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martes, 20 de enero de 2015

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Una noche maaaaas, uooooohhhh escribo en este blog especial. Una noche maaaaas, uouoooooo ya paro que la voy a liar!!!!!


Venga, vengaaaaaaa, vamos a la tarea que me lio y no es momento. 

A ver, a ver, que se cuece por aquí. 

Había una vez, en un pueblo a medio camino entre Madrid y Asturias (o eso dijeron en los primeros capitulos) vivía una adinerada señora llamada Paca, y en el mismo pueblo, pero a 1000km de distancia se ve, vivia un ex-tabernero, alias sabrosón pelusón.
Estos se amaban en silencio, como las hemorroides, pero se ve que ninguno daba su brazo a torcer y tan orgullosos ellos y cabezotas, pues ahí estaban los pobres odiándose y amándose en la misma medida. Durante el año 1920, el pelusa volvió hecho un chaval de las américas, y a la Paca le cayeron las babas, y lo que no son las babas y entonces, tuvieron algún roce, rocero que no acabó muy bien. Después, llegaron visitas insufribles al pueblo, que no hay pueblos perdidos en España no, ellos a PV a molestar al personal, y entre ellos, la nietísima de Franco, digo, de Francisca, una aprendiz de médico que no llega a enfermera, e Inés, una criadilla ladrona del tres al cuarto, que va buscando lios mayores con el señorito de la casona, y luego pasa lo que pasa, que el señorito apunta bien, y bombo al canto. Ahhh, y la esposa del señorito, Amalia, más falsa que Judas. Hasta aquí bien, no? Refrescamos la memoria, verdad? Sigamos. 

Entonces, en esa apacible casona, llena de gente, en la que su ama nunca encuentra tranquilidad y sosiego, aparecen Amalia, Bosco y un defensor de la ley, que empieza a investigar la muerte del rey Melchor, que ya aviso que seguro que fueron sus amigos Baltasar y Gaspar, por pura envidia, siempre fue el favorito de los niños, sino, preguntad, preguntad.

Tiempo después, aparecen los bufones del reino del pueblo, Los Mirañar, Pedro, Dolores e Hipólito, Que son mas rarunos que las mismas tramas de esta historia, se aguantan entre ellos, y se critican entre ellos.

Y ahora, llegamos a la taberna de la corte, donde se reunen los señores feudales para hablar de sus cuitas, de sus luchas, de amoríos, y entre ellos, el joven Matías, que ya está en edad de merecer una doncella venidera, en este caso dos, y su padre adoptivo Don Alfonso el posadero. Resulta ser, que se era, que el joven no sabe con que doncella quedarse, si con la rubia, o la morena, tiene el joven un dilema que no sabe bien. Si todos sus problemas fueren eso, que felicidad de vida. 



Y sigue el cuento, iluminando las páginas magistralmente y soberbiamente, dueña y señora del lugar, la magnánime y elegante Francisca Montenegro.Con sus andares de reina y sus aires elegantes, que pretenden que la "pobre" Amalia, no se aflija por la muerte de su padre, para que el pequeño heredero que lleva "en el interior de otra", se engendre bien, Lo que no sabe la señoritinga, es que la reina del lugar es más lista y tiene mas luces que todos los habitantes del reino, y no se cree una miaja la parafernalia que tiene montada la niña.






Se ve que por el reino, había un doctor que procuraba a los enfermos mentales, entre ellos a la nietísima, que asombrosamente y como por arte de magia, sana en unos días. Y cuando Emilia, pregunta al doctor como se encuentra después de pasar la prueba de los doctores, este dice que parecía una grandísima actriz. Fijense ustedes que yo no vi ni vislumbré semejante hazaña.




Llega nuestra Francisca sublime y  como es más lista que todos los habitantes del pueblo juntos,  no se cree las palabras del alcalde, que Emilia, se lastimase la muñeca,  más bien, cae en la  cuenta de que está planeando como ayudar a su hija la asesina,  con la ayuda de los buenos samaritanos del pueblo. 

- Esa traidora no tiene perdón, y va a pagar de una vez, por todo lo que me ha hecho.

Pues claro que no lo tiene. No, no tiene perdón, y por ello pagará. ¿Como? Ya lo veremos, pero el que intenta asesinar a la Paca, sólo puede encontrar una salida. La muerte.





Y por fín, ya casi llegando al final del cuento, aparece el querido rey de las raipaquistas, mozas salás que luchan por el raipapolvo eternamente, para nada, para hablar de los reyes godos. 



Llegan los esperados avances, y el rey de las pelusas dice:

-Por lo que respecta a su mujer, mi mente racional se torna blanda como la arcilla.

Y colorín colorado este cuento ha terminado, con una preciosas palabras que Raimundo a Francisca a procesado. 

Pd: Quedan diez capitulos!!! Doce días, veintitrés horas y cincuenta dos minutos para el capítulo mil. 
Que seáis felices y comáis perdices.  






1 comentario:

  1. Jajajaja Me encanta este cuento María.
    Desde luego que te has lucido con este articulo, para el pestiño de capitulo que nos han dado.

    La señoritinga como tú dices, no sabe en el berenjenal que se está metiendo. Piensa que Francisca es tonta y ella va a salirse con la suya, pero nada más lejos, ella va a acarrear con la culpa del secuestro de Inés y todas las consecuencias. Como le dijo Francisca “Estás loca”

    Lo de la cura de la mini partera tiene que ser cosa de los genes, mira la Paca de todo lo que le ha pasado y ha salido victoriosa de todas ellas.

    Ay Raimundo, si no sólo tu mente se vuelve arcilla pensando en Francisca, ambos os derretís el uno por el otro, lo que tenéis que hacer, es coger las de Villadiego y largaros de ese maldito pueblo que no os da más que sinsabores.

    ¡¡¡¡Ya no queda nada para el esperado 1000!!!!


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