a tomar un digestivo, pero Amalia
se disculpa está cansada y se retira a descansar, Tristán/Leonardo también se
retira, tiene que escribir a su abogado para avisarle de que va a recibir en
breve una fuerte suma de dinero, la mirada que le echa Francisca es mortal de
necesidad.
Y ya libres de moscones, Francisca pletórica dice “Mis dos nietos conmigo al fin” pero el aguafiestas de María contesta “En realidad ninguno de los dos lo somos” Mira bonita, abuela política sí que lo es, por tu abuelo te lo digo, y de Bosco lo es de sangre, ya te enterarás, ya. Pero esas palabras no afectan a Francisca que continua diciendo que los quiere, que son sus niños pequeños, que movería montañas por ellos (¿no es para comérsela de tierna que es?) en especial por María, que siempre fue su ojito derecho, hasta que un maléfico día se cruzó un lunero hijo de una partera del demonio y truncó la buena relación que tenían ambas.
Francisca se ilusiona con que pronto se reunirá Esperanza con ellos para rodearla de atenciones y de los futuros hijos de Bosco. María vuelve a eclipsar la alegría de Francisca “Estoy triste porque me he quedado viuda…. No para imaginar un bucólico futuro, le ruego respete mi dolor” Desde luego esta niña amarga al más pintado, pero a Francisca no se la das ya la has puesto sobre aviso aunque de momento la alegría que siente no la deje ver tus verdaderas intenciones, pero ya lo hará, no lo dudes que lo hará.
Volvemos al manicomio, paso palabra.
Dolores, Hipólito, Quintina. Dolores quiere hacer ver a su
hijo que lo que hace Quintina no es normal “¡Que tu mujer se ha ido con un
fulano y encima vestida de corista!” que buena es esta mujer.
Amalia quiere que su padre se marche de Puente Viejo a
escape, no quiere que esté allí para que Francisca no pueda enterarse por él de
su secreto. Esta chica no sé qué secreto tendrá, pero bueno no es y ella
tampoco.
Amalia escucha detrás de la puerta, la conversación que
tiene Francisca por teléfono, habla de sus propiedades y de un detective, ¿a
quién estará vigilando a Amalia quizás?
Mauricio viene a informarle sobre lo que sabe sobre la Quinta
Vieja que no es nada, la finca está blindada y ha sido incapaz de descubrir
quién es el propietario. Francisca le echa en cara su incompetencia en el
asunto de la finca, como en el de descubrir quién ronda la Casona con las
velas.
¡Hombre, Raimundo!
Vamos a ver hombre de Dios, tú tienes que
estar donde esté Francisca y déjate de dar clases a este muchacho que ni nos va
ni nos viene a ninguno.
Raimundo ve a Alfonso hablando con un hombre y raudo se
acerca a preguntarle “¿Este es hombre con el que hablabas es el que fue con
Mauricio a visitar la Quinta vieja?” Así me gusta Raimundo que te quieras
informar de lo que acontece a Francisca. “Mal asunto es que la señora se
preocupe por la Quinta” “Natural Raimundo, quien quiera que sea el que esté invirtiendo
en ese secarral tiene que ser como poco tan acaudalado como ella, le deben
estar temblando hasta las canillas” A Francisca le temblarán las canillas, pero
a ti Raimundo ¿qué es lo que te tiembla?
Volvemos a la Casona y encontramos a Fe renegando, pero con
gracia ¿eh? Que esta mujer es de lo mejorcito “Esta Paca que se ha emperrao en
hacer otra cena especial pa´l don
Melchor, ¡hala! ¿Por qué no vienen también el Gaspar, el Baltasar y su madre y
su abuela?”
Llegan Francisca y Amalia y Fe le dice que “La señita María y don
Tristón… Tristán, están en su despacho de usted” Lo de Tristón hace sonreír a Francisca, pero deja de hacerlo cuando le dice que están en su despacho, esto no le ha hecho ni chispa de gracia, pero antes de que pueda hacer nada aparece Melchor para agradecerle lo que ha preparado en el jardín para él, Francisca no sabe de qué está hablando, ella no ha dispuesto nada en el jardín y le pregunta qué es lo que ha encontrado “Será mejor que lo vea usted misma” todos salen a ver qué es lo que hay. Mientras en el despacho María y Tristón (me ha gustado la ocurrencia de Fe, voy a llamarlo así a partir de ahora) hablan de Gonzalo. Tristón le cuenta que su madre se emocionó al conocerlo, sin darse cuenta que ya había contado que no llegaron a verse ya que su madre había muerto cuando llegó, encima de mentiroso, tonto.
Pero volvamos a Francisca. Cuando salen al jardín lo encuentran sembrado de velas por todos los lados, haciendo que a Francisca se le hiele la sangre.
Y hasta aquí el resumen de hoy.
Jajajjajajaaj.. que grande eres Sonia!!!!! Jaajajjajajajaja.. muy bueno si señor!!!!! Lo de la niñata pija consentida no tiene pies ni cabeza ni es digno de comentar...
ResponderEliminarY raimundo, que espabile con las pelusas que se trae a la chepa, que ya no le queda bien a su edad!!! Ajajajjajajajajjaja.. gracias grande!!!!!