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miércoles, 9 de julio de 2014

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Ainsss… vacaciones. En ese momento placentero se encontraba servidora hasta el día de hoy, que cumpliendo con su deber raipaquista, con la obligación de estar al pie del cañón, pone ilusa y confiada la televisión a las 17.30 después de varios días sin “disfrutar” de Puente Viejo. ¿Y qué me encuentro? ¿Me he perdido algo importante? Pues mira… NO. En fin… comencemos cuanto antes, que esto es duro xD

Aurora y Conrado. Conrado y Aurora. “Se nos rompió el amooooorrrr de tanto usaaaaarrrloooo”. O más bien de no usarlo. O quizá no había amor, yo por lo menos no lo veía. Ni fu ni fa. Que ha sido llegar la tercera en discordia y esto como que no funciona. Mucho han tardado en darse cuenta de que la cosa… como que no. Adiós, muy buenas, chimpúm.

Cabecera y arrancamos.

La yaya Paca va a contarle un cuento para no dormir al nene Bosco. “Había una vez dos malos malosos llamados Aurora y Conrado, hijos de la partera del demonio”. Y mientras Francisca narra el devenir de los hechos desde el pleistoceno, allá cuando Tristán regresó de las Américas, el muchacho lo flipa. Contado convenientemente para que Bosco se de cuenta de que no ha de juntarse con tales compañías. Francisca decepcionada, Bosco que se disculpa y hasta le toma de la mano. Pero nuestra Paca sigue en sus trece, haciéndose la difícil y se retira a su despacho, no sin recalcar de nuevo que está decepcionada.

Paca déjate de cuentos chinos, que tu hombre está preso y si vas hasta el cuartelillo, con tus influencias, seguro os conceden un vis a vis carcelario. ¡Arranca, mujer! Que seguro que tienen al Ulloa a pan y agua. Jejeje jejeje jejeje

Destaco ese “Aurora es como esas estampas donde se ven mujeres santas”

 
 
 
 
 

Nicolás está que no vive desde que le llegó esa carta y Mariana, que es la alegría de la huerta, no deja de hurgar. Qué matrimonio de recién casados más feliz!!!

Y nos vamos a la casa de comidas, donde todos están preocupados por Raimundo, sobre todo Gonzalín, repanchingado en la silla y con un vaso de vino en la mano. ¡Ole tú! Ya que la gente se está calentando demasiado, aconsejan al chavalín que mejor se quede tranquilito en el Jaral, no sea que en una de estas, un lugareño levante el brazo y le despeine. No hijo, vete a casa y no te preocupes por tu abuelo, que ya están los mayores para esos menesteres. Toma tu piruleta y a jugar a casita.

¬¬

(Nota: ¿No está Gonzalín más chulo de lo que ya era? O quizá es que mis vacaciones me han hecho olvidar que el chaval es así y no da para más)

Quintina que vive en las nubes y que hasta la llegada de Candela le incomoda, pues ha de dejar aparcados esos menesteres en los que anda. Y digo yo, porque tiene toda la pinta… ¿Se nos está volviendo escritora relatora? Claro, eso ha de ser. Está hasta el moño de la Paca de los guiones y ha decidido escribir ella alternativas. ¡Bienvenida al club! Si ya los escribes raipaquistas, eres de las nuestras!
 
Conrado que llega a buscar a su ex y al retoño, mientras en la plaza, los indignados claman por la liberación de Raimundo. (Parece que estamos en Sol!!) La escena en sí me da igual que me da lo mismo, peeeero, me ha gustado esta frase de Conrado:

“En este país se castiga más una opinión que un desfalco”

Como la vida misma, mire usté
Mauricio que llega de buenas, pero como Bosco está amoscado y triste por la regañina de Paca, le echa con cajas destempladas. Y es irse nuestro hombretón y aparecer la mosca cojonera de Bernarda. Ahora es ella a la que le cantan las cuarenta. Bosco empieza ya a ver de qué pie cojea esta mujer y promete no hacerle caso nunca más, ya que sus “buenos consejos” solo han conseguido que Francisca esté disgustada con él.
 
 
 

Dolores en plan cotilla con Aurora y María, la super médico se enfada y se larga. María echa la bronca a la alcaldesa consorte. Más de lo mismo.
Emilia preocupada por su padre, pues no le han dejado ni siquiera verle si no es en presencia de un abogado. Puente Viejo debería tener un bufete, de veras, porque necesitan abogado cada dos por tres. ¿Y el hermano de Don Anselmo? Debió acabar el pobre hasta las narices de defender a tanto puentevejero, que ha pensado: ¡quita bicho!

Lo que daría por ver a Raimundo en mangas de camisa, arremangado y engrilletado… ay ay ayyy

En fin, que llega Mariana y para alegrar el ambiente, le cuenta sus penas a Emilia.
El momento Gonzalo, Conrado, María, como que me lo paso. No os perdéis nada, de verdad. Se quedan a solas los moñas y ahora es Gonzalo el que quiere hablar. Quizá María debería comportarse como una energúmena y gritar mientras se marcha dejándole con la palabra en la boca. ¡Ay no, calla! Que eso solo lo hace él.

Mirañares y sus pamplinas. Entra Don Anselmo y se encuentra con Pedro y sus herramientas. Para no tener que explicar el verdadero destino de esas herramientas, el Mirañar se inventa que va a arreglar el techo a Ermenegilda, la de Pancracio. ¡¡¡Ostris!!! Qué susto!! Pues no me pareció escuchar en principio “Emergilda”? ¿Nuestra Emer? Me siento observada. Claro, para no pagarnos derechos de autor, modifican un par de letritas y ale….

Gonzalo y María de nuevo. Que si invitamos a Bosco a la boda, que Francisca también, que si pim pam pum, al final dos invitados más.

Aurora, Conrado. Pasopalabra. Solo una cosa… ¿era necesario esto? ¡Morros!

Mauricio contándole a Paca sobre Raimundo. Menos mal que no te importa, maja!!! Llaman a la puerta y es Bosco, que quiere hablar a solas con Francisca. Se disculpa de nuevo ante ella pero Francisca continúa haciéndose la dura.
 
 
 

El aquelarre de brujas y Gonzalo, que no suelta la copa ni a la de tres. Hay que ver cómo le dan al pimple en este pueblo, sobre todo algunos…Rosario venga y dale con las preguntas (luego la cotilla es Dolores…) Llega un muchacho a buscar a Gonzalo para que vaya corriendo a la plaza. Por lo que parece, los ánimos están caldeados.

Don Anselmo en el colmado, que no se cree ni miaja lo de Ermenegilda, ya que esta murió hace dos inviernos. Pedro escurre el bulto como puede, pues en la plaza no hay más que vocerío. Ni siquiera San Gonzalo puede calmar al pueblo que clama por la liberación de Raimundo. ¡Podemos!

Pero llega la guardia civil y todos callados.

Bosco que anda cabreadito, echa a María de la Casona. ¡Con un par!

AVANCES!!!!!

María le va con el cuento a Francisca, pero de poco le vale.
Uy ¡Mis ojos! ¿Eres tú Raimundo? Cómo te sienta el calabozo…¡guapo!
Bernarda provoca a Bosco para conseguir que éste la agreda.
Liberación pero con condiciones… uy qué mal me huele esto… (Guapo, Ibarra!!)


Y con esto y un bizcochito… me despido hasta la próxima!! Muacsss

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