Comenzamos con la despedida de
uno más en la Casona, esta vez le toca el turno a Mauricio, que intuye que algo
va mal cuando la doña le ofrece que tome asiento. Ella le pone al tanto de la mala
situación, incluso le cuenta que Alfonso ha sido el comprador de las tierras
que ha vendido Raimundo, y que será este último quien gestionará ese dinero
(algo que tengo que reconocer que me maravilla), que ellos mismos se encargaran
de todo (segunda cosa que me encanta), y que circunscribirán su vida a pocas
estancias de la Casona (esto quiere decir que con seguridad duermen en el mismo
dormitorio).Y que como ya le ha dicho, Raimundo y Francisca se harán cargo de
todo y que no contarán con él, como hemos de suponer esto cae como un jarro de
agua fría en el capataz, él insiste que quiere ayudarla que no precisa su
dinero.
Y ella orgullosa como es y sabiendo que a la mínima sus verdaderos
sentimientos pueden salir a la luz, se refugia tras su coraza y saca su
altanería, orgullo y mala leche a pasear, diciéndole que no le necesita, que se
vaya de una vez, es evidente que como Mauricio tarde en salir del despacho ella
no va a aguantar más y se va a derrumbar.
_ “Vete, y aprende lo que es
vivir alejado del cobijo de Francisca Montenegro”
_
Sea…más usted también tendrá que aprender a vivir alejada de mí”.
Le duele sobremanera tener que
despedirle, ya no a su capataz sino a su fiel compañero, en definitiva, al
amigo que siempre ha estado a su lado.
Una vez sola, Francisca
comienza a adecentar el salón, limpiando cada rincón, guardando toda aquella decoración
que le daba esplendor, pero sobre todo encerrando bajo llave ese lugar, como si
quisiera congelar todos y cada unos de los sentimientos que ese salón le
inspira y dejándolos quietos, intactos para en un tiempo que parece ser lejano,
volverlos a destapar y revivirlos de nuevo. Como si todo lo que ahora mismo
está ocurriendo fuese un mal sueño.
Cuánto sentimiento puede
despertar María en esta escena, sin apenas nada, sólo ella y esa desangelada
melodía que suena de fondo. A pesar del dolor que me causa verla de esta forma
(a muchos otros felicidad y satisfacción), tengo sentimientos encontrados,
porque me gusta, y mucho, esta nueva situación que estamos comenzando a ver.
Incluso la escena final de ella sentada en el sofá, agotada y con esa facha me
ha parecido hasta cómica, y apuesto con seguridad a ganar, que habrá sido una propuesta
de María a salir de esa guisa.
A mí me ha recordado a aquella
magnífica Gracita Morales haciendo de chacha, aunque ésta llevaba con mucha más
alegría su oficio.
¡¡Mil gracias Nicu por el
montaje!!
Y aquí llega la escena de los
nuestros, en ese nuevo escenario para ellos que será por lo que parece,
habitual, por un largo periodo de tiempo (que digo yo una cosa…ya que el salón
parece desaparecer por un periodo, podrían sacar en su lugar la habitación
COMÚN). Raimundo sirve la poca comida que en su momento Fe dejó preparada, y
deberán empezar a cocinar ellos mismos, estos se pone mejor por momentos.
Francisca le dice que ha estado
limpiando y colocando la casa, y Raimundo intenta animarla;
_”…estamos los dos solos, nos
queremos y juntos podemos sacar adelante esta relación
como si fuésemos unos
jóvenes desposados…” (¡¡¡Ay Raimundo!!!, se me cae la baba escuchándote hablar
así).
_”¡¡qué cuajo tienes!” (Hija
Francisca, es duro, pero un poco más de ánimo que con éste hombre a tu lado
todas las penas son pocas)
De repente escuchan un fuerte
golpe, Raimundo no duda en defenderla ante cualquiera que sea, coge un cuchillo
y le dice que se ponga tras él.
_”…Mauricio no está, pero yo me
valgo para defenderte Francisca”.
Avances:
Descubren que ha sido Mauricio
quien ha provocado ese fuerte golpe; borracho viene a suplicar a Francisca que
le deje trabajar en la Casona.
Vemos a Francisca lavar la
vajilla, y a sufrir de rodillas para limpiar el suelo de la cocina.
Antes de despedirme tengo que
agradecer a alguien esta nueva situación, ¡gracias Severo!, gracias porque a
pesar de desplumar a Francisca y sumirla en la pobreza (de momento, que está
claro que surgirá como ave fénix más fuerte que nunca), has provocado sin
quererlo, que Raimundo y Francisca se demuestren su amor con más fuerza, y que
gracias a esto veremos escenas maravillosas entre ellos.
Ya me despido…hasta otra!!!
María está fantástica de cualquier manera. Que le vayan echando retos en la serie, que ella sacará matricula en todos.
ResponderEliminarSeguro que la idea de salir desgreñada, ha sido de ella, igual que darle esa comicidad, a una situación tan dura, como la que le está tocando vivir ahora a Francisca.
Francisca en esta nueva etapa, está demostrando, que no se amilana ante ninguna adversidad, y menos teniendo a su churri al lado, claro. No se le caen los anillos por pasar de ser, una poderosa cacique, a tener que limpiar su casa.
No me gusta verla así, pero he de reconocer, que estoy disfrutando con la genial actuación de María Bouzas, es una delicia poder ver las distintas facetas de su arte, que parece que no tienen límites.
¡¡Bravo María, bravo Francisca!!